Tiempo de lanzamientos literarios
Comenzó la tertulia con la intervención de Fenoy, quien nos ilustró con un comentario acerca de los neologismos en la novela. Asimismo se habló de los haikus y de la escritora Milagros Salvador. Y es que, como todos sabemos, Fenoy es especialista en haikus sui géneris. También nos presentó su última novela, “Viaje con el club de montaña” acerca de sus experiencias viajeras en la campiña. En su lectura, continuó con los haikus, a lo que Isabel comentó que lo que nuestro compañero había leído no eran haikus entendidos como tal, sino otra cosa, alegando que los haikus siempre hacen alusión a la Naturaleza. Argumento que Fenoy rebatió con gallardía, defendiendo que lo que él crea son otro tipo de haikus.
Después de tanto “haikuneo”, nuestro ilustre moderador y coordinador, Javier Díaz Gil, nos leyó un poema sobre los ángeles (no los de Charlie ni los del Infierno, sino los que tienen alas, los bíblicos). Un poema, por cierto, delicioso, al igual que otro acerca de cómo adaptar el cuerpo al dolor de crecer, este último, perteneciente a la serie “Regresar a Chile”. Finalmente, nos deleitó con un poema cuyo tema central es acariciar la piel de la tierra. (muy metafórico y lírico) y con otro sobre las estaciones de autobús.
El último libro de Javier, “La palabra y la carne”, está conformado como un discurso acerca del versículo del apóstol San Juan, “Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, del que nos leyó un sugerente soneto.
Cuentos oníricos
Nuestra gran poetisa y también cuentista (en el mejor sentido de la palabra) María Juristo leyó un estupendo cuento perteneciente a su trilogía de cuentos oníricos. En concreto, nos obsequió con el cuento del niño que buscó su nombre. Este relato tiene un trasfondo de amistad de un joven con un gato. ¡Mucha chicha tiene esta literatura, pues...!
Isabel Morión, nuestra Isabel, nos dijo –con esa voz tan radiofónica que le caracteriza y ese porte de gran dama del teatro, se me antoja- varias cosas. En primer lugar, nos invitó a una presentación suya. Luego, nos contó que le han publicado un poema en la revista “Troquel” y que también le han invitado a participar en sus lecturas y que por todo ello, está muy orgullosa. Y nosotros, también lo estamos de tenerla con nosotros…
Posteriormente, nos leyó unos haikus (naturales, es decir, relativos a la Naturaleza), uno de los cuales se refiere a una golondrina besando a la Luna. ¡Qué bonito!
Otra de las cosas que nos contó fue que va a ofrecer una conferencia acerca de la poetisa Gloria Fuertes, ya defenestrada, como todos sabemos, y relató la anécdota de que, casualmente, alguien le había enviado una entrevista de dicha poetisa, coincidiendo con esas fechas. ¿Coincidencia o destino..?
Mr. Monroy
El señor Federico Monroy, el gran escritor –entre tantos otros rascamanes-, con alma y pluma de profundo poeta, nos leyó un soneto suyo de 2003 titulado “El tren anónimo”. David Lerma apuntó, después de haberlo escuchado, que Monroy tiene voz propia. Pero el poeta, demasiado modesto, para mi gusto, cree que es un tanto repipi. Nadie está de acuerdo con ello, por ejemplo, Javier, para quien se trata de un poema arriesgado.
Nuestra querida y perenne Rocío nos leyó un relato sobre la excursión de un grupo de amigos en coche, “Aquel Renault donde cabíamos todos”. Después de la lectura, algunos compañeros le sugieren varios títulos alternativos. Ella subraya que se trata de hechos reales y decide enviarlo a un concurso con el tema de Renault. ¡A ver si gana otro premio, que no para..!
¡Ay, el amor..!
León, nuestro eterno enamorado (¡qué suerte!) nos lee un poema de amor. Se le comenta que tiene un buen arranque y se le corrige algún elemento para que no suene cursi.
Por su parte, Carlos, nos hizo reír con “La tirita muda”, un relato cómico –como los que nos tiene acostumbrados- sugerido por los compañeros en la anterior tertulia y él, que es tan ocurrente, le dio forma. A todos nos encantó porque es bueno y está bien resuelto.
La inenarrable Ana González continuó con los poemas titulados con verbos en pasado. En esta ocasión, nos leyó “Sonreíste”, compuesto por versos macabros. Forman parte de una serie sobre verbos a propósito de los Siete Pecados Capitales. Una buena idea que, si la trabaja bien –y lo está haciendo-, puede desembocar en un trabajo serio y original.
Yo leí un loco relato sobre una adicta a pedir autógrafos a los famosos, “La fan”. Lo hace para llenar su vida vacía y no ceja en su empeño hasta conseguir lo que desea. Se me corrigió oportunamente y se me pidió que lo leyera corregido en una posterior tertulia. Así, lo haré (Grazie, onorevole Thors, lo farò con estremo piacere).
Y como colofón, la simpática e inteligente Ana Delgado leyó un poema crítico con el machismo. Gustó mucho. A los machos-machos no creo que tanto, pero en la tertulia no hay ningún macho-macho, quiero decir, de los machistas de toute la vie. Ella nos explicó que fue el motor de la venganza el que le promovió a ponerlo sobre el papel. Luego, nos leyó otro poemita sobre un sapo, versos de carácter social, como todo lo que tan bien escribe ella.
“Alea jacta est”
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