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lunes, 22 de junio de 2015

34ª Jornada/VIII año: Miércoles, 10 de junio de 2015


A la atención del ángel caído sobre el mar de Madrid

(Allí presentes: Fenoy, Ismael, Aureliano, Rocío, Javier, Omega, Eunice, José (Pepe) Siles, Andrés, Cinta, María, León y David).

Aquella última rosa entregada a los actores, el terciopelo rojo-paso de tiempo, las butacas y su aún dorado, los ecos y vítores de tramoyistas y amantes de lo dramático, las maletas olvidadas por los viajeros donde paso las noches… Todo en su lugar, hasta el prohibido color amarillo que tantos quebraderos de conciencia traerían a los directores de vestuario, mantenido en el aire.

El que fuera un famoso teatrillo en tiempos de Molière ahora solo seduce a poetas pasados de moda. Ser tan vaporoso me permite, en privilegiado vuelo, escuchar atentamente sus tertulias desde el sobrevalorado secreto de las luces; irónicamente, muy lejos de sus cabezas. No tengo otra cosa que hacer.

Acaba de entrar un grupo interesante, espero. Un joven espíritu pide dos dedos horizontales de café. Hay quienes son de acuario; tres de ellos, almerienses. Un caballero dice ser la catedral de Filipinas. De todo se puede sacar jugo, hasta de las naranjas. Llega una camiseta veraniega y una mujer lapislázuli. Este camarero tampoco sabe cómo servir un vaso de agua, generalmente lo traen vacío. Se levanta la catedral…

PEPE SILES: ¿Recordáis vuestro último paseo marítimo? Qué secreta es desde la mar, la tierra, ¿verdad? Hay que ser más pescador de caña y cazar luciérnagas en la arena, celeste tic-tac. Cae un diluvio de sol sobre el agua. Con estos niños fui a la escuela.

Algo me dice que este hombre conoce el mar que no veré, sabe cómo una isla lejana puede albergar al poeta. Lo suyo es un cuadro que recrea lo azul en dos momentos, una composición tímpano. En verano hay que tender a la brisa, siempre, y este poema calma cualquier anhelo.

OMEGA: 5… Inyección. 4… Propulsión. 3… Dolor médico. 2… Atrofia corporal. 1… El quirófano. Una joven se anestesia con la cuenta atrás. Se vuelve un olor cálido su memoria. Cuando el amanecer cae al vacío, las neuronas se excitan. Es este punto en que uno desdobla y visiona a sus seres. Pueden ser cualquiera.

Teniendo en cuenta que soy un ave muerto, recobrada la inocencia, creo que es conveniente escuchar la naturaleza de esta joven y entender que lo trascendental es algo más que hurgarse después de los dientes.

EUNICE: Sobre los carpetanos y la involución del terror. ¿Sabéis tanto de gatos como de “protomadrileños”? Sentaron las bases de lo que hoy alquilamos como “espacio sin divisiones”. 

Aprieto el pico, estas cosas me recuerdan mi maldición de no poder conocer el mundo…

AURELIANO: La isla de la nada. Cuando vengas a mí con mi bagaje de sueños cumplidos. ¿Qué más podría darte que ya no te haya dado la vida? Cómo son las orquídeas… tan suyas, allí donde jamás ha llegado la luz. Cuando no haya más días, la muerte seguirá sin conseguir apagar la vida, invencible. Tendrá un poco de Sísifo.

El alma púber que clamaba dos dedos horizontales de cafeína tiene algo de “no sé qué” con la parca. Creo que le debe haber quitado la guadaña, el manto o las ganas de vivir. Si hablo lo que digo es porque, de alguna forma, tiene la razón conseguida a través de una vida realizada.

ISMAEL: Nota bibliográfica. Un hombre tuvo las contracciones de su madre cuando se maquillaba para un entierro. Una mujer de la limpieza y unos fórceps le dieron su forma tan particular. No mire la foto, por favor.

Lo mejor de imaginar lo inverosímil es la licencia cómica y sorpresiva que te concede el público cuando satisfaces su necesidad de olvido. Este granadino tiene portento y pizca de sal. 

JAVIER: Has visto el cielo y era verdad. El ángel caído de Esther Giménez. Nariz de ninfa fugitiva. Cepo tejido en sus pestañas. Ni el poema me sirve contra la bestia. Cuando pisó la tierra ya le estaban poniendo nombres. Ya solo cae la lluvia.

¡Cuánta entrelínea tiene el jefazo! Más bello resultó saber que de algunas conversaciones espontáneas pueden surgir los versos que más sajan. De la mujer que menciona, solo doblar mis patitas…

FENOY: La sorpresa no está reñida con el entendimiento. Cómo resumir la Biblia en unos cuantos versos. Así la luz lavada por el fuego. Grito de sombra. Vida transformada. El sueño en brazos de la noche, sed de amor. Dios sufre y muere. El cielo alza.

Remar a la fuerza; rimar, no. Nunca comprendí el gusto de la mayoría de los humanos por las cruces, pero la belleza puede ser cualquier lado.

ANDRÉS: Mi vida tiene tres pasos, media vuelta y un lugar inaccesible, saber del olvido lo que oscurece su último beso.

Por lo que dejan describir, los peleles del Poetry Slam Madrid le han comido el coco al pobre muchacho que demasiado sobreactúa. Hay cada vez más lugares que prostituyen la palabra, según parece, autoengañados. La poesía solo crecerá el día que crezca por encima de todas las cosas. Algo muy siniestramente mío me dice que hará caso de los consejos de declamación. 

CINTA: Utopía es creer que una barca en el mar de Madrid va dejando un tramo de estela en cada puerto. Los niños podrían imaginar ser los capitanes.

Uno no sabe dónde vive hasta que no imagina su lugar al lado del mar. Qué mecida queda el alma con el viento y la vela de este relato.

MARÍA: Ceguera por luces descargadas sobre el mundo. Amé la piel de tu penumbra. En el muro, las palomas sestean.

Desde aquí no sé si la estructura es más propia de la prosa o de la maravilla; da igual, el resultado creativo es igual de profundo. El león y la catedral, en una lucha de maestros. El niño de la nada canta en portugués para aplacar las buenas formas de las fieras de la poesía. Está claro de los de Ohio son más brutos que los de Soria.

LEÓN: Joselyn desde Ohio nos escribe. Eva pregunta qué cielo a la belleza expulsaría fuera de sí por querer ser más bello. Puntos de verdor, éxtasis fotosintético.
Sobre mis viajes por Salares, su minarete y nuestras raíces atravesadas por un hemisferio del mundo árabe. Había un mínimo chucho que me descubrió la lágrima de la impresión. Napoleón tampoco medía tanto. Ésta es la parte del pueblo a la que no llegan los turistas, huellas de injusticia. Fuerza es a la intransigencia religiosa lo que miles de víctimas a la historia, su manifestación más cruda. Consideraremos la expulsión de los moriscos como el primer holocausto. 

A colación de las muchas manos del querubín, la cosa parece acabar entre cante jondo y flamenco con un sombrero, una melena plata y una afición mística desde chica. La gente se besa lentamente y sin querer. Algunos marcharán de viaje y otros tragarán un kilogramo de calores (no hay que olvidar que el aire pesa, pese lo que nos pese). 


Ya marchados, de nuevo, esperando con lo invisible de mis alas. Nunca sabré si los fantasmas se pueden ver entre ellos porque sigo completamente solo, como un pájaro muerto que vive entre las maletas de un antiguo teatro a la esperanza de migrar unas merecidas vacaciones, también espero, algún día no muy lejano. 



Andrés París
28 de junio de 2015

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