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domingo, 24 de enero de 2021

13ª Jornada/XIV año: Miércoles, 20 de enero de 2021

 

Angel González:
No fue un sueño, lo ví, la nieve ardía.



Cuando el Bajel está a punto para la partida nos sorprende que Celia baje a tierra a regañadientes. La realidad pide su alimento a gritos y va a preparar una oposición de la que saldrá victoriosa como de tantas otras aventuras. ¡Que Atenea te acompañe y otorgue la gloria, compañera!


El Capitán, curtido en todos los mares, ordena los aparejos para desplegar las velas y muy lentamente al principio, el bajel se aleja de la orilla. Hace el sacrificio de lanzar una paloma al viento para complacer al dios Apolo.


Paloma se atropella por ser la primera vez que escribe prosa. Lee su rollo de las Musas y parece que nunca se mete en harina. Quedan muchos episodios de esta novela por entregas, así que sea lo que digan Apolo y las Musas, se deja llevar y disfruta el viaje. Y la Nave va……..diría Fellini. El Capitán felicita al grumete que se va ufano cantando por cubierta.


Mariana felicita en su cumpleaños a José Antonio que agradece los clamores de la tripulación con una sonrisa, que hace bulla cada quien desde su cajoncito digital. Añade que se ha pasado toda la mañana recogiendo años aquí y allá, tarea agotadora por necesidad, si no se tiene la ayuda de Cronos.

Sombra

La tristeza densa infiltrada en mi pelo, avanza en el aire. Ni siquiera su muerte acabará con los daños.


Somos uno. Soy agua. Doy luz prestada a la piedra. No hay duda escondida bajo la piel.


Al finalizar el último verso ya estamos en alta mar. La bahía queda atrás con su fulgor de olas.

Javier, el capitán y maestro, entona su incomparable voz que recuerda a los cantos antiguos, su atinada vocalización y su aquel de emoción contenida; nos tiene unos minutos en lo alto de una inmensa ola provocada por la prosa poética de ambiente gótico de terror que ha escrito León, el de los fuertes rugidos, veterano en todas las gestas.


Resbala el agua por rostros de piedra en las inmediaciones de la tumba de María Callas, personaje que bien podía pertenecer a las grandes heroínas trágicas del romanticismo.

En el mármol con letras doradas que ponía el nombre de María. Pierre Leroi escucha sus pasos sobre las hojas muertas, sus mejillas también se humedecieron. 

Enhorabuena León tus rugidos son prosa poética de la mejor.


El bajel avanza con buen viento de popa y Cinta nos anuncia un viaje al pasado, a la infancia, a los cuentos de Calleja.

Intercambios

Lucía te espero en el patio. Ríen los ojos del chico. Cita en la biblioteca. La sorpresa, el silencio apiadado es su cómplice. Los libros ríen. El viernes caramelos de menta. Fede ve cómo resplandece una princesa.

El cuento es suave, intimista e ingenioso. ¡Felicidades!

Cinta nos avisa de la presentación el viernes de su libro “En los espejos nacen horizontes, publicado en Libros del Mississippi. Será a las 18,30h en el espacio Huerga y Fierro.


El viento ha rolado y la tripulación corre a sus maromas para la maniobras. Es preciso asegurar todos los nudos y recoger cuanto trasto pueda estorbar. Preparados como un buen equipo se disponen a iniciar el viaje al espacio infinito, al universo, no hace falta escafandra.


Lourdes ha corregido las trayectorias del otro día y nos lee:

“El Universo y yo” o la inmanente trascendencia de la materia. Antes de lanzarse al horizonte marítimo Lourdes hizo una tesis basada en Ortega, que tenía por título el mencionado. No sabe si es un poema o prosa o un microcuento. Las olas se suavizan para no meter ruido y empieza a leer.

Cuando descubres la imagen fugaz de lo eterno, entonces te quiero. Cuando sepas la multitud de puntos de la unión entre nosotros. Entonces te quiero. Mientras las fuerzas del Universo te den vida. Te amé por encima de quimeras imposibles. Perdida en tu materia. Busqué al artista que llevo dentro y descubrí tu intención.

Lourdes consigue una prosa fluida, entremezcla el lenguaje, casi científico con el cosmogónico y con los —Te quiero—

El capitán sonríe complacido con el resultado de los ajustes. Las olas han quedado en suspenso hasta conocer el nuevo rumbo.


A Alberto le corresponde el papel de pirata, se lo ha ganado con su media sonrisa burlona y sus cumplidos a las féminas. Desde el ojo que tiene libre otea el horizonte buscando entre sus papeles un microrrelato de 15 líneas. Ni siquiera el capitán sospechaba este cambio de rumbo. Cada quien coloca sus velas y ponemos proa a Casablanca. La brújula temporal se sitúa en 1940 cuando Casablanca estaba infectada de refugiados de guerra, maleantes, y viajeros desesperados por llegar a América. Los nazis han tomado la ciudad. En el Rick's Café se juntan cada noche con la esperanza de un pasaporte falso.

Humphrey Bogart deja un vaso de leche en el piano, está harto de estar siempre tocando “Time goes by” y pide a Sam que toque la Bámbola. Quiere vivir la vida de fuera de la película.


Hay que agarrarse fuerte a las maromas para ir desde el continente africano al Caribe. Allá lejos se ve la larga línea costera del Malecón de la Habana. Quedan pocos capítulos, en un par de semanas se acabaron los mojitos.


Juan Bautista nos advierte que lo que va a leer esta repleto de carne y de lujuria. “El último amanecer del 58” 

Nicanor tiene prisa por ir al Tropicana. La marquesa admira sus abdominales perfectos ¡lástima que tengamos que renunciar a él! En la cínica marquesa aparece el cariño por el amante, ya no es solo oro entre las piernas. Estamos llegando al final de la novela y yo casi no me entero de nada, estoy deseando leerla desde el principio. Juan Bautista recoge su gorro arrugado y se retira de cubierta.


Susana, su escrito ha sido pensado como un guión para un corto animado.

“Atrapado en la oscuridad”

¿Por qué está todo oscuro? ¿Qué broma es esta? ¿Cómo he llegado aquí? ¿Por qué estoy encerrado? Las preguntan rebotan en los muros. Se despierta con la boca seca. Proverbios aparece en pantalla. El acertijo guarda la llave. Fue de juerga por los tejados.


Al capitán se le oye mal.


Rocío bucanera curtida en mil relatos tiene un grillo como ruido de fondo en su lectura.

“El día en que el punto entró en coma” se desbarató el mundo. Los puntos entraron en coma al mismo tiempo, sufrieron el travestismo ortográfico. Las comas se hicieron soberbias y atraían a las palabras fuera del renglón. Algunos lectores sufrieron asfixia. Entraron en coma los dos puntos… y qué decir de los puntos suspensivos. Los signos de interrogación se multiplicaron. Los jerseys y las medias se deshacían. Durante días el mundo capturó puntos y comas con un cazamariposas. Volvió a existir el poliamor en los puntos suspensivos.

Nos ha sorprendido a todos ¡Quién iba a pensar en un viaje gramatical! Nos hemos quedado en un mundo en que si tropiezas con una admiración te comes el punto, te apoyas en el guión y solo queda cerrar el paréntesis para dormir la siesta.


José Antonio que presume de 73 lustrosos años.

Me dicen que tire los años a la basura, que salude al sol, que planche, que me sostenga sobre una pierna. Yo me hago prosa.

Ahora un poema que viene a cuento del aniversario de los asesinatos de Atocha. El capitán ruge: ¡Ajustad la brújula temporal en 1977, rápido antes de la tormenta!

Las ideas se escondían entre el miedo. Días de lazo negro. En Atocha la sangre del futuro sobre el suelo. La calle se hizo grito.

José Antonio lleva un loro en el hombro a la manera de John Silver, se disculpa de la dureza del poema pero siempre es bueno recordar. El loro se ha transmutado en una mujer que se llama Matilde y que le susurra poemas y otras cosas al oído.


Maite no trae nada pero promete para la próxima travesía aportar “El poema de La Coruña”. Otro viaje pendiente.


Está cayendo el velo de la noche y la tripulación muestra signos de hambre. En algunas ventanas ya hay una cerveza y algo de picar. La navegación no cesa y los vientos son favorables. El capitán atisba el horizonte y no le hace falta preguntar el rumbo porque vamos rumbo a Méjico ¡Anda dale!

Carmen Padín con acento melodioso, nos relata:

¿Es más atrayente la oscuridad? San Francisco es adicto al desfile de seres del inframundo. Me despierta el olor del caldo. La salsa quedó picosa. 


Se percibe fatiga en la tripulación ya hambrientos, nadie ha querido comentar nada de la explosión en la calle Toledo.


Todavía nos queda Ana González antes de llegar a puerto. El viaje de Ana es único, es un viaje dantesco. Viajamos a la esencia de Angel González.

No fue un sueño, lo ví, la nieve ardía. 


El manto de la noche se extiende sobre el mar recogemos los aparejos y poco a poco las pantallas de cada uno se van apagando. Son más de las nueve y la realidad nos reclama, mi gorro de grumete se queda en una silla. Siempre quedará la poesía:


Angel González


Si yo fuese Dios y tuviese el secreto,

haría un ser exacto a ti;

lo probaría

(a la manera de los panaderos

cuando prueban el pan, es decir:

con la boca),

y si ese sabor fuese

igual al tuyo, o sea

tu mismo olor, y tu manera

de sonreír,

y de guardar silencio,

y de estrechar mi mano estrictamente,

y de besarnos sin hacernos daño

-de esto sí estoy seguro: pongo

tanta atención cuando te beso-;

entonces,


si yo fuese Dios,

podría repetirte y repetirte,

siempre la misma y siempre diferente,

sin cansarme jamás del juego idéntico,

sin desdeñar tampoco la que fuiste

por la que ibas a ser dentro de nada;

ya no sé si me explico, 

pero quiero aclarar que

si yo fuese Dios, haría

lo posible por ser Ángel González

para quererte tal como te quiero,

para aguardar con calma

a que te crees tú misma cada día,

a que sorprendas todas las mañanas

la luz recién nacida con tu propia

luz, y corras

la cortina impalpable que separa

el sueño de la vida,

resucitándome con tu palabra,

Lázaro alegre,

yo, mojado todavía

de sombras y pereza,

sorprendido y absorto

en la contemplación de todo aquello

que, en unión de mí mismo,

recuperas y salvas, mueves, dejas

abandonado cuando -luego- callas…

(Escucho tu silencio.

Oigo

constelaciones: existes.

Creo en ti.

Eres.

Me basta.)



FIN


Paloma Sánchez
21 de enero de 2021

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