El calendario marcaba 17 de Enero de 2018... |
El calendario marcaba 17 de Enero de 2018.
Estaba contento porque, tras las vacaciones navideñas y un par de sesiones más a las que no pude asistir, regresaba a
la Tertulia Rascamán.
En
realidad llevo poco tiempo formando parte de este grupo con solera de muchos
años. Ni siquiera conozco todavía a todos los integrantes, aunque con los más
asiduos ya he comenzado a tener cierta confianza. Llegué a Rascamán invitado por mi amigo Iñaki Ferreras y, desde
el primer momento, me encontré cómodo en sus tertulias. Me gusta mucho la naturalidad con la que se acoge y se
le da voz a todos los nuevos que vamos llegando. Los comentarios sobre las
obras que se presentan son constructivos, educados, con ánimo de ayudar y no de
machacar, que es como yo creo que debería ser en todas partes. Javier Díaz Gil
es un excelente líder, sabe dirigir la orquesta con eficacia y sensibilidad. Su
batuta es muy hábil para que ningún instrumento suene fuera de tono, y si esto
ocurre alguna vez no duda en usar el diapasón de su campanita plateada.
Esa tarde traía yo una misión importante
entre manos: presentar en la tertulia a mi querido amigo Juan Bautista Raña.
Cuando le hablé del grupo enseguida mostró interés por conocerlo y sin dudarlo mucho, en amor y compaña, bajamos
las escaleras que conducen al sótano de la Cafetería Santander. Tan pronto
llegamos, Javier saludó a Juan Bautista y a partir de ahí se acabó mi
tranquilidad. Su voz, amable pero contundente, sentenció: “Juan, hoy haces tú
la bitácora”. Rocío, sentada a su lado, apostilló: “Es un honor poder hacerla.
Felicidades, Juan”. El resto del grupo sonreía de forma picarona. En aquel
momento mi persona, ya recortadita de por sí, comenzó a achicarse hasta casi
hacerse invisible. Por qué se me habrá ocurrido venir, me decía, con lo bien
que podría estar tomándome una cervecita. Y es que aquello de la bitácora me
pareció algo muy complicado. Jamás había visto una, y, mucho menos, la había
hecho. Intenté librarme alegando desconocimiento, pero me echaron abajo la
teoría dándome una master class acelerada, luego ataqué con aquello de que ni
siquiera sabía los nombres de los asistentes… Todos se brindaron amablemente a
írmelos diciendo cada vez que tuviese duda. En fin, que agotados mis argumentos
no tuve más remedio que coger unos folios e ir anotando cuanto aconteció a lo
largo de casi tres horas.
Estábamos presentes: Javier, Rocío, León,
Paco, Mariana, Alberto, David, Celia, Cinta, Ana, y los tres nuevos fichajes
llegados aquella tarde: Carlos, Carmen y Juan Bautista. Naturalmente, yo,
aunque muy achicado, también me encontraba allí.
Javier abrió la sesión dándoles la
bienvenida a los nuevos e interesándose por sus datos personales y literarios. Carmen dijo que había oído hablar de
esta tertulia y que fue Begoña Montes quien la animó a venir. Tiene dos libros
publicados en solitario y también está incluida en algunas antologías. Proviene
de otra tertulia (no recuerdo el nombre, lo siento) que se reunía en un bar de
Malasaña. Escribe relato y poesía. Carlos
nos informó de que había sido bancario (mira, otro como yo), y que tras
prejubilarse se había entregado a ser poeta. Dos libros en solitario y dos
colectivos son su bagaje literario. Pertenecía a otra tertulia que se reunía en
el Café Ajenjo, de Madrid. También a él le habló de Rascamán, Begoña Montes. Juan Bautista se presentó como
ingeniero informático, aseguró que siempre estuvo interesado por la literatura,
que había sido, desde muy joven, un lector empedernido, pero que no había
empezado a escribir hasta hace dos años. Escribe poesía y relato. Ha publicado
un poemario y ha sido incluido en varios libros colectivos.
El primero en intervenir fue Paco Fenoy. Comenzó
haciendo una crítica del nuevo libro de Javier Díaz “Volver a Chile”. Dijo que
cada día lee un solo poema del mismo y que el número 14 le ha resultado cursi.
Javier leyó el poema y León, junto a otros compañeros, discreparon de su
opinión. A continuación leyó un cuento breve, se trataba de otro más de los que
está dedicando al tema de los guantes, en este caso se titula “El clavo clavado
en el guante y en la capa”. Como cada vez que lee una de sus obras, ésta suscitó
muchos comentarios y se le ofrecieron un sinfín de sugerencias para que el cuento
quede más redondo. A Cinta le gustó; León le dijo que podría ser el principio
de un cuento más largo; Alberto, con picardía, añade que le ha hecho gracia la
frase: “Esta noche la clavaré” (Fenoy se refiere a una tumba); Iñaki opina que
el cuento debería ser más largo; Juan Bautista que hay que aclarar por qué no
aparece en el cuento nada sobre la capa que figura en el título. Javier le
sugiere que la capa se vea por las rendijas de la losa. Fenoy aclara que está
basado en un hecho real.
Iñaki nos presenta “El abandono” como un
relato tragicómico. A petición suya lo leyó Cinta. Celia dijo que era más
trágico que cómico; Alberto, que sonaba raro que den las doce en un reloj de
arena; Javier opina que choca que la niña se tome un tubo de pastillas, (Iñaki
dice que es una niña esquizofrénica), insiste Javier en que hay que buscar una
explicación a por qué el padre le regala un cuchillo; Mariana cree que al
principio le falta ritmo; Rocío dice que tiene hallazgos interesantes, pero que
hay cosas que habría que rectificar; en general no le parece mal.
Rocío lee su cuento “La feliz desgracia de
tu ausencia”. La opinión general es que resulta poético y muy bonito. Alberto
dice en broma que Rocío va a terminar siendo poeta perdida. A Carlos le ha
parecido prosa poética, David, sin embargo, cree que es más prosista que poeta.
Mariana confiesa su admiración por Rocío.
Javier Díaz lee unos poemas del libro “Rocío
para Drácula”, de Fernando López Guisado: “Lista de propósitos”,
“Poltergeist” e “Interpretación de los
sueños”, todos ellos muy bien acogidos por los tertulianos. Terminó su intervención con la lectura del
poema 41 de su última publicación, “Regresar a Chile”, y nos informa que su
presentación, a cargo de nuestro compañero Aureliano Cañadas, tendrá lugar el
día 29 en Libertad 8.
A continuación intervino Celia con la
lectura de su poema “Tantos amigos”. A Javier le gusta el verso “Dijo mi madre:
No abras aunque llamen”. Fenoy opina que está bien pero que algunas partes hay
que hilarlas mejor. Javier y Juan Bautista creen que podría convertirse en dos
poemas. A Carmen le gusta mucho. Celia aclara que el poema habla de un grupo de
refugiados, y lee otro poema, sin título, también sobre el mismo tema. A
Mariana le han emocionado los dos poemas. Debido a la hora, Celia tuvo que
marcharse.
Mariana nos ofreció tres poemas cortos:
“Efemérides”, “Paisaje enmudecido”, (leído por Javier) y “Llévate este polvo”,
leído por León. Cinta dice que todos sus poemas son muy trascendentales, que
necesitan varias lecturas. Rocío, David e Iñaki creen que es muy importante la
forma de leerlos, que Mariana no le saca todo el partido que sus versos tienen.
En general gustaron mucho.
Carmen lee con lentitud y muy bien sus
poemas: “Ilusionistas”, “Naufragio”, “Método del miedo”, y “Prodigios”. En
general se opinó que son poemas bellos, muy visuales, con un toque oriental.
Rocío dice que Carmen se merece que le hagamos una ola.
Carlos mostró los poemas: “Las caras de tu
ausencia” (de amor y desamor), “Tarde de perros” (inspirado en una vivencia
personal del poeta), “Sensaciones” (erótico festivo, en palabras del autor), y
“Un suspiro” (Dedicado a Frank Liszt). Se le hacen algunas breves sugerencias
para mejorar algún verso. Los poemas gustaron.
León recitó de memoria otro de sus sonetos
dedicados a Camelot. Todos los contertulios alabaron su trabajo, calificándolo
de muy bueno y jocoso.
Alberto duda si leernos una cartita o un
microrrelato. Finalmente se decide por “El perro de los Gómez”, una obra que
nos hace reír a todos y divagar sobre la vida de los perros y de los gatos,
entre bromas y divertimento.
Cinta nos dice que va a leer dos poemas, uno para
publicar y otro para el proyecto de los guantes: “Entre dos aguas” (Surgió
escuchando a Paco de Lucia), y “Un bosque de cinco árboles”. Javier le dice que parece más prosa poética
que un poema. Iñaki piensa que hay que trabajarlo más.
A continuación me tocó intervenir a mí,
leyendo el poema “Brindis”. Javier me sugiere cambiar el título. A Carlos y a
Iñaki no les gusta un verso que empieza por “mas”. Alberto destaca mi forma de
leer el poema.
Juan Bautista nos ofrece “Momentos de
libertad”, un poema dedicado a las abejas. Rocío dice que ella descolocaría
todo el orden que lleva el poema, Javier opina que hay demasiada descripción al
principio, que habría que limpiarlo de cosas. En general se dice que se acerca
más a un relato, con lo que no están de acuerdo ni Rocío ni Alberto.
David nos ofrece un fragmento de una novela.
Refleja un whatsapp, en el que se responde a un chantaje que sufre uno de los
personajes. Habla de un amor que se acaba. Los compañeros opinamos que no es
lógico escribir un whatsapp tan largo y
literario, que no resulta creíble. Se divaga sobre otras alternativas para
mandar el mensaje. David defiende que
él, como autor, puede tomarse las licencias que crea conveniente.
Javier lee un poema de Neruda titulado
“Explico algunas cosas”, muy celebrado por los contertulios, aunque Iñaki, en
tono jocoso, asegura que hay que darle una vuelta.
Ana, como otras veces, trae un poema en
gallego “Soos” , posteriormente lo recita también en castellano, “Solos”. Ana
dice que hay emigrantes de muchas clases, de eso trata el poema. Mariana y
Carmen opinan que en gallego tiene más musicalidad.
Javier
cierra la sesión y da nuevamente la bienvenida a los tres recién llegados.
No me lo puedo creer: Por fin he llegado al
final. Vosotros, queridos compañeros, seguro que tampoco os lo podéis creer. Estoy
convencido de que lleváis horas
durmiendo tras empezar a leer esta bitácora. Ah, se siente, nadie me dijo que
tuviese que ser breve. Me despido satisfecho de este menester hasta dentro de
un año, por lo menos.
Juan Calderón Matador
26 de enero de 2018
1 comentario:
Buen ejercicio. Inmejorable
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