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domingo, 13 de noviembre de 2016

5ª Jornada/X año: Miércoles, 19 de octubre de 2016


El caso de las letras impresas

Damas y caballeros, tengo las pistas necesarias y a todos reunidos en el lugar de los hechos para resolver la desaparición y posible asesinato de la Dama. Sus orígenes  se remontan entre los pergaminos egipcios y con ciertos escritos sé que llegaré a la conclusión  de este extraño pero fascinante caso. Según  las  declaraciones  tomadas por mi humilde persona a Paco Capel ciertos sucesos tienen relación con su augusto tío, el musicólogo Manuel del Águila también insigne poeta.
Los testigos vieron a Aureliano Cañadas en su “La isla de la nada”. Por lo visto ha estado rondando últimamente por un circo “La jaula de los cisnes”, ciertos testimonios le han oído decir:
“Se escucha el lago de las cisnes de Tchaikovsky” ,”Arabescos de sus frágiles  brazos”, “La cicatriz de su cintura”, también “El payaso“ oyó en su voz “Tenía  tanta hambre que me comí un pez”, “ Voy a ponerle nombre a ver si por las buenas”.
Después  de marcharse de allí, volví a indagar al sobrino de Manuel del Águila, Paco Capel. Me contó la historia y andanzas de su tío, me habló de “El trapero” con jugosa información “Hidalguía te dan sangre, oro y cielo”, “Camisa al sol”, “Junto a una puerta pobre y vigilante“, siguió  con ”Camisa rota” de sus aires “Sucios pilares  de suburbio”,  “Tú  en tu atardecer púrpura”, “Hombre que huye puente de plata”, “De un barco que se va y no es nada ni horizonte”.
Con todas esas confidencias reuní este material que abrió mis ojos. Ya estaba encaminado con mi investigación: la desaparecida podría ser encontrada. Llegué a la cita indicada y León Cano me relató lo que sabía. Era algo sorprendente, un acertijo amoroso, con sus palabras y sus gestos: “Otoño”, “Vuelan palabras blancas”, “Eres madre del alma”, “Por la misma flecha fuimos heridos”, “Siembra un prado en azules”, “No existe el mundo sin tu alegría”.
Todo ello con influencia alejandrina desde tan lejos viene esta Dama y el agua fluye en las palabras de este hombre con espíritu vetusto y sapiente.
De seguido me encontré con Rocío, una espía rusa, que me contó la verdad: estaban por medio los norteamericanos.
“Si vuelves a Manhattan” tenía que ver con un hombre que fue allí con una mujer y aferrado aún a los recuerdos de ella, habían estado recorriendo Chinatown, el edificio Dakota, el puente de Brooklyn y la estatua de la Libertad.
Tenía fotos que me dio Rocío  muy claras e interesantes, “Qué felicidad  nos dio Manhattan“, ponía en una de ellas con una firma y dedicatoria. 
Tenía  que hablar con mi científico personal, Juan Manuel, para las huellas dactilares y demás pruebas. Me dio como resultados: ”Efecto Doppler”, ”Estrella incandescente “,”Como alrededor de una estrella te alejas y te acercas”, “Te acercas la estrella azul, te alejas roja”, ”Tren lleno de sombreros“, un sistema binario con explicaciones sutiles, el rompecabezas iba tomando forma.
María Juristo, su tiempo importante y sus palabras enigmáticas ,”Mi tiempo navega por orillas de la nada ”, “Senderos de esplendor y misterios”, “Y yo empiezo  a caminar  sobre  el alféizar".
Me ayudó Omega con su leyenda ”La bella Susona”, mujer inteligente que enamoró al califa, ésta me dio una pista con el origen de todo este misterio, el caso del supuesto asesinato, su verso andalusí y la sangre derramada.
Ya pasados unos días, Carlos me comentó un relato de “El genio de la olla express”: un hombre y su mujer, Manoli, por lo visto encontraron un genio llamado Eugenio que le ayudó con todo y ellos estaban felices porque realizó sus deseos, el genio era un manitas y era muy hacendoso en la casa de este matrimonio.
Con tanta historia quise arreglar mis ideas y me acerque a un café literario donde escuché a Iñaki que tocaba el acordeón, con canciones como “Agur jaunak “,”tango de amor” y alguna milonga. Ya relajado con aquella música envolvente, de tantas pistas, huellas y demás  acertijos.
Al querer reanudar mi tarea llame a Fenoy, pues tenía unos haikus reveladores sobre el trabajo, no en sí, sino su tarea.

La negación
Que así mismo se niega.
El río que canta.

La estrella guía,
El trabajo se muestra,
La aurora nace.

Trabajo y causa
Forjan el propio acero.
Fuego constante.

Todo ello sabía que era ardua tarea, este caso estaba lleno de dobles intenciones y personajes extravagantes. Para mí era diferente a las otras investigaciones. Salí  de aquel cuarto y se alejó Fenoy, me calé mi sombrero de ala y me coloqué mi gabardina: Javier era un inspector con mucha experiencia y un historial impecable, me daría lo que necesitaba.
Me entregó una carpeta con unas fichas, eran tres números, tres enigmas:

Numero 42
“Sólo  acariciando  sus olas”, “La cicatriz...  agua y de aire donde está el futuro “
Numero 43
“Me recibe una lluvia de otoño”, “La primavera sobre arena”
Numero 44
“Se conjura Chile contra el olvido”, “Tu camino prolongado de otoño”

Aquellas imágenes color sepia varado, esas instantáneas eran únicas, sabía de sus rasgos.
Me despedí de Javier, y ya en el metro una mujer misteriosa me agarró el brazo y me susurró al oído “Sin competencia en opinión“, “Tu afán en saborear todos mis nutrientes del mi cuerpo” , “Decidiste morder mi lengua”, mi nombre es Ana, ahí queda eso, yo me desasí de su mano.
Se marcho escaleras arriba y aunque quise ir tras ella, fue felina y se me escapó.

En algunas ocasiones parecía resolverse mi caso, en otras se complicaba aún más. 
¿Y ahora que iba ser de esa noble Dama?

Ya en mi despacho me sorprendió una mujer, a la cual no esperaba. Esta es la definitiva, ella me traerá  la solución, pensó mi instinto detectivesco. Me contó “El doble de yo”, “Si el doble de yo, público de primera fila”, con otras ideas más complejas: ”Enredada en mis canas”, parecía  que podía tener una interpretación múltiple.
Me quedé como estaba ,una llamada telefónica  de un tal Vicente fue la gota que colmo el vaso. No sabía  nada  y el vacío era más grade si cabe, las aguas del mar embravecido y la nobleza literaria indignada. 

Salí de allí  para reflexionar, ni asesinato ni desaparición, esa era toda la historia o historias, los versos eran impresos, las letras de un burdeos profundo. Las habladurías estaban muertas y, en verdad, mi caso era sobre la Literatura, la cual  está más viva que nunca. Son ojos que inspeccionan su larga trayectoria y este humilde servidor sabe una idea inmutable: el alma humana sigue creando, sigue saciándose de letras, de mundos que hagan olvidar este globo terráqueo que es un punto insignificante en medio del universo.

Pero, oh, damas y caballeros, me he rendido y este detective queda desnudo ante las palabras de un dogma que es la Literatura  con mayúsculas.




Omega Escribano
21 de enero de 2017

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