RECETARIO
IMPRESCINDIBLE
Ingredientes
Por
piezas, para que conserven todo su sabor, añádase:
- Un
Javier (también conocido por Boss), un Alberto, dos Juanes (uno Antonio y otro
Manuel), una Antonia, un Pedro (Catalán para más señas), una Juani (hermana de
J. María Herranz), una Amparo, un León (de preferencia José), un Carlos (en sus
tres variantes, Nosabe, Yasé y Ceballos), una Maria Jesús, un Aure (tal y como
se hace llamar), una Ana, una Carmenfron y un Vicente.
-Una
botella de vino tinto, un Ribeira Sacra del 2009.
-Un
puñado de noticias frescas.
-Anécdotas
surtidas, con el mejor sabor posible, como la del Monasterio de Cultura.
-Abanicos,
dos.
-Sonrisas.
-Comentarios
a media voz.
-
Puñales (son imprescindibles para dar sabor).
-Poemas
propios o ajenos, relatos, fragmentos de diario, alguna pieza musical, alguna
foto. Libros, varios. Kikos picantes.
-Cerezas,
dulces, de rojo alizarina y carmín Granza.
Modo
de preparación:
Prepare
una sala suficientemente grande, instale sillas -o en su defecto silloncitos- y
espere la llegada de los ingredientes.
Permita
que Javier lea su poema “Y NO ES CIERTO”, inspirado en una foto de J.Ortiz de
Mendívil; notará cómo se enriquece el
guiso con su sabor esférico del deseo.
Haga
lo mismo con Alberto. Disfrutará con la contundencia vital de Nazim Hikmet,
un poeta turco que escribió poemas tan
lúcidos como “ACERCA DEL VIVIR” u obras más planas, a decir de los conocedores
de la magna obra de don Miguel de Cervantes,
tal es su homónima “DON QUIJOTE”.
Espolvoree
con un poco de Moral Oscilante, que
se me antoja color cúrcuma, para evitar la palidez de su receta.
Agregue “CENTENARIOS EN EL CASINO” de Juan Antonio,
un relato con protagonistas humanos y animales. Incorpore después “BOLTZMANN” de Juan Manuel, un poema que aúna
al físico austriaco con suicidas menos ilustres; y deje que Aure recite “LOS
QUE ME ACOMPAÑARON” perteneciente a su colección de memorias poéticas. Los tres, como Aramis, Porthos y Athos,
conseguirán perfumar de armagnac el guiso. Observará que la cocción va cogiendo
cuerpo y un precioso color cercano al elegante rojo inglés. Eso es bueno, las
letras, las palabras van liberando su aroma como las uvas brunas que sacian la
sed de Maria Antonia en su poema “AGUA”.
Cuando
el hervor constante y mantenido ligue la salsa, podrá sacar, a demanda de ellos
mismos y de sus obligaciones -un apicultor que necesita ejercer su oficio, un
tertuliano asiduo de otros lares, le bonhomme qui doit partir- a todos ellos.
Su estofado no perderá con ello.
Deje
que los recuerdos que duermen en el diario de Juani den un toque nostálgico y
deje enfriar con “LA CASA EN LA NIEVE” de Amparo .Hasta su propio aliento se helará, bajo el
aparentemente inofensivo mundo que se encierra en una bola de cristal, cuando
el terror asome.
Si lo
desea, introduzca en su cazuela “LA MÚSICA DEL TITANIC” un poema-vals de León,
proveniente del libro La inteligencia azul de los delfines, azul de Prusia
entrelazado al ultramar sobre las olas. La música de sus palabras dará cuerpo a
su salsa, le hará vibrar. Y no olvide una pizca de “PRETENDE FILIS” de Carlos,
una composición saficoadónica que realzará las notas afrutadas de esta aliño.
Añada
un chorreón del vino peleón del brick que María Jesús y sus “REFLEXIONES
METAFÍSICAS DE UN MENDIGO BORRACHO” dejan a su disposición, glup, glup y
remueva para que “LOS BUENOS DÍAS“ de Ana incorporen una gota de
realismo, gris, como el bituminoso acero
de mi caja de óleos.
Antes
de retirar el perol del fuego, añada una hojita de laurel y pimienta, que pique
bien. Vicente le puede ofrecer un sucedáneo con “LAS MAL CASADAS” de Luis Alberto de Cuenca.
Paloma Hidalgo
14 de junio de 2012
1 comentario:
muy lindo, Paloma, acabo de leerlo y agrada! Gracias.
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