...un guante: de señora elegante.
Hoy el capitán de la sala debe irse
antes. Los cafés y papeles llenan la mesa mientras se apura el tiempo para que
quepa. Que cómo se organizarán los guantes, que cómo mirará la gente los
cuadros (¿escalera?, ¿telescopio?). “Esta es una exposición seria.” Las
particularidades dentro de una A3. En un muro debemos caber todos, la colgadura
de todos, cristal mediante. Quedan cien días. El otro día, dice Aureliano, me
dio una pena enorme no recoger un guante: de señora elegante. Y pide cantar
fados el 14 de febrero en Leganitos.
León trae un cuento de horror que
publicó en Argentina: “La muerta”. Trae el zócalo de México, los humos, los
aromas.
Aureliano: “Lo malo es que era una
chica jovencísima y guapísima y el daño que me ha hecho”. La ortodoncista. Hoy
lee su poema “Tesoros” de su cuaderno de Neruda. Que por qué no le dice
“dragona”, porque los dragones no tienen sexo. ¿Y los dragoncitos? Hay técnicas
asistidas.
Juan Manuel lee “El banquete” y la
música de la repetición. Luego cuenta que en la torre de la iglesia hay
dragones, y cuando hay tormenta se despiertan.
Rocío alega: “Este es para los
guantes” y Alberto (que hace figuras geométricas y recortes) le regaló una
frase. “El sexto dedo” es el relato y arrojan ideas sobre formas y guantes.
Javier lee un soneto. ¿Pero cortito o
normal? Abrirá su próximo libro, El mapa de tus cicatrices.
Juan Bautista y la Bimbambú, que
además de puta es santera. “Y le va muy bien.” De caracoles, moyugbar y orixás.
La novela que todos queremos que sea audiolibro.
El Señor Calderón hoy trae poema.
Para el zoo humano.
Alberto separa sus dibujos y lee la
dureza que se esconde tras lo suave en “Depredadores”.
Cinta trae un divertimento para
niños, “El gusano Atilano”. “Cinta, está muy bien”, “Ya, lo sé”.
Y luego me toca leer a mí, así que me voy de la bitácora.María Eugenia López
24 de enero de 2019
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