Páginas

martes, 17 de mayo de 2011

31ª Jornada/IV Año: Miércoles, 11 de mayo de 2011

SE TRASPASA BITÁCORA


Se traspasa bitácora ante la duda de si sabré atenderla bien, dado que no tomé ni una sola nota en papel de todo cuánto ocurrió ayer: Miércoles 11 de mayo de 2011.


Negocio tertuliano en funcionamiento desde enero del año 2010 en el local que actualmente ocupa: El Café Ruiz. Pero con una amplia historia previa en otros locales como el Café Galdós, la editorial Amargord o talleres de creación literaria anteriores, que me pregunto si vienen al caso. Aunque inmediatamente me desdigo, los orígenes de algo siempre deberían venir al caso. ¿O no?


Se incluyen en el traspaso media docena de tertulianos goteando sobre el Café, como un grifo mal cerrado. Aunque no lo creas, le dijo David a Vicente cuando llegó, eres el sexto tertuliano de hoy. ¿O fue a CarmenFron? Es lo malo de no haber tomado notas, que se traspasan también las imprecisiones. Porque aunque lo cierto es que llegamos a sumar seis tertulianos en la tarde de ayer, no llegamos a estar juntos más de tres al mismo tiempo. Primero llegó María Antonia Copado, después una servidora: Rocío Díaz, más tarde León Cano, a continuación David Lerma, detrás llegó Carmen Frontera y por último Vicente “Vicentrillo”


También se incluyen a los que no fueron. Les precedieron excusas y motivos que justificaron, por correo o por móvil, sus involuntarias ausencias.


Gran espacio, no había apenas nadie en todo el Café, y muchas posibilidades de sentarse, aunque casi todas las sillas siguieron vacías. Pero se pudo continuar la actividad con las voces de los que estuvimos ayer sobrevolando en vuelo raso la música de un Bésame mucho que tarareaba la camarera o algunas melodías de Norah Jones que mullían nuestras conversaciones.


Se traspasa cartera de proyectos que iban desgranando los tertulianos: Un fin de semana en Granada para junio, una visita de un profesor de la universidad quizás para finales de curso que ya ha invitado Vicente, o algunas lecturas nuestras a la vista, como la de Sagrario hoy en la calle Alburquerque, la de Javier y mía en Villaverde o la de María Antonia en la ONCE.


Se traspasa también la cartera de libros de los propios tertulianos, León sorteó un poemario premiado un día en Irún, entre David y yo, que por supuesto yo perdí. Y se traspasaron en el aire, y aun hoy retumban en mis oídos, autores y obras que estamos leyendo o leeremos en un futuro: “Yo este verano me pienso leer el segundo de Los pilares de la tierra” “van varias veces que me lo empiezo y no hay forma” “Pues yo ya he decidido que este verano le toca a Ana Karenina...” “Pero ahora, ahora ¿qué estáis leyendo?” “La luz prodigiosa, Retrato de un hombre inmaduro, La sombra del ciprés es alargada, Historia de la lengua”.


Se traspasan las películas que hemos visto: ¿La luz prodigiosa o Matrix? Y las que veremos: “Hoy proyectan una película japonesa en el Ateneo”. Se traspasan los viajes que hicimos a Italia, las veces que paseamos las ferias de libros antiguos o de ocasión que ahora podemos repetir. Se traspasan nuestros problemas para dar cabida a tantos libros como tenemos en nuestras casas.


Y finalmente se traspasa el único relato que leímos en la tarde de ayer, el de la tertuliana más trabajadora de la semana, el relato que trajo CarmenFron sobre “una Teresa en una Medina del Campo de la postguerra”


¿Qué más se puede recordar? ¿Qué más ofrecer?


El negocio tertuliano es perfectamente rentable e ideal para llevar entre dos personas, cuatro personas, seis personas. Tiene muy pocos gastos: un café con leche y una caña con una inmensa bandeja de patatas fritas, un poleo con una palmerita y otra caña con panchitos. Acompañados siempre de una jarra de agua y unos vasos. Gastos que uno quiera consumir, poca cosa más.


No tiene ni existe carga alguna, somos autónomos y lo que se paga está a nuestros nombres.

El precio del traspaso es simbólico por el tiempo que dedicaré a contarte lo que ocurrió.


Porque lo que yo quiero de verdad traspasar, es la bitácora de ayer. El registro en palabras de nuestra presencia allí en una tarde tan calurosa para ser mayo. Nuestras voces aún sonando entre el eco de aquel café inusualmente silencioso. Las lecturas, los textos, todo cuánto quisimos compartir con quienes sabemos que gustan de nuestra afición. Nuestros proyectos juntos para con la literatura. La confianza que ya va teniendo la nueva camarera con nosotros. Y sobre todo, nuestras ganas de compartir otra tertulia.


Interesados, más que llamar, leer en el http://www.bitacoratertuliagaldos.blogspot.com/


Rocío Díaz Gómez
12 de mayo de 2011

No hay comentarios: