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martes, 5 de febrero de 2013

20ª Jornada/VI año: Miércoles, 30 de enero de 2013


ALFOMBRA MÁGICA


   Ese cuento oriental de volar subidos en una alfombra tiene gran emoción y resulta veraz en el grupo Rascamán.
   Basta para ello acercarse al Café de Ruiz y luego remontar vuelo.
   Volar de esa guisa, supone ganar en dos dimensiones: la espacial, yendo arriba, abajo, izquierda o derecha a placer y necesidad de los viajeros y la temporal, que es la importante, pues el tiempo se abre como una esfera y permite recorrer pasado, presente y futuro de una forma instantánea.
  La alfombra mágica supera al mono adivino de Maese Pedro en lo de averiguar el porvenir, pues averigua como veremos después, con más precisión y sin necesidad de un retablo la llegada al futuro de forma inmediata.
  En esa tarde viajera del treinta y uno de enero de este año maya trece, nos incorporamos al café: María, Paloma H, León, Juan Manuel, Juan Antonio, Rocío, Isabel, Cinta, Fede, Javiboss, y al fin también Alma. Total once alfombreros sin vértigo, hoy que es una tarde en la que se ha de despegar del Ruiz por complicados lugares del subsuelo y las alturas.
   Mientras  estamos desenrollando la preciosa  policromía del lienzo volador, hay un tema de arranque del motor lanoso y es que la viajera Isabel despeja el problema del maltrato a la mujer, que ataca con un poema sanador que debe restañar heridas…Nos habla de Irene Mayoral, que también podría subir, aún en su ausencia.
   Yo le digo a Isabel que en Rusia mueren miles de mujeres cada año, violentadas, hay tanto pendiente, me dicen sus ojos…
  Se repliegan las esquinas entonces  y Javiboss, tranquiliza a una viajera que no compró billete la semana pasada: no temas, no pasamos lista, sólo echamos de menos… Añade luego: maese Juan, parece serio bitacorero y entonces procuro colocar su imagen grabada en el pliegue de las miradas a la alfombra.
  Esta  nave flexible y superconfortable tiene las virtud de obtener de ella otras alfombritas más pequeñas e individuales, por lo que León ha decidido sacar una que le ha de llevar mañana a Granada, para ver y volar sobre la Alhambra antes de escuchar sus escritos a María Juristo en aquella parte rascamanera.
  El viaje de elevación va a comenzar en el Café y todos recibimos el recuerdo de una salida en poco más de una hora en dirección al Museo Lázaro Galdiano, donde intervendrán tanto los rascamanes presentes como otros futuros, a  150 añadas por hora del navarro don Lázaro.
    Cinta habla de su viaje en su particular carpeta emocionada, cuando se trasladó de casa cargada de emociones y recuerdos, todo lo transportó.
  Hablando de importancias, León ya con su medio viajero bajo el brazo, dice afectado que “lo esencial no es nada”.  Afecto, alimento y techo llegan al espacio. Vuelve Cinta a narrar su experiencia mágica conociendo por fin el Edén, que lo vio en el Congo; allí hay equipos de animales colaborando, conviviendo y además se quieren los elefantes y  con sorpresa ve que los gorilas lavan su vegetación.
   Parece como antes del pecado original, me pregunto si no será que…, ¿Dios no estaba enfadado en este viaje de Cinta...?
  Lo asombroso y lleno de magia es que hubo allí distintas civilizaciones anteriores al Edén.
   Fede habla de su recital lleno de calle Libertad, de éxito volador y recreativo, con gran cercanía y cariño hacia la viajera Rocío. María muy cercana se siente también feliz y amorosa en la alfombra con todos los hombres.
  Ya elevados varios centímetros del suelo, León lee el poema de María,”Déjame”, que mira emocionada.  Ahora ya en altura se divisan olas, espuma y la llegada del alba que diluye la noche en su primer vagido.
  La alfombrista Isabel toma el verbo en el flotante espacio y atrae mágica a la poeta Mayoral con su Aldaba de la Memoria, para renacer… Entonces vuela Isabel por Madrid a quien debe un poema, parecemos plumas en esta alfombra, sintiendo ella ahora la inmensidad de la Villa, chulapona y bella la de los años veinte y aunque ya no está el local de Hilanderas, queda bajo esta superficie de lana mágica su renacimiento y podemos oler su ambiente.
  Entonces el viajero J.L.C. o León de otra manera, lleva la alfombra al pasado para saludar a José Bonaparte y cumplir una lectura pionera en España, de su “Moina, la aldeana del monte Cenis”,  Denostado Pepe Botella, pero envidiado ilustre y novelista. Más alcalde que Carolo III, las plazas de Sta. Ana y la del Rey, son suyas. Marginado por su mismo hermano emperador, fue benévolo como ilustre.., preguntó por su hija en la atmósfera infecta de las gentes…
  El alfombrista Juan Manuel, habla de “Despedida”, de todo aquello como la débil hoja o del tallo que puede quebrarse. Pero el viaje es seguro y nada de ello pasa bajo la alfombra.
  Luego entra quien bitacorea y tengo el honor de ser elevado a los cielos por Javiboss, desde hace un tiempo maquinista con ojo mágico, además de coordinador.



   Salgo al escenario con unos versos corregidos rascamanes, que llamé Ritmos, (se puede ver en Youtube), y que vienen a contar cómo el erotismo baila con espíritus traviesos, algo así como lo debía entender un viejo profesor que tuve en psicología, el doctor Forteza: decía, hay Naturaleza y Artificialeza. La alfombra se va ondulando,  sube y baja inquieta para escuchar al siguiente viajero.
  Rocío se incorpora y llevando su índice a los labios nos recuerda “Las voces bajas”, de Manuel Rivas, paseando la literatura por la Naturaleza, las palabras macanudas, y la tierra prometida a los emigrantes desde el escritorio del abuelo.
  Paloma desde la otra esquina no se marea de los vaivenes y penetra hasta lo más profundo erótico, con ese “Adicto”, que no puede parar. De ahí la debilidad por las piruletas de cereza.  Y llega el “Placer para dos” y entonces se llena la alfombra de aromas y luces de ámbar con rítmicos soplidos, llevando despacio el chocolate a sus labios. Llegan turbulencias, pero no hay peligros sino ondulaciones.
  Después del sonrojo es la viajera Cinta que recuerda otra vez un Edén madrileño, y volamos viendo Madrid con plazas verdes y con las estrellas al amanecer llegando al extrarradio, que en la magia viajera pasa a transformarse en la selva africana.  Isabel entonces recuerda aquellas penosas cartas de Napoleón al Zar.
   Fede de repente abre sus ojos sin vértigo a pesar de la altura para entregarnos el poema que apela al interior de las personas, alma, nieve, blancura y al mismo Miguel Hernández que al parecer le traen en Mercedes Benz, cuando lo que a él le gusta es la alfombra mágica. Mira a los ojos de Rocío sintiéndose con el alma de bloguero que es parte suya.
  Javiboss recuerda a Gª Márquez, con su brindis por la poesía cuando le coronaron Nobel sencillo en el 82, es el destino, es el azar. Neruda es el más grande: la poesía cuece los garbanzos en la cocina es decir, se trata de la única prueba concreta de la existencia del hombre.

   Y en ese preciso momento viajamos con presteza en nuestra alfombra hacia el subsuelo de la villa, aunque una parte tomó una alfombra de menos plazas para llegar por carretera al Museo.
  Allí todo eran visiones poéticas, pictóricas y el asiento rascamanero en la mesa presidencial por José María. Asistíamos a un triunfo poético sobre el Madrid-Barça, encuentro copero real de ida en una tarde de invierno suave. Pero lo que está triunfando en la villa poética dijo Chema, entre las Luces y Sombras de María del Villar, casi dormida, son los grupos de Rascamán y del Círculo de Bellas Artes, auténticas vanguardias madrileñas de la poesía de este siglo nuevo.
   Despierta entonces el fantasma de María del Villar, esta vez encarnada y enamorada de Aure para siempre en amor eterno con su Copa ofrecida al poeta llena de vino navarro.
   No viajó esa tarde en la alfombra Aure, nos esperaba allí, y todos vimos su beso de amor  a la dama, cuando nos metió en esa página Web tan poética que nos habla del encuentro entre los mundos enfrentados en el pasado cainita y que casualmente deriva amoroso.   El maestro al despedirse se volvió con gracia hacia la mesa para afirmar la veracidad dulcísima de tal encuentro, es un poema vivido.
  En aquel salón, tan de color navarro, se nota el ambiente danzarín y artístico de la poeta Villar enamorada,  que no puede parar.
  Después salió Rocío, que lo vivió todo esa tarde de magia y nos llevó alfombrista a ese mundo tan tremendo de los cuentos de hadas, tan ciertos como la vida misma, presentando en prosa poética un país de donde nunca queremos marchar, en todo caso viajar de vuelta cada tarde.
  La magia de la alfombra nos trajo el futuro, con la intervención de otros poetas, uno de ellos Fermín, poeta en el Círculo, que sin ser navarro, quiere probar lo de la alfombra rascamanera por lo que nos dice en sus versos tan profundos. Se ha contaminado.
  Se aparcó en el cielo madrileño la alfombra hasta el miércoles que viene para dar paso a las generosas copas y picotes y antes de marchar se desatan las lenguas y recordamos a Giner, que de esa época era. 
   Inevitable al marchar, León peripatético, ya en el jardín, lamenta que el tiempo español esté parado, en el descubrimiento de Colón..., de momento.
   Otros días mágicos llegarán para viajar al futuro, si su majestad el rey nos lo permite. De momento el cine ha resucitado a A. Hitchcock y en esta noche ya han llegado los pájaros de la raza gürtel que invaden la ciudad  en una invasión de viaje negro, abrumador y sorprendente, como en su película.
    Todos volvemos a nuestros lares, por debajo y sobre una ciudad que enseguida nos muestra repentina la silueta en bandos de aquel alcalde con su movida madrileña, a la que sigue queriendo tanto.


Juan A, Arroyo
Treinta y uno de enero de 2013

2 comentarios:

Paloma Hidalgo dijo...

Una alfombra mágica llena, en efecto, de magia: la de las letras con que está tejida.
Gracias Juan Antonio.

Un abrazo

Javier Díaz Gil dijo...

Gracias Paloma. Compartimos alfombra todos los rascamaneros y mirada cómplice.
Un beso
Javier