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jueves, 9 de enero de 2020

14ª Jornada/XIII año: Miércoles, 8 de enero de 2020

Carta a los Reyes Magos


1. Rocío Díaz Gómez:

Mi querido Melchor,

Te escribo hoy 9 de enero, porque nos lo ha puesto de deberes el seño Javier. Yo me callé cuando nos lo dijo, que encima hasta me preguntó si me había enterado de cuantísimo enmudecí como una muerta viviente al escucharle, porque de siempre en casa me han dicho que lo que dice el profe se hace y sin rechistar, punto final. Pero, Rey ¿A que tú vas a alucinar cuando te llegue esta carta? Lo sabía y lo sabía. Vas a pensar que somos unos cansinos del 10, porque acabas de venir y ya te estamos escribiendo otra vez. Si lo mismo ni has llegado a Oriente todavía… Pero ya te digo que lo dijo el profe así que he afilado el lápiz y aquí estoy chupándolo y requetechupándolo mirando al cielo, mientras pienso qué te pido yo ahora, si ya me has traído muchas cosas.

Pero pensando y pensando y antes de que se me olvide, te escribo para que nos traigas este año muchas tertulias como la de ayer, tertulias tranquilas, en las que da tiempo a que casi todo el mundo lea despacio, sin atropellarse, como ayer. Solo al niño Aure no le dio tiempo porque tenía prisa y se tuvo que marchar sin leer, pero nos regaló a todos su último libro antes de marcharse. ¿A quién no le gusta un regalo?

José Antonio ayer nos leyó dos poemas. Uno de tu amigo el Rey negro, que seguro que te hubiera gustado escuchar a ti, a él y a Gaspar. Pero a mí sobre todo me pareció genial el segundo poema que leyó sobre Matilde y Heriberto y cómo se “¡ajuntaban!”. Que no era de “guarreridas” Rey, entiéndeme, era de muchos corazones de amor. Buah, tenías que haber visto a las chicas de la tertu, cómo fliparon con el Heriberto ese con lo que le dice al final de su poema a Matilde. Amor total. Pero que no era empalagoso, eh, solo de amor. Así que Rey Melchor yo te quería pedir que nos traigas para este año muchos poemas de la panda de José Antonio, de esos dos, Matilde y Heriberto, que molan un montón.

También te quería pedir que Mariana nos preste a sus musas de vez en cuando. Que no, que no, que no te creas que ella no nos las deja, que sí, Mariana es buena y nos quiere, a posta no tendría guardadas todas las musas... Es que debe tener un imán alucinante en su casa y en ese pueblo que vive, porque allí están todas viviendo en amor y compañía, como diría la abuela, y ni por equivocación se vienen para Madrid. Que ya podía alguna o dos o tres, meterse de cabeza en su bolso de la que sale, cuando se viene a la tertu y quedarse con nosotros unos días, como si estuvieran de vacaciones. Por eso, Rey, tú que eres mago, a ver si las puedes despegar del súper imán de Mariana. Confío en ti.

Después ayer me tocó a mí leer. Como no he dado ni chapa en las vacaciones porque, claro, Rey Melchor, la Navidad es para estar con la familia y los amigos y para comer roscón a dos carrillos, ¿cómo me iba a dar tiempo? Compréndelo… Así que como no había escrito nada pues leí uno viejo, uno de hace justo un año, y como dicen los mayores que los años pasan volando, pues era como si lo hubiera traído el aire del día anterior y lo hubiera dejado en la mesa de madera de la tertu.

También te quería pedir en mi carta que el niño Raña se traiga siempre a su panda a la tertulia, esa panda de un barrio cubano. Porque como ya han venido tantas veces, son un poco ya de los nuestros y así nos cuentan de su urba y sus historias. Mi prefe es La pepino pero ayer no vino, así que la eché de menos, pero claro es normal, es que todos no caben en el coche de Raña, no puede traerlos a todos, siempre… Eso no lo ha dicho él, lo digo yo, que me lo imagino.

Después el seño Javier nos enseñó unos regalos de Reyes. Como el profe es poeta los Reyes le traen regalos de poetas. ¡Uf qué risa, casi escribo eso de la “bragueta” que rima con poeta! Pero no, no, perdona Rey Melchor, que casi se me escapa, pero no, no, de verdad de la buena que me lo aguanto. Y después nos leyó un poema que se titulaba “Los justos”. Eso lo sé bien, porque me lo apunté rápidamente para que no se me olvidara.

Ah, que no se me olvide escribirte, Rey, que a Juan Antonio le traigas lecturas de poemas como la que hizo ayer, así, que fluía, sin paradas entre las palabras, solo al final de cada verso. El profe le insiste mucho, y estaría bien que para este año le echaras una mano con eso. Ayer nos leyó un poema sobre un río que no tuvo casi ni que corregir. Yo creo que el niño Juan Antonio sí que ha hecho sus deberes esta Navidad. Que tío…

Para la niña Cinta, Rey Melchor, yo te quería pedir que le traigas este año muchas lecturas de sus poemas y mucha actividad literaria con sus libros. La niña Cinta no para de inventar e inventar, así que seguro que le gustaría eso. Y ya de paso nos podías traer a nosotros, Rey, que se nos contagiara un poco de su entusiasmo, que nos vendría muy bien para cuando las pilas se nos agotan. Y para la niña Anagonz te pido también que le traigas muchos poemas galegos. De esos que ella sabe traer corregidos y a limpito cuando quiere. Venga, Rey, convéncela…

Ayer en la tertu repasamos dos palabras: sinalefa y estrambote. Que no Rey, que no son palabrotas, de verdad verdadera que no. Pero lo parecen ¿verdad? No se lo digas a nadie, pero como lo parecen ya no se me van a olvidar nunca jamás.

El estrambote es  un conjunto de versos añadidos al término de un poema, especialmente en los sonetos. Y la sinalefa es la unión de la vocal o vocales finales de una palabra con la vocal o vocales iniciales de la siguiente para formar una única sílaba.

Al niño Juan, a Juan Calderón, con éste te pongo el apellido porque como tenemos tantos Juanes para que no te hagas líos… Pues al niño Juan porfa le traes una racha bien grande sin que le duela nada, que dice que ha pasado unas Navidades un poco pocho. Pero ya se le está pasando, no te creas, lo que pasa es que ayer no nos leyó nada. Así que habría que ponerle una cruz… ¿No te parece? Bueno venga no se la pongas. Pobrecillo…

Y me parece, Rey, que ya no te voy a pedir más cosas, fíjate que no sabía qué pedirte y luego no veas si me he enrollado. Bueno una última, que arreglen en el Miski la puerta de abajo, que a veces hace una rasca… Frío, Rey, un poco de frío. Un frío de esos de cuando el grajo vuela bajo… Vaaaaale, no sigo. Pero ¿A qué tú sí que sabes cómo sigue? Cuando el grajo vuela bajo y se posa en los balcones, hace un frío del… y se. Vaaaaale, que sí, lo siento, ya no sigo, perdón, perdón. Claro cómo eres Rey ya te lo sabes sin que yo te lo diga.

Pues, hala, se acabó esta carta. Querido Rey Melchor que llegues a Oriente pronto y bien.

La niña Rocío.


Rocío Díaz Gómez
9 de enero de 2020



2. José Antonio Carmona:


-Buenas
-Buenas
-¿Es usted Baltasar?
- Claro, ¿No ve que soy negro, tengo corona y llevo camello?
- Es por no meter la pata. Me ha dicho la Sra. de arriba que ustedes estaban abajo.
-Se llama Irina y es un Sol.
-Sí,  eso me ha parecido.
-¿Qué quiere?
-Venía por lo de los regalos.
-Aquí sólo hay versos y relatos, esto es Rascamán, no es el Corte Inglés.
-Pues me vale, quería… A ver si puede ser, un poema de río, que sean cuartetas con su estrambote, si es posible.
-¡Juan! ¿Tienes lo del Duratón? Es para un señor de Cuenca. Usted es de Cuenca, ¿no? Lo siento (dice Juan) he quitado el verso suelto y lo he puesto en el título.
-No, no soy de Cuenca. Es mono… lo pensaré y qué más puede ofrecerme.
-Está de suerte, para un regalo de los de quedar bien tengo versos de Mariana Feride.
- He oído hablar de ella.  ¿Esa señora que se hace querer y tiene musas en casa?
-Sí, la misma. Hoy sin ir más lejos los tengo de vándalos, de ruta, de cenizas… Escuche , con el cuerpo muerto en la frontera/ fermentando campos para siempre, Bajo los puentes…(invierno desmedido)
-No siga, tengo sólo un camello y es mayor , me llevo uno. Luego vendrá Melchor.
-¿Es negrito también?
- No, es más bien blanco… pero es buena persona ¿Qué más tiene?
-¡Ya lo sé! Para un Rey, un Roscón. Donde lo lleve, enamorará, es EL REGALO, mejor que la thermomix, lleve un relato de Rocío, a quien se lo dé al año que viene le pondrá doble ración de anís. Hoy tenemos un relato que habla de la tentación y el arrepentimiento… Ya sabe cómo es Rocío. Tierna sensible, inteligente y con sorpresa (como el roscón).
-Pues, póngamelo.
-Y de Juan Bautista, ¿le queda algo?
-Siempre tenemos algo de Juan Bautista, es como un fondo de armario. Dicen que a los que lo leen y mejor aún le escuchan: engordan, les crece el pelo y les robustece el talento. Es como viajar montado en una sonrisa. Además, tiene música. Hoy tengo un relato en  Villa Deseo antes de volver a Cuba.
-Y, ¿podré con todo?
-No lo sé, José Antonio ha dejado en alguna esquina cosas de Matilde.
-De eso ya llevé el año pasado.
-Pues déjelo para otra vez
-¿De D. Javier qué tiene?
-Tengo algo de los justos.
-¿De qué va?, que luego es una sorpresa.
-A cala y a prueba le dejo tres versos, los prueba y si le gustan se lleva el poema
-Vale

.- Es la huida

El camino y el barro

                                    Y el mar y su naufragio

-Apunta. Póngamelo y si es posible el libro entero.
-¿El mapa de tus cicatrices?
-Sí, ese.
-Mire, el camello va cargado.
-Me recuerda usted a un amigo, un tal Heriberto que también era mayor (jeje). Mire, no puedo estar con usted toda la tarde, que la tertulia acaba a las 9.
-¿Tiene  algo de Cinta?
-Esta casa no sería la misma si no tuviésemos cosas de Cinta. Tengo, le va a gustar, tres cartas que hablan de un mismo beso.
-Las cartas con beso tienen su aquél.
-Lléveselas y ahora, como su compra ha sido buena y para usted, señor Rey, le voy a regalar un poema de Ana Gonz en dos lenguas… en gallego y castellano, además habla de usted, es la premonición de un recuerdo… “En enero ojos fenicios orientales”


Y se fue

José Antonio Carmona
10 de enero de 2020

3. Aureliano Cañadas

Mis queridos Reyes Magos:

Gracias por haberme puesto esta velada rascamanera. Es el mejor regalo que podríais haberme traído. No anoté todo lo que escuché, pero aún recuerdo los poemas de Mariana, con esos toquecillos que les dió el Boss quedaron muy bien. Después me gustó mucho el cuento de Roci, en el que juega tan bien con el equívoco, ella dijo que ya lo había leído otro año, pero yo no lo recordaba, fue nuevo y chispeante.De José Antonio (¿o José Antonio leyó antes que Rocío?) me gustaron mucho sus dos poemas, el segundo menos anecdótico pero bueno. De Juan y sus marqueses me hace gracia todo, yo estoy deseando que vuelvan a La Habana, a ver qué pasa con el debut del bailarín. De los poemas del Boss sólo diría lo que ya le dije en su momento: es un libro diestro, maduro, emotivo y muy suyo.... 
Y ahí tuve que despedirme, con lo cual me perdí a todos los demás.

Muchas gracias, Sus Majestades,

Aureliano Cañadas
9 de enero de 2020


4. Juan Antonio Arroyo:

Querido Rey Gaspar. Te considero el más sensual de los tres con esa pelambrera entre castaña y rubita.

 Te escribo después de tu generoso paso por esta Tierra, que sofocada y ardiente te necesita más que nunca.

   Ahora me toca contarte, ¡oh, Gaspar!, lo que te recordamos el pasado miércoles en nuestra reunión, donde, mágicamente, estuviste presente, pícaro risueño, con los miembros de esta Tertulia como vamos a ver.

   Se habló del suceso ocurrido a tu compañero, gran amigo y también nuestro, Baltasar, que al parecer, fue detenido por error debido a su color y con el regalo que no era la mirra pero, cuando descubrieron quien era, se arrodillaron. Eso pasó justo al entrar en Madrid. Todo se aclaró y tuviste en ello un buen papel, ¡rey marrón!... ¡El incienso es lo tuyo!

   José Antonio abrió los regalos que trataban del sentido del tiempo, esa foto  de uno mismo  para” ¡Ay, Matilde!”. Siente que va hacia una nada... pero le queda esa anécdota de un tiempo prestado, que es mucho e incontable, según tu criterio de mago que está en el aroma de tu regalo.

 Después te recordó Mariana, que tanto conoce tu cariño. Ello lo dibujó en “Los bárbaros” en su amor hacia los ríos, los peces que pretendían enmudecer, pero de forma mágica respiran ese futuro que tu alientas… También “Cenizas” que podrá, desde luego, recuperar así como los sueños que se van quedando “Bajo los puentes...”

   Rocío, aunque no te pidió regalos, le dejasteis el oro de manos de Melchor por lo que está encantada.  Con su “Dolor de los pecados” hubo un secreto de erotismo que era esa conveniencia: el roscón guardaba la mejor sorpresa, el color de tu barba tan tostada y puesta en ese dulce..., morderte y saborearte fue tu regalo sexi real.

 Luego nos contó Juan Bautista, lo de tu cercanía en esa “Morriña Habanera”, que desde Madrid, regalaste el maquillaje para Pituquina, que llegó lenta pero gracipreciosa de bien pintada…Pero la Marquesa echa de menos La Habana  y entonces vuelve tu erotismo mágico…¡qué guapo está Riki de cónsul romano!.. Lo entendiste y regalaste el viaje de vuelta a los marqueses que además no tendrían que cenar con la tía de Beltrán, que es doña Rosita la soltera,  partidaria de la mirra de Baltasar...

   Javier nos contó tu regalo Gaspar, que unió a Granada con Nueva York, en un doble regalo real cuyo traje de cuerda era el mismísimo Federico García Lorca…  Habla de  “Los justos”, esas personas que salvan el mundo a esta Tierra, dispuestos a salvarla, Gaspar, aunque sabes que son ignoradas... La esperanza del poeta está puesta en la lluvia.

   Después, yo mismo que había recibido el regalo de tu pasaje hacia mi excursión al río Duratón, no pude evitarte, ¡oh, Rey!, cuando sentí las sombras, las serpientes, las curvas en el fondo. Me llevaste a ver animales, aguas y tierras que quieres salvar.

  Abrió después Cinta tus presentes que eran sobre “Curación”, donde tu erotismo real se mostró generoso en lo que pueden los besos y la ternura con el sabor y el olor en sus labios... Amor sellado por Nicolás, ese “pasmado” que amplía horizontes amorosos. También conseguiste con tu magia que se acabaran los desencuentros del paciente que parece le ha curado tu incienso.

  Luego Juan Calderón y Aure quedaron en silencio y ya me has contado que no os escribieron ninguna carta, que los tres bien habláis y hacéis el reparto del  trabajo. Lamentaron esta callada tarde de regalos pero para el año que viene te han cogido de favorito, Gaspar.

 Habló al fin de lo vuestro Anagonz que te tiene en un pedestal, ya nos lo comentó antes de empezar. Nos habló de esa postal magnífica que le diste: “Ojeada”, ese recuerdo maravilloso de tu sensualidad, esos ojos fenicios que se tumban en su mano. Los labios se funden y guardan: son Gaspar esa nostalgia que de ti tiene durante todo el año... según relata poética, para volverte a amar, mi Rey.

    Cerró Javier esta sesión Real, con un soneto mágico de Lorca, el último regalo de la tarde, que le pasaste con un guiño, para cerrar la sesión:

“Soneto de la dulce queja”

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.


Juan A. Arroyo
11 de enero de 2020


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