Páginas

lunes, 12 de mayo de 2014

31ª Jornada/VII año: Miércoles, 30 de abril de 2014


Gabriel García Márquez (1927 - 2014)

1. La tarde, siempre la misma y siempre diferente, empieza hace muchos años...

La tarde, siempre la misma y siempre diferente, empieza hace muchos años, pues casi se podría decir que empieza donde empieza la novela moderna. Omega nos trae un texto de Antonio Mateo Sagasta, que dentro de su labor de escritor e historiador (más datos en www.antoniomateosagasta.es) nos presenta unos manuscritos de la edad de oro. Empieza Omega leyéndonos la noticias sobre la búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes, y prosigue con la historia de Isidoro Montemayor, que recorre los que fueron, según su testimonio, los últimos días de Cervantes. Lo que siempre ocurre con los clásicos es que vuelven siempre a contarnos algo más, nos ayuda a recordar a otros ilustres, y me comenta León que Federico García Lorca descansa en New York, debajo de una gota de sangre de pato. Un verso maravilloso que me llevo y que quizás le robe algún día (previo aviso de embargo, claro). Así son los clásicos, siempre vuelven, o ¿será que no se habían ido nunca?

Luego Cinta nos lee “La Botica”, un texto oscuro (como ella misma lo define) donde nos explica que ha tenido que construir un personaje con ciertas referencias ya establecidas. Nos cuenta la historia de un padre y su hijo que resulta por cosas de la vida también una encrucijada y una contradicción. El padre ve como su hijo entra en el lado más turbio de las drogas mientras que él, no desde la posición del consumidor, ya está dentro. El debate moral que tiene el padre se suma también (como ocurre en la vida real) con otros problemas, viejas historias sobre su madre y su tía, traumas o conflictos que hacen de la situación una bruma cuando ya huyen las luces, el oscuro azar jugando su partida. Un texto que bien podía terminar en novela.

Rocío cambió la bruma por la primavera de los bichos, primavera en el sentido climático y político, pues nos habló de la primavera de la conciencia individual en un entorno construido sobre el autoritarismo colectivo de las hormigas (sirva el oxímoron de ejemplo de lo complejo de su texto),  que con la sencillez de una prosa que se adaptaría perfectamente a una obra de teatro, nos ha podido relatar. Huelga decir que es complejo porque la hormiga de su historia tiene un final incierto. Resulta, según nos cuenta Rocío, que una vez una hormiga, hablando con otra mientras siguen en sus labores, le explica que cree que se la subestima, que se las infravalora y que en realidad no tiene identidad, pues son solo son hormigas obreras y su única labor es trabajar para el grupo. Reconoce su individualidad cuando reconoce su derecho a poder decir y por supuesto a que se le reconozca su aportación a modo de derechos civiles, reconocimiento público, e incluso a desertar. Así nuestra amiga decide, en su estado de lucidez, salir a vérselas con el mundo, que para nuestra hormiga sería el dedo de un niño que casi termina con ella, y que ya sólo la encontraremos en las conversaciones de otras hormigas que la reconocerán como “rara”. Este final incierto posee la sencillez de las cosas trascendentes, pues si no está en el recuerdo (en parte de la historia) su aportación puede perderse, y en el caso de este personaje, relegado a la palabra “rara”. Es un texto maravilloso que pudimos escuchar un día antes del 1 de Mayo, coincidencias que espero se repita siempre, justo deseo a tal texto.

De vuelta al mundo de los ínfimos humanos, Fenoy nos lee “vacaciones en un club de montaña”. Se retrotrae esta a una conversación entre dos amigos y que empieza intentando no sólo contar unas vacaciones, si no también evocarlas. Nacho cuenta a Gerardo su excursión al Mont Blanc, comenta cómo organizaron el viaje, cómo se sentaron, y una serie de descripciones que el mismo Nacho se presta a advertir que pueden ser algo aburridas, aunque para nosotros los lectores, gracias a la desternillante sinceridad de Gerardo, no nos lo parecerá. Y no es así porque escuchamos mencionar a “la morena tetuda”; “la galleguilla”; o a un personaje que a sólo tres mujeres había conocido “biblicamente”; un listado de las mejores mujeres para el yacer catalogadas por regiones; e incluso cómo una le propone a un vasco hacerle un hijo, mediada una transacción económica claro, lo que suscitó entre los oyentes un ¡qué pringada! Según nos comentó su autor este texto forma parte de algunos otros, y habría que decir que dentro de esas conversiones en autobús también podemos adivinar una fotografía del paisaje social de lo que fue una vez España, este factor temporal nos ayuda no sólo a entender la Historia si no también lo que ha cambiado.

María Juristo nos leyó un poema que previamente ya habíamos podido escuchar de otro compañero, pero que pudimos escuchar también de su voz. Se oyeros versos como: zaguán de la penumbra; el silencio cobró extensa vida; ojos doloridos... Un bello poema donde los silencio y lo oscuro se hacen muy musicales e intentan reflejar un envés, intentan darle un sentido a lo que ocurre alrededor, tomando estas como símbolo. Un bello poema con imágenes muy significativas.


Pudo también esa tarde José María Herranz estar con nosotros, y nos leyó un poema que es en realidad una queja sobre la sociedad. Empieza diciendo: Es difícil el amor. Y termina diciendo: ya se decidió mi inexistencia. Sabemos ya los que le conocemos y le hemos leído que uno de los pilares de su poesía está relacionada con la critica social, y en esa defensa de las libertades sociales nos habla de la negación de la identidad femenina. Como en todos sus poemas la cadencia y las palabras están muy depuradas, y los versos de este poema están movidos con un compás suave. Se dice de los buenos poemas que suelen guardar silencios, que detrás de su construcción hay una habitación con vistas a otra parte, esto ocurre con José María, pues nos leyó un poema que como denuncia social que es nos habla de la humanidad y de nosotros mismos. Fue una suerte tenerlo esa tarde.

Miguel Paico
12 de mayo de 2014









2. Coda: Lo que aconteció después...

Tras marcharse Miguel Paico, recojo el testigo de la bitácora para dejar buena constancia de lo que luego ocurrió.

David Lerma nos habla de fútbol: le atrae porque hay técnica, hay belleza, esfuerzo que culmina en el gol. Conecta con la infancia, la adolescencia.

Pero no es de fútbol de lo que nos quiere hablar sino de un artículo sobre la muerte de Gabriel García Márquez, sobre cómo surgió la novela de Cien años de soledad, cómo la escribió empeñando sus bienes para escribir. Sobre su perseverancia y la confianza de su mujer en él.

Leo nos ha traído una sorpresa, ha diseñado la portada de nuestra futura antología. Se le muestra a José María Herranz que le entusiasma. Y después a todos los presentes.

Andrés París, nuestro joven poeta, muestra orgulloso el poema ADN publicado en el último número de la revista Cuadernos del Matemático. Le pedimos que nos lo lea.

Cierra la tertulia Mª Jesús con dos mini cuentos. Nos despedimos para vernos ya en la Tertulia que inicia el mes de mayo

Javier Díaz Gil
12 de mayo de 2014

No hay comentarios: