Ante el juez
- Joselyn, León, Paco, Aure, Javier, Isa Moríon, Mariana Feride, Amelia, Juan Manuel, Iñaki Ferreras, Ana Gonz. y Alma.
El alguacil fue nombrando a cada uno de los encausados y fueron pasando a la sala tomando asiento frente al juez. La acusación es grave. Se enfrentan a una pena de cinco años de silencio y un día por pertenencia a banda armada. Sus armas, las más peligrosas: la palabra y la utilización, sin permiso de la autoridad competente, de su facultad de pensamiento. Han elegido prescindir del abogado defensor y quieren defenderse a sí mismos.
León, a instancias del juez, toma la palabra y se excusa diciendo que su ánimo no es muy bueno: en el traslado del reo desde Málaga hasta Madrid, supo de dos malas noticias: el atentado de Londres y la muerte de Juan Goytisolo.
- Háblenos de Goytisolo, ¿pertenecía a su Organización?, increpó el fiscal.
- Goytisolo escribió una biografía sobre Blanco White y Blanco White escribió sus "Cartas de España" que son maravillosas. Describe la España del s. XIX...
- ¿Adónde quiere llegar?
- Verá, en su libro hablaban por ejemplo de cómo ahorcaban a los condenados. Les ataban las manos por delante, el verdugo se subía sobre los hombros y apoyaba los pies, a modo de estribo, para hacer más presión.
- ¿Está usted intentando decirnos que nuestro sistema penitenciario y penal es cruel?
- Tan sólo estoy exponiendo hechos.
- Prosiga.
- Añadiré en mi defensa un texto, se trata de un soneto de Blanco White, que es un canto a la esperanza. Se titula "Noche misteriosa". Lo leeré en castellano y con permiso del juez, Joselyn, leerá a continuación y aportará esta prueba en el idioma en que se escribió, en ingles.
"Si la luz puede engañar así,
¿por qué la vida, no?"
Quedan resonando en la sala los versos de Blanco White. Se escucha el comentario en voz baja de León: es de una modernidad que te deja pasmado.
Cede León el estrado a Joselyn. Los acusados traen todos algo escrito.
- Es notoria la actitud de tendencia al pensamiento de todos ustedes. ¿Algo que alegar? -pregunta el fiscal.
- Traigo un poema que me descargará, nos descargará a todos de culpa, titulado "Arraigo", con una cita de Juan Gelman: "Todos tenemos una patria: la lengua".
- ¿Pretende ignorar cuál es su verdadera patria, señorita?
- Déjeme seguir mi lectura. Sólo pretendo, como dice un poema de Javier, "habitar la palabra".
- Ya..., Javier. El que hemos identificado como el cabecilla del grupo. Continúe.
"El mar pudo más que las semillas"
El poema habla de sus antepasados...
-¿Algo más que decir?
- Con su permiso leeré un segundo poema que he escrito en Madrid: "Traducción doble".
Mientras, Amelia, como en un arrebato, dice en voz alta lo que parece el principio de un poema y comienza a escribir en su silla: "Porque no quiero salir indemne de la lengua...". Joselyn la observa y lee sus versos:
"Se dijo que cuando Juan al fin obtuvo su libertad".
Habla de Filomena y Gréside, personajes de la Metamorfosis de Ovidio. Y cuenta la leyenda del ruiseñor.
Pide permiso para abandonar el estrado.
- Llamo a declarar ahora, con el permiso del juez, a Francisco Fenoy. ¿Qué quiere leernos?
- Aportaré dos pruebas para demostrar dónde está el verdadero peligro.
- Continúe.
- Leeré una oda a la multitud: "Amalgama en viajeros silenciosos...". Hablo de la Iglesia, como institución... Si me permiten, pido que Javier lea la segunda de las pruebas que determinará que en la Curia Vaticana existe corrupción. Le pido que nos lea el "Grito hacia Roma" de Federico García Lorca.
Impresionante este poema y su crítica al Vaticano.
Cede su sitio a Aureliano Cañadas al que se le oye murmurar, pesaroso: "Siempre me toca intervenir después de Lorca"... Extrae de una carpeta su papel y expone su defensa.
- Los dragones son los culpables. Usted lo va a ver, señor juez. Este texto habla de la Odisea, si me permite citar al clásico. Se titula "Peor". "Peor que caer en las manos de Circe...". Y este segundo poema, titulado "Ya viene", también habla de dragones: "No trates de esconderte / escaparte sería peor...". Los dragones tienen la culpa, no la palabra...
Interviene el fiscal para llamar a declarar a Javier, el cabecilla de la organización.
- Llamo al líder de este grupo. Creo que en este momento debe intervenir para explicar algunas cosas. Hable.
- El mal no está en la palabra o en el pensamiento. El mal está en el que no utiliza ambas cosas. No aportaré ningún texto mío para defender esta idea, señor juez. Acudo a dos autoras con las que comparto sus tesis. Los que no usan la palabra y el pensamiento están más cerca de la violencia. De la violencia hacia las mujeres, por ejemplo. Traigo el poema de Alma Pagés, compañera del grupo "Rascamán", titulado "Ciudad Juárez" de su libro "Un cuento oscuro". Y traigo algunos poemas de la poeta mexicana Xanath Caraza, de su poemario "Lágrima roja". Es la muerte, señor juez, en estas páginas de lo que hablamos. Persigamos a quien no permite pensar, a quien no permite escribir, a quien no permite leer.
- ¡Ya basta! ¿No le parece a usted que es irrespetuoso ante este Tribunal? ¡Baje del estrado y guarde silencio!
El fiscal mira al grupo de los acusados rojo de ira. El juez parece sonreír y ha asentido, pensativo, con las palabras finales de Javier.
"Isa Morión". Llama el fiscal a la siguiente encausada. Isabel, elegante, lanza una mirada galante al fiscal, apaciguando la tensión de la sala.
- A veces en lo breve está la respuesta, señor juez. Traigo una serie de aforismos: "La nada es un viaje al vacío".
Quedan resonando las primeras palabras de Isa Morión que prosigue...
- Y termino con un relato, en el que defiendo la palabra y defiendo la oportunidad y defiendo el viaje a lo desconocido. Es una crónica de Aguadulce y un encuentro con un extraño viajero de ojos verdes.
Isa ha conseguido seducir al fiscal que, más tranquilo, parece estar olvidándose del supuesto delito cometido.
Mariana Feride toma la palabra, una vez ocupado el lugar que deja libre Isabel.
- Voy a leer algo que quiere ser poema porque a veces las palabras son algo más que palabras: "Decías: Tienes que subir...", "Voy creciendo mientras busco la mía", "La hoguera está preparada".
Pareciera que el fiscal se da poco a poco por vencido, se queda sin argumentos. Apenas habla ya y los integrantes del grupo que quedan van ocupando el estrado. Sube Amelia Peco a exponer su defensa.
- Somos nuestra infancia y explicamos lo que somos gracias a la memoria, a nuestros recuerdos. Leeré una parte de la novela que estoy escribiendo. Son reflexiones sobre lo que vivimos, sobre cómo interpretamos el mundo.
En un acto espontáneo y demostrativo de unidad, suben juntos al estrado los cuatro últimos acusados. El fiscal se ha sentado en una silla, en silencio, mirando cabizbajo al suelo. El juez lo contempla con cierta lástima, viéndole ahí, indefenso.
Juan Manuel, Iñaki Ferreras, Ana Gonz y Alma como maniobra final y cediéndose el turno uno al otro y con rapidez exponen argumentaciones bien distintas. La palabra como vehículo de comunicación, de entretenimiento, de conocimiento...
Juan Manuel lee un pasaje del poema "La trama". Y lee su poema también "Increíble": "En un punto inextensible sin espacio y tiempo...".
Iñaki hace reír al público, al juez... El fiscal parece salir de su apatía, esboza una sonrisa. Trae un realto a modo de chanza: "La sesentona Maribel".
Y Ana Gonz, sin dar tregua ninguna, lee un poema en gallego "Vran no inverno".
Alma dice que ya se han leído poemas suyos y que no quiere añadir nada más.
La sala permanece callada, el fiscal mira al juez que le interroga con la mirada.
- ¿Quiere añadir algo el señor fiscal? -pregunta el juez
- Nada, señoría.
- ¿Mantiene su propuesta de condena de cinco años de silencio y un día por pertenencia a banda armada? ¿Desea rectificar?
- Señor juez... no tengo argumentos. Ellos decidieron defenderse a sí mismos. Creo que sus argumentos son certeros, contundentes, indiscutibles... El ministerio fiscal retira la acusación.
- De acuerdo. Tomo, pues, la siguiente decisión: dejo en libertad sin cargos a los acusados. Pueden marcharse. Y usted, señor fiscal... lea, lea un poco más y piense, no le vendrá mal.
Javier Díaz Gil
13 de julio de 2017
Pide permiso para abandonar el estrado.
- Llamo a declarar ahora, con el permiso del juez, a Francisco Fenoy. ¿Qué quiere leernos?
- Aportaré dos pruebas para demostrar dónde está el verdadero peligro.
- Continúe.
- Leeré una oda a la multitud: "Amalgama en viajeros silenciosos...". Hablo de la Iglesia, como institución... Si me permiten, pido que Javier lea la segunda de las pruebas que determinará que en la Curia Vaticana existe corrupción. Le pido que nos lea el "Grito hacia Roma" de Federico García Lorca.
Impresionante este poema y su crítica al Vaticano.
Cede su sitio a Aureliano Cañadas al que se le oye murmurar, pesaroso: "Siempre me toca intervenir después de Lorca"... Extrae de una carpeta su papel y expone su defensa.
- Los dragones son los culpables. Usted lo va a ver, señor juez. Este texto habla de la Odisea, si me permite citar al clásico. Se titula "Peor". "Peor que caer en las manos de Circe...". Y este segundo poema, titulado "Ya viene", también habla de dragones: "No trates de esconderte / escaparte sería peor...". Los dragones tienen la culpa, no la palabra...
Interviene el fiscal para llamar a declarar a Javier, el cabecilla de la organización.
- Llamo al líder de este grupo. Creo que en este momento debe intervenir para explicar algunas cosas. Hable.
- El mal no está en la palabra o en el pensamiento. El mal está en el que no utiliza ambas cosas. No aportaré ningún texto mío para defender esta idea, señor juez. Acudo a dos autoras con las que comparto sus tesis. Los que no usan la palabra y el pensamiento están más cerca de la violencia. De la violencia hacia las mujeres, por ejemplo. Traigo el poema de Alma Pagés, compañera del grupo "Rascamán", titulado "Ciudad Juárez" de su libro "Un cuento oscuro". Y traigo algunos poemas de la poeta mexicana Xanath Caraza, de su poemario "Lágrima roja". Es la muerte, señor juez, en estas páginas de lo que hablamos. Persigamos a quien no permite pensar, a quien no permite escribir, a quien no permite leer.
- ¡Ya basta! ¿No le parece a usted que es irrespetuoso ante este Tribunal? ¡Baje del estrado y guarde silencio!
El fiscal mira al grupo de los acusados rojo de ira. El juez parece sonreír y ha asentido, pensativo, con las palabras finales de Javier.
"Isa Morión". Llama el fiscal a la siguiente encausada. Isabel, elegante, lanza una mirada galante al fiscal, apaciguando la tensión de la sala.
- A veces en lo breve está la respuesta, señor juez. Traigo una serie de aforismos: "La nada es un viaje al vacío".
Quedan resonando las primeras palabras de Isa Morión que prosigue...
- Y termino con un relato, en el que defiendo la palabra y defiendo la oportunidad y defiendo el viaje a lo desconocido. Es una crónica de Aguadulce y un encuentro con un extraño viajero de ojos verdes.
Isa ha conseguido seducir al fiscal que, más tranquilo, parece estar olvidándose del supuesto delito cometido.
Mariana Feride toma la palabra, una vez ocupado el lugar que deja libre Isabel.
- Voy a leer algo que quiere ser poema porque a veces las palabras son algo más que palabras: "Decías: Tienes que subir...", "Voy creciendo mientras busco la mía", "La hoguera está preparada".
Pareciera que el fiscal se da poco a poco por vencido, se queda sin argumentos. Apenas habla ya y los integrantes del grupo que quedan van ocupando el estrado. Sube Amelia Peco a exponer su defensa.
- Somos nuestra infancia y explicamos lo que somos gracias a la memoria, a nuestros recuerdos. Leeré una parte de la novela que estoy escribiendo. Son reflexiones sobre lo que vivimos, sobre cómo interpretamos el mundo.
En un acto espontáneo y demostrativo de unidad, suben juntos al estrado los cuatro últimos acusados. El fiscal se ha sentado en una silla, en silencio, mirando cabizbajo al suelo. El juez lo contempla con cierta lástima, viéndole ahí, indefenso.
Juan Manuel, Iñaki Ferreras, Ana Gonz y Alma como maniobra final y cediéndose el turno uno al otro y con rapidez exponen argumentaciones bien distintas. La palabra como vehículo de comunicación, de entretenimiento, de conocimiento...
Juan Manuel lee un pasaje del poema "La trama". Y lee su poema también "Increíble": "En un punto inextensible sin espacio y tiempo...".
Iñaki hace reír al público, al juez... El fiscal parece salir de su apatía, esboza una sonrisa. Trae un realto a modo de chanza: "La sesentona Maribel".
Y Ana Gonz, sin dar tregua ninguna, lee un poema en gallego "Vran no inverno".
Alma dice que ya se han leído poemas suyos y que no quiere añadir nada más.
La sala permanece callada, el fiscal mira al juez que le interroga con la mirada.
- ¿Quiere añadir algo el señor fiscal? -pregunta el juez
- Nada, señoría.
- ¿Mantiene su propuesta de condena de cinco años de silencio y un día por pertenencia a banda armada? ¿Desea rectificar?
- Señor juez... no tengo argumentos. Ellos decidieron defenderse a sí mismos. Creo que sus argumentos son certeros, contundentes, indiscutibles... El ministerio fiscal retira la acusación.
- De acuerdo. Tomo, pues, la siguiente decisión: dejo en libertad sin cargos a los acusados. Pueden marcharse. Y usted, señor fiscal... lea, lea un poco más y piense, no le vendrá mal.
Javier Díaz Gil
13 de julio de 2017
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