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domingo, 19 de abril de 2009

25ª Jornada/II Año: Miércoles, 15 de abril de 2009


EL METRÓFALO


Estoy hasta los güevos de tomar las pastillas, y, sobre todo, de que mi madre aparezca todas las mañanas en mi habitación y me ordene:

-Niño, tómate las pastillas.

Estoy tan hartito que en cuanto sale, me las escondo en los entresijos de los vaqueros y después las tiro en la primera papelera que encuentro. De todas maneras, ¿para qué me sirven las pastillas? Si ya estoy bien, si duermo, si ninguna voz me manda que haga esto o lo otro, si nadie se ríe de mi en la calle o en el supermercado, ni el perro de la vecina del cuarto, que era espía del Papa, me gruñe; parece que ha olvidado el bocado de le di en la oreja en aquel rifirrafe que tuve con él. Ahora lo que tengo que hacer es buscarme un curro y que le den a mi madre con la administración de mi Pensión de Dependiente o como se diga. Me da sólo cinco euros al día, la muy tacaña, y con eso tengo que pagarme el tabaco y los trasnportes. Si me tomo algún café, que ya de alcohol nada, tengo que andar contando la peseta, perdón, el euro. Es lo que haré esta tarde, que quiero ir a la tertulia de Javier.


Bueno, cuando llego ya está allí el Aure, ese que va de anciano rebelde, y no es más que un puto viejo, y se cree alguien, el muy desgraciao, porque le colgaron un poema en el Gijón. Después de mí, llega Javier, el que dirige la tertulia, que viene con un problema escrotoangélical, dónde se lo habrá enganchado, con la cara de santito fiel que tiene, después Rocío, a la que da gusto escuchar sus cuentos, cómo los lee, qué gracia; Sagrario, que dice que lee el día 23 de abril, a las 9,30, en la asociación cultural “PIPO” (Travesía de la Primavera, 3, Metro Lavapiés) y Vicente alias Federico Trillo. Se habla de los que acudirán a la lectura de cuentos en la Casa de Chile, de lo mal que lee Gamoneda su poesía y de lo bueno que es. No sé quién (¿Javier?) ni por qué, dice que el hijo de Hércules era Herculito, y que su papi lo llamaba, “¡Ven, Herculito, ven!” . A continuación Javier lee un poema de Gamoneda, “Blues de la casa”, y el poema de Jesús Jiménez Reynaldo, que alguna vez ha venido a la tertulia, “Adolf Hitler, un brazo en alto, juega con su patito de goma en la bañera”, que ha recibido un premio en el “García Madrid”. Se comenta la peli “El Gran Torino”, de Clint Eastwood. “Voici” Elena, repartiendo abrazos y besos, pero a mí no me toca ninguno. Federico Trillo se interesa por el poema de Carver sobre Machado, que el Aure promete escanear y enviarlo a todos los rascamaneros. Y dice FedericoVicente que le gusta mucho cómo escribe Carver, pero que no le gustaría ser como él. Elena amenaza con irse. Intercambio de teléfonos. El Aure lee su poema “Ángel”, sobre la idea de que si una vez se rebeló un ángel, ¿por qué no puede rebelarse otro? Luego yo no acabo de comprender, se cita un poema de Sagrario, “Gato guitarra copulando con mujer caracol”, está en su blog, para quien quiera leerlo. Y alguien habla de Santo Tomás y se cuenta un chiste: Jesús dice cuando Tomás le mete el dedo en la llaga, “Aquí no”, de ahí Santo Tomás de Aquino. Los hay peores, los chistes. Federico Trillo recomienda “El títere y el enano” de Salavol Zizewk o Zitek, habrá que leerlo, porque este Trillo donde pone el ojo, pone la bala. Y Sagrario narra la historia del hallazgo de la tumba de Jesús y Mª de Magdala, y yo digo que claro, con la Magdala, Jesús debería tener unas erecciones divinas, y alguien pone cara rara. Arriba Carmen Fron, lo digo para no repetir llega, que ya está muy dicho; arriba, pues, Carmen. Y Javier lee “Entre el río y la boca/sueñan los ángeles”. Y todos le hacen repetir el poema de “Hazme otra foto en que sonría”: amplio debate sobre si los tres últimos versos podrían constituir un poema aparte. Sagrario lee una prosa descriptiva sobre “Los miércoles de mercado”, pero se atropella al final, que ha olvidado. Nos parece interesante, tendrá que volver a leerlo ya recuperado el final. Llega José, un gallego, amigo de Rocío, que está calladito todo el tiempo, escuchando. Carmen Fron lee “Coches de choque”, narración de alto voltaje, y que un poco pulida, en opinión de todos, quedaría muy bien. Es la dramática historia de dos adolescentes, una de las cuales queda embarazada en su primera experiencia. En el debate sobre este cuento, se discute sobre estos personajes. Por la forma de hablar, no se las ve en un barrio rico. Javier y Trillo coinciden en que la historia parece tener lugar más en un barrio de la periferia y recomiendan a su autora que de pistas en este sentido. Federico lee un relato, ya leído en su día en el Taller de Villaverde, “Espejismos” : un vagabundo “elige” ser atropellado, mientras pasea por la calle Princesa, rodeado de oficinistas encorbatados. Bebe vino en un tetrabik (Cumbres de Gredos). “El banquero raras veces se distingue del vagabundo”, éste morirá aplastado por un suicida que le cae encima y que maldice su mala suerte mientras se aleja.

Y ahora, por último, por fin, leo yo mi poema “El metrófalo”: silencio total cuando termino. El Aure, el muy cabrón, se tapa la boca con la mano, seguro que para reirse. El Javi empieza como siempre, poniéndome pegas: que si hay asonancias, que no es nada comprensible. La Rocio, esa rata sabia, va y me suelta que es un caos, un bodrio… Y entonces a mí me entra el cabreo y trato de explicar que está todo muy claro, lo que pasa es que el poema es surrealista y simbolista al mismo tiempo, que con las rimas he tratado de reproducir el ruido del metro, su tracatraca. Está clarísmo: el metro es el falo y la estación de la Plaza de Castilla, pues eso, lo femenino. Y cuando el metro entra en la estación, se produce un atentado terrible, que es el orgasmo. Todo salta por los aires, ésta no es la “muerte pequeña”, sino la grande, la terrible…Caen las torres inclinadas….. Y se ponen todos a reír abiertamente, qué cabrones. Y entonces busco mi navaja en el fondo de la mochila y empiezo a repartir. Al Aure le doy el primero, pero bien, cae redondo. Después al Javi, pero ese tiene tiempo de poner los brazos por delante. Mientras tanto, la Rocío se ha metido debajo de la mesa y chilla…Acude el camarero, los dos tíos de la mesa de al lado me sujetan los brazos… Trillovicente ha cogido una silla.


- Mamones, les digo, soy mucho mejor que vosotros – Y ya no puedo decir más. Trillo me da un sillazo.


( Ver el reportaje sobre la Tertulia del Café Galdós en “Sucedió en Madrid” que se emitirá el martes, día 2, a las 20 h., con entrevistas a Javier y a alguna de las contertulias. Momento de enorme emoción: el entierro del Aure y los poemas de despedida de sus compañeros).



Aureliano Cañadas
18 de abril de 2009

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