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lunes, 1 de diciembre de 2025

8ª Jornada/XIX año: Miércoles, 26 de noviembre de 2025

Estas cuatro letras...

 


A mis muy ilustres compañeros

Estas cuatro letras son para poner en vuestro conocimiento que habiendo asistido a la nunca y suficientemente bien ponderada tertulia de los miércoles en el distinguido local Fígaro, tras un tiempo retirada por motivo ajenos a mi voluntad vuelvo con nueva ilusión para recoger lo que me corresponde por derecho, que no es otra cosa que mi corazón que os lo dejé en prenda, aunque sé de buena tinta que os lo habéis apropiado sin previo aviso y ya no lo voy a recuperar.

Creo que he caído en las garras de esa tribu que campa a sus anchas con el mayor descaro y sin ningún remordimiento por el mundo de la narrativa y la poesía.

Al igual que Campanilla, la gran amiga de Peter Pan, en ese antro clandestino se suaviza un poco la sinrazón del mundo con las poderosas armas de las palabras, ella arreglaba teteras que también tenía su sentido, y adormecéis al monstruo que acecha día a día, haciendo que la vida sea más amable.

Comenzaré por dar algunas pinceladas en la tarde del 26 de noviembre.

Esther, con un grupo de mujeres solitarias en un mar de arbustos, fue en busca de la estrella del sur.

Morate, al igual que hizo Virgilio Piñeiro, gran poeta cubano invita la palabra para dar luz a las tinieblas, haciendo que la poesía viaje por el cuerpo, y además afirma con razones incontestables, que Dios no existe o se hace el sordo.

Alberto, con su Arturito Argüelles, que lleva hasta el final las enseñanzas de su abuelo, hasta el extremo de morir con honor bajo la lluvia antes que abandonar su puesto.

Cinta, su tierna historia empieza con Érase una vez, un enterrador jubilado que volcó sus fantasías en un puñadito de piedras, unas sirenas y una legión de peces equilibristas.

María, que nos habla de un limonero, y una noche que alcanzó las sombras entre la raíz del recuerdo.

También nos habla de la soledad de una mujer que prefiere tomar el té con su asesino con tal de estar por unos instantes acompañada.

Javier, nos cuenta que el mar estaba antes, y que decenas de cigüeñas vuelan en un aleteo de sombras que se vuelve espuma .

Manuel, nos cuenta como un muchacho llamado Gabriel, se enfrenta al mal para ayudar a un hombre considerado diferente por su color y procedencia; había prometido a alguien muy querido no meterse en líos, pero su integridad moral le hizo faltar a su palabra.

Chelo, nos hace ver la hartura de alguien que lleva a sus espaldas unos cuantos velatorios, ni uno más, se dice a si mismo, solo asistirá al último que casualmente será el suyo.

Matteo, nos cuenta que para burlar la muerte hay que entender la vida como un producto de consumo, inquietante reflexión que sin lugar da que pensar, convertir la vida en lugar de reposo a través de la filosofía de la inercia.

Rocío, un hombre de interior que como se puede adivinar solo está a gusto en su propio universo, en este caso un cuarto de baño donde transcurre su mundo sin que nadie más tenga cabida en él, no porque lo impida si no por la incomprensión de los demás.

Y una servidora a la que llaman Tina, que como habréis podido comprobar le gustan las cartas antiguas, esas de papel de carta, sobre y sello, que os cuenta la historia de una niña cuya ave plateada, es decir la inacción social que la deja a su suerte, en uno de esos lugares donde la mujer es un mero accidente, pero necesario para depositar sobre ella las frustraciones y maldades, basadas en cueles costumbres ancestrales como pueda ser el forzado matrimonio infantil

Con mi más cordial afecto

Me despido Atte.

Tina Iglesias García.



Tina Iglesias

27 de noviembre de 2025.

jueves, 27 de noviembre de 2025

7ª Jornada/XIX año: Miércoles, 19 de noviembre de 2025

Homenaje de los rascamanes a Javier Díaz Gil
5 de noviembre de 2025



Han pasado dos semanas desde la última tertulia en el Fígaro.

El miércoles pasado descansamos porque he estado de viaje en Marruecos. Y la semana anterior, porque la entrevista de Juan Calderón en la televisión extremeña en la Casa de Vacas no fue tal. Claro, qué queréis que os explique si todos lo sabíais menos yo. 😊

Lo que celebramos el miércoles, 5 de noviembre, en la Casa de Vacas fue un homenaje que me organizaron mis queridos rascamanes y que no olvidaré jamás. Recibí tanto cariño y fueron tantas las sorpresas, las de los que estaban presentes en el público acompañándome, amigos, familia... Los antiguos compañeros de Tertulia recuperados para este día por vosotros. Y la sorpresa continua de lo que iba sucediendo en el escenario: la introducción de Rocío, Lunindio, Juan Raña presentando, Alberto y David de dúo cómico, las canciones de José Luis y de Piluca, Andrés al piano, las entregas de premios, Carmen Padín con su máscara y su cuchillo... Y tantas cosas que quedan por enumerar... Eché mucho de menos a Juan Calderón,  que por culpa de una caída no pudo estar en el acto y sé que es el alma de todo esto. Gracias, Juan Calderón, y gracias a todos por este día tan maravilloso, por la placa y las flores y el libro tan lleno de cariño y las palabras de tantos rascamanes a los que habéis ido localizando con paciencia...

Desde mayo llevabais preparándolo. Y yo, ni idea, Qué bien lo habéis hecho.

Os quiero.

Aquí dejo el enlace al vídeo completo del homenaje por si os apetece verlo o recordarlo.


Y aún, sumido en la emoción, retomamos Tertulia hoy en el Fígaro, con unas galletitas encima de la mesa de queso y almendras traídas de Marruecos.

Toca reunirse en la parte de fuera porque Jesús está montando una nueva exposición.

A esta tertulia de hoy acuden Juan Antonio, José Antonio, Chelo, Carmen Cañadas (en su ventana del Zoom), Javier, Alberto Ramos, Carlos Castro, Manuel, David, Anagonz, Rocío, Juan Manuel, María Jesús Briones, Juan B. Raña, Juan Pulgar (en el zoom), Paloma Sánchez y Matteo (en el zoom).

Lee el primero, Juan Antonio, "Tiempos literarios". Texto recogido en nuestro próximo libro de la tertulia, "Veinte años", que aparecerá en diciembre. Veinte años ha cumplido Rascamán... Sientes al otro un ser complementario... Tu futuro ya es eterno.

José Antonio trae un poema de amor, siempre necesario. Busco amor, me dijiste por whatsapp, Matilde... Quiero ver a qué sabemos. José Antonio nos deja la sonrisa en los labios.

Chelo sigue sin escribir y dice que estos días se ha acordado mucho de mi madre, de lo que debió sentir el día del homenaje. Y tiene razón, vivió ese momento con mucha emoción y orgullo.

Javier, mi turno, traigo poemas escritos en Marruecos. Leo "Gatos" y "Oued". Este último dedicado a Chelo. Pronto sobre ti / germinará el verbo.

Carmen Cañadas ha escrito sobre la foto que envié del abuelo y el niño. "Narciso desengañado". Sonríe, deja ese mohín de desconfianza. Despójate de tu carne tierna, Narciso desengañado... Llegará el día en que te hartes de ti mismo y te diluyas en todo lo demás.

Alberto Ramos duda si leer o no leer. Finalmente saca un folio con un microtequiero, "Martini". La noche olía a confidencia... Una cicatriz... He preguntado que si me quieres...
Quizá el que haya entrado y salido gente del Fígaro nos ha despistado un momento y no hemos entendido el micro los que estábamos en el café, pero Matteo, desde el zoom, dice que le ha gustado mucho y que lo ha entendido. Matteo, aislado en el zoom, se acaba de convertir, lo dice Rocío, en el nuevo mejor amigo de Alberto.

Carlos Castro está superando su miedo a leer en público y nos regala la lectura de un poema de su último libro, "La mujer en sombra". Su cabello del color de la tormenta... Le comentamos la presencia de algunas asonancias que aparecen ojos/despojos, carbón/corazón... Dice que lo había hecho a propósito buscando la rima, pero le aconsejamos que lo evite cuando no está rimando completo el poema.

Manuel regresa a su novela "Ninguno de los suyos", Asha es retenida en Libia. Leo yo el texto, Manuel está un poco acatarrado y tiene la voz medio afónica.

David no trae nada, pero recordamos su actuación junto a Alberto en el homenaje. Hemos descubierto un nuevo dúo de humor. 

Anagonz nos recuerda que mañana, 20 de noviembre, se cumplen 50 años de la muerte de Franco. Sobre eso ha escrito su texto. Había golpes, ruido seco... sufrir, siempre sufrir... demasiado cerca, demasiado cercados... La dictadura vuelve sucias las sábanas.

Rocío nos lee un relato, "Mamá escribía cuentos azules", basado en una de las fotos que envié donde se ve un escritorio y una ventana. Después de los gritos y los portazos nos vencía el silencio... Los cuadernos siempre tenían las tapas azules. Recuerdos... y de esta casa.

Juan Manuel nos dice que ha cogido un papel con un texto suyo antiguo y lo ha traído. Tiene que ver con esta efeméride de Franco. "6 de diciembre". Casi estas fechas, afirma.
Calles llenas de gritos, esperpénticas sombras espeluznantes... La muchedumbre huyendo de los caballos blancos... Apenas quedan labios en la noche... De lo mejor que hemos escuchado hoy en la Tertulia. Qué buen ritmo, y qué imágenes tan estupendas. Qué estupenda descripción.

María Jesús Briones es nuestra oficial cincuentera. Especialista en escribir cuentos de 50 palabras. Lee "El viaje". De la oscuridad uterina... al campo fertilizado con abono humano. Y un segundo cuento, "Ancianolandia". Estaba poblada por abuelos y nietos... Se satisfacían sin reproducirse. María Jesús tiene la habilidad de dejarnos impactados.

Juan B. Raña también ha escrito sobre la foto del anciano y el niño. "El desfile ajeno". Era el día de la libertad y el abuelo iba a llevar al niño... No hables con nadie, no te muevas... Esa es la libertad... Libre de hacer lo que yo diga... La libertad no se regala, se permite. Gran relato, Raña, nos ha encantado.

A Juan Pulgar lo perdemos en el Zoom porque estaba esperando en la consulta del dentista y tuvo que marcharse.

Paloma Sánchez trae una "Paloma mensajera". El viento olía a sangre seca, a la amarga verdad, la llaman muerte... Soltó el tubo sobre la mano del soldado... Empezó a llover como si el cielo protestara.

Nuestro último rascamán es Matteo, pero decide no leer porque ya es tarde y prefiere hacerlo otro día. Nos ha anunciado el presupuesto que tenemos para los libros, está ya la maqueta lista y se enviará pronto a  la imprenta. En diciembre lo tendremos en nuestras manos. Gracias, Matteo, por el buen trabajo.

En la mesa apenas queda alguna galletita marroquí y los vasos, tazas y cervezas ya vacíos. En la sala de dentro están terminando de colgar los cuadros y está entrando gente a ver la exposición. Nos despedimos hasta el próximo miércoles. 

Sigue en mí la emoción vivida el día 5 en el homenaje.


Javier Díaz Gil
27 de noviembre de 2025








viernes, 21 de noviembre de 2025

6ª Jornada/XIX año: Miércoles, 29 de octubre de 2025

 

Besos pasteleros de coco



Una bitácora me manda hacer Violante.

No, no es así, me puse detrás de León y una cerveza, miré al suelo, pero Alberto compañero de la vida y de sillón me empujó dejándome al descubierto. Cinta me miró, y dijo (como lo lees):

-Yo ya la hice la semana pasada.

Javi, el Boss, me miró, con esos ojos dulces que pone cuando vuelve de viaje.

Y yo, soy mayor y ya apenas monto en bicleta y de lo otro, solo la memoria me salva.

De asertividad ando mal, por lo del ojo, así que dije sí.

Y aquí estoy.

El día era nublado y parecía una bola de algodón…

Así, no.

Más duro:

Desde que amanece apetece

No, pero sí.

Las tertulias de Rascamán son vitaminas literarias de amistad, en un microcosmos en el que la libertad roza la imprudencia y  los asistentes, como Aquiles, salen fortalecidos en alma y cuerpo (lo del tobillo es de otro libro).

Empezó cuando tenía que empezar, aún no había besos pasteleros de coco, que trajo después Ana, y los que no estuvisteis o recurristeis a la red… os fueron vetados.

Comentario sobre la exposición de Lo que la Hoja te cuenta y oda al público asistente, Fernando, un encanto, paciente y amoroso.

Se habló, o al menos a mi me lo pareció, (soy bastante sordo y muchas veces imagino lo que no oigo) sobre la conveniencia de asistir a los actos comunes del Microcosmos del que os hablaba,  que la distancia es el olvido, que la abuela fuma y el niño bebe y los etc.

Al grano:

Empezó Cinta con un soneto. Valiente y sensible, como siempre. Hablamos de rimas y de ritmo, de las técnicas y de la belleza de los clásicos que si vamos de consonante, pues como en los eventos que la rima asonante es como el traje Casual Friday de un viernes por la tarde. Pero es hermoso, como la tertulia crece, al tiempo que lo hacemos cada uno de nosotros.

Luego me tocó a mi… por madrugador, que por eso de la lluvia que no caía o por vaya usted a saber, llegué el segundo… “Na”, uno de libélulas, que hacían toneles entre las cañas de un pantano, lo normal y no quedó claro si la amazona era Euterpe o cualquier otra del gremio. Sí quedó claro, lo decían los versos, que nuestro compañero querido, Alberto, estaba allí.

Luego, Javi.

Poema de 2018. La encomienda. Sobre la pérdida y el encuentro, sobre las palabras. Encomienda, en el cesto al lado del conductor para atravesar campos, ciudades y llevar ilusión al otro lado. Siempre hay algo o alguien al otro lado y siempre hay espera sorpresa y regalo, así es la vida.

Javi es Javi, puede escribir a la pata coja, sobre una silla y de pie. Su poesía es hermosa, la capacidad de ver lo que está debajo, lo que siente el paisaje y los lo que lo ven, los que dan y los que reciben. Grande, no quieto insistir aquí, que lo va a leer y yo… soy tímido para algunas cosas (para otras no).

Llegó Anagonz con besos de coco. No, no temáis, no fue que un Coco trajera besos, no, eran pastelillos apetitosos que dejó sobre la mesa. Creo que comí dos, el segundo con dudas pero...

Me animó Alberto, que leyó un relato  sobre  un pobre marido con su señora a régimen y un puñetero endocrino que hablaba  de la solidaridad familiar con la hambrienta. Terrible.

El relato entre risas, me animó a por el segundo beso de coco, no quise que Mi Santa me viese con los ojos de mirar a flacos.

Alberto, ya sabéis, yo no debo hablar de los escritos de Alberto porque soy un entregado, un cautivo. Es lo de siempre, oficio y talento y una chispa de ángel y unas gotas dulces o ácidas según el día, y en la copa que no falte la sorpresa,

Alberto Manríquez: hablamos de las editoriales, de Amazon, la segunda edición de Kinz, la ha autopublicado ahí. Sobre las editoriales… Son negocios que debieran peinar los textos de los autores y conseguirles dineros para que sobrevivan al menos o les den premios ad honorem. Y no siempre es así. Algunas se limitan a mandar imprimir a un tercero un texto después de haber vendido al autor la ilusión del Parnaso y la celebridad. Las hay serias. Que dicen sí o no al texto, que lo leen y sugieren, que promocionan y administran. Y evidentemente sobreviven, que el beneficio es el seguro que hace posible el tiempo que nos dedican. Ojo: un libro es obra coral. Autor, editor, corrector, ilustradores, marketing y administración al servicio de la obra para la felicidad del lector (Custormer First… tenía que decirlo). 

Alberto nos introdujo en Kinz (tesoro) y nos dejó con las ganas de leerlo, está en Amazon (repito) y nos puede ayudar a tardes o noche de aventura y de búsqueda partiendo del cuadro de Velázquez sobre la expulsión de los moriscos y unos documentos…

Luego me fui... y ya no puedo contaros más. No escuché a Ana, ni a Rocío, ni a Celia, ni a Carmen… me que quedé con ganas.

Ojo, sí escuché a León. Maestro D. José León Ramirez, podría enrollarme contar que León hace un soneto como Lope, mientras se dora la tostada, o al usar el ascensor (si es un tercero). Pero... hay cosas de las qué para que hablar si pueden oírse


José Antonio Carmona

30 de octubre de 2025 









Al marcharse José Antonio, retomé yo lo que quedaba de bitácora. José Antonio, atento a que León estaba cansado y quería marcharse a casa, le acompañó en un taxi.

Leyó Anagonz y nos contó que manaban naranjas con piel gruesa. Escribió sobre la foto de los dos niños que envié. Tres padres cambiaron mi historia, continúa. Recuerdo las manos de Antón, estará modelando el cielo.

Rocío no ha traído nada, no le da la vida, dice.

Se estrena Carmen Cañadas desde la ventana de Zoom. No voy a llegar a vuestro nivel, nos confiesa. La voz de Carmen es como la de Celia, su hermana. "Juego libre" es el título. Juegos reunidos, Monopoly... Encasillarse en un tedio. El juego libre de los patios. Nos lleva Carmen a la infancia, a la infancia de todos.

Celia Cañadas, que la tenemos en el café sentada con nosotros, toma el relevo de Carmen y cierra la Tertulia de hoy. "Estío". La mujer pensó en todas las cosas que aún no había hecho... Un miércoles que resultó ser un jueves...


Pero este miércoles de tertulia no resultó ser un jueves, fue una fiesta más, un miércoles de Rascamán donde se obran milagros.

El próximo miércoles nos veremos en la Casa de Vacas en vez de en el Fígaro, para acompañar a Juan Calderón en la entrevista que la televisión de Extremadura le va a hacer.



Javier Díaz Gil
21 de noviembre de 2025












jueves, 20 de noviembre de 2025

5ª Jornada/XIX año: Miércoles, 22 de octubre de 2025


 VIDA LENTA


Regresar a la lentitud, que parece arrojar un significado poco animado, es regresar a paladear las mejores cosas de la vida.

Un buen baño, sentir el agua cálida resbalando, también sin prisas sobre la piel, ésa que a veces, entre el tráfico desmandado, el ruido y la contaminación, grita y enferma.

Vida lenta, rodearnos de horas que no pasan.

Javier nos trae su recuerdo de Islandia, envuelto en la caja de cristal de su poema.

Lentamente, se deslizan también los recuerdos de José León. Parpadeos en los ojos más divinos de las starlettes de los locos veinte, encerradas como mariposas vivas en las películas en blanco y negro con subtítulos, historias escritas que llevaban de la mano al espectador.

Sin embargo, esos límites impedían las  historías imaginadas por Celia.

En el transcurrir lento de hoy, van apareciendo Ana y Juan Raña, que cuenta la historia de Antonio, el asesino de loteros, que se venga así por sentirse engañado. Uno de ellos le prometió que ganaría millones con el número comprado, y al fallar sus predicciones, el frustrado cliente comienza su sangrienta trayectoria, en todas aquellas loterías que albergaran el número fallido. En cada una de ellas, cada vendedor pierde la suerte de estar vivo, a manos de Antonio.

Manuel prosigue con su historia de los huidos de Somalia, en los que el valor de una madre y su hijo, les van haciendo superar todos los momentos terribles, con la esperanza de llegar a Europa, ese pretendido paraíso.

Sigue Manuel explicando que los caballeros, puede ser, desde tiempo inmemorial, tienen que elegir dónde emplazan, dónde sitúan su bordón. Y en el presente, en los pantalones de postín, los sastres tienen que tomar medidas exactas para decisiones definitivas. A la izquierda o a la derecha.

“El crucifijo infantil” con tan potente título, nos trae los mensajes de siempre, el amor y la muerte. Romeo y Julieta contemplados desde ese crucificado.

Y los higos, que para ser de miel, deben dejar pasar el tiempo, aparecen cuando Pérséfone logra huír de su raptor Hades, para recuperar el abrazo de Démeter. 

Rocío traslada ese mito a su relato de hoy.

Alberto y Celia no leen, puede ser  que para dejarse llevar por la lentitud y disfrutar del vuelo de la luciérnagas que Ana nos regala esta tarde, con esos versos teñidos de nocturnidad y brillo.

Y yo, que he recogido todas las voces de mis camaradas, no logro recordar la mía de esa tarde. En otra bitácora será.


Cinta Guil Redondo.

26 de noviembre de 2025




sábado, 18 de octubre de 2025

4ª Jornada/XIX año: Miércoles, 15 de octubre de 2025

 ¡Válgame el señor!


¡Válgame el señor! ¡Por los clavos de Cristo! Qué periplo hasta llegar a la tertulia, con temperaturas que invitaban a quitarse la ropa y quedarse en el “tanga” del que después nos hablaría Tina y del que Alberto resaltó con énfasis. ¡Ay, Virgen Santísima, se nos escapa el mundo de las manos! Y yo, con mi camisa de invierno, la de los domingos para ir a misa. Quise imitar a San Francisco de Asís,  que se despojó de sus ropas como quien deja atrás el mundo. Yo, más humilde, solo me quité la paciencia para abrazar la pobreza que da la poesía.

Aparqué el coche como pude en la calle Trujillos —al final de la tertulia descubriría que Carmen Padín vive también en la misma calle, aunque en Plasencia; la vida, que siempre te hace pensar en las casualidades—. Hasta tuve que llamar a la policía.

Al llegar al Fígaro junto a Aurora, ya se me había pasado el cabreo. Saludamos a todos. Esta que suscribe, olvidado el desencuentro del estacionamiento, estaba pletórica por dos razones: la primera, porque tenía ganas de veros; la segunda, porque hoy podía compartir mi noticia poética. Enseguida Chelo y Tina me abren sus pétalos me reciben con una gran sonrisa. Después llegó el abrazo del Boss, que me recordó a esos abrazos de los que no quieres soltarte y en los que una deja caer las ramas sobre el tronco ajeno, solo para quedarse ahí, disfrutando del calor compartido. Es lo que tiene la orfandad: siempre deja carencia de cariño y gestos. 

Fui repartiendo besos y abrazos al resto—que para eso no cuestan nada—. Alberto, vestido como siempre de tonos azules —él es un cielo, pero no lo sabe— y blanco, con el emblema del caballero ecuestre, cuya pluma me encantaría ver dibujar palabras mientras yo observo, porque siempre se aprende más viendo, escuchando a los que aman la palabra.

Saludé a Juan Calderón, a quien antes le había echado el guante cerca del Hospital Gregorio Marañón, mi segunda casa. También a Raña, con su aire de bohemio y su bastón de peregrino. A Paloma —que pronto será abuela—, la mujer perfumada de juventud, con su flequillo a lo Cleopatra y esa elegancia parisina del vaquero y camisa blanca. A José María, el escultor del grupo, capaz de dar forma a la materia, a la palabra y al silencio. Carmen Padín llega vestida de bosque; mirada de hoja y de Caperucita con su capa roja. Y en la nube, como dioses cómodos, estaban acomodados Celia y Juan Pulgar. Llega también Ana, que se sienta en el sofá barroco, poniendo en escena los versos que más tarde nos leerá y simulando ser la mujer en el sillón rojo de Picasso.

La tertulia comenzó, pero yo ya había empezado a vivir mucho antes: en cada saludo, en cada mirada, en cada risa compartida y en los abrazos. Rocío llega un poquito tarde, pero no recibe ninguna colleja, ni se le tiran de sus rizos caobas porque en su mirada lleva prendida la bondad y la dulzura.

Comienza la función:

Javier nos lee «Poema 20», haciendo un guiño a Neruda y al aniversario de la tertulia: «… era tan largo el olvido… la mirada / nuestra se torna sorpresa». José María dice que tiene asonancia interna. ¿Acaso el olvido no tiene también su propia asonancia? Nos lo lee de nuevo; nos gusta más aún. Deja un temblor en los labios.

Chelo, con abanico en mano —con más arte que Lola Flores—, dice que no quiere leer ni decir tacos. ¡Qué prudente nuestra folclórica!

Tina: «Ciudad púrpura». «…alcohol, vómito, tabaco, copa en mano en noches de mil estrellas, con tacones altos». Quizá nos esté proponiendo una cena desinhibida con blusa del revés. ¿Nos querrá regalar algo? Mira que los rascamanes no estamos para muchas juergas…

Calderón lee en dos lenguas: castellano y gallego. «Casa de las aguas». 

«…La vida pasa alegre… despeina las copas… las enaguas de las nubes…». Ana Gonz afila el oído. Javier, maestro de batuta de tinta, corrige. A mí me ha maravillado, tanto como ese Juan Gavilán que nos muestra en un despliegue de vinilos y CD, al que no conocíamos con pelo y barba. ¡Cuánto talento hay en esta tertulia!

Raña: «Cuento al 20». Sumas, restas, ceros; todos metidos en camisas de once varas, aunque no chocamos los cinco. Rocío dice que es mejor subir el sueldo a los poetas.

José María (lo lee Paloma): «Maruja Mallo», y en el relato descubrimos su alter ego, y lo bien codeada que estaba su abuela, incluso con el de las Nanas de las cebollas. Habla de su abuela y mientras lee Paloma, los ojos de José María recobran más vida que nunca, rebosan emoción. Paloma, cual Versace, coge la tijera y recorta.

Paloma no quiere leer, prefiere salirse a fumar y, mientras, cantar: «Fumando espero al hombre que yo quiero…». No sabemos si será al psicólogo al que, más tarde, nos confiesa ir a visitar.

Me toca el turno; leo: «La vida que alquilo». Me hacen algunas correcciones entre alabanzas, y me guardo las palabras de Carmen: «Me ha sobrecogido el poema».

Alberto no quiere leer, a pesar de que el Boss se lo pide de rodillas. Él hace caso omiso a sus ruegos. Pero tranquilo, Javier: quien se arrodilla sabrá estar de pie ante cualquier situación difícil.

Juan Pulgar, con mucha empatía, nos dice que no lee y que lo dejamos para otro día. Nos cuenta que tiene algo parecido a un hogar… En ese momento trago saliva. Que a Juan del Val le den un premio desmedido sin merecerlo y a otros se lo pongan tan difícil. «Adquirir el hábito de la lectura es construir para uno mismo un refugio de casi todas las miserias de la vida» —W. Somerset Maugham. Te dedico esta cita, Juan.

Sigamos leyendo.

Celia dice que no ha preparado nada. Me quedo con las ganas de escuchar su «Higuera».

Rocío: Alborota el gallinero con «La repoblación del lince ibérico». …muere Juan Pablo II, en los montes de Toledo, señalan a una muchacha que se ha quedado embarazada con 20 años (haciendo un guiño al duodécimo aniversario de Rascamán). La apuntan con el dedo, como dice Alaska en su canción, y me uno a su grito: ¿A quién le importa lo que yo haga?… Y nos dice a Juan Calderón y a mí que no nos hemos enterado con qué genero juega entre sábanas la protagonista...

Carmen Padín: No sé si nos lee o nos hace una propuesta con sus «Intertítulos». «…ponernos zapatos e irnos al cine, eso sí, mudo». No lo creo. ¿Los rascamanes mudos? Ah, pero con el pelo libre (Javier tendrá que dejar el sombrero). Y aun sabiendo que el cine da apetito —ay, con lo dulce que es ella y nos quiere ver rellenitos—.

Ana Gonz: Lee el poema «Coloquio amoroso» de santa Teresa de Jesús. …un amor que ocupe os pido… adonde más la convenga. Continúa diciendo: «la lengua es una mama» en gallego; así que mamamos el poema y nos vamos mamados…

Llega casi al final Cinta y nos habla de sirenas…

A ver, decidme y aclaradme: 

¿Nos vamos a calmar el temblor del labio de Javier? ¿A buscar el tanga de Tina? ¿Las enaguas de Calderón?¿El valor de 0 de lo que suma Ruña?¿Al cine con Carmen?¿A buscar al lince ibérico por los montes de Toledo?¿A buscar los versos olvidados de Chelo?¿O le damos una sorpresa en su nuevo hogar a Juan? ¿A comprar la vida que alquila Susana?¿A comprar clines para José María?¿A pedir cita para todos al psicólogo de Paloma?¿A plantarnos debajo de la higuera de Celia?¿O de trote con el caballero ecuestre de Alberto?¿O a descubrir orgasmos?¿O a rezar con santa Teresa?¿O a buscar a todos los que no asistieron?

Todo lo que queráis, pero de rodillas, no… eso se lo dejo a Javier, que tiene los huesos como su mente.

Nos despedimos y pienso:

«El lenguaje es la casa del ser en su morada habita el hombre»—Martin Heidegger.

Hoy he comprendido las palabras de John Keats: que el poeta no tiene identidad, que se disuelve en todo lo que toca.

Quizá eso sea la poesía: el lugar donde nadie es uno solo, donde todos habitamos la misma respiración.



Susana Fraile

17 de octubre de 2025