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miércoles, 31 de mayo de 2017

30ª Jornada/X año: Miércoles, 17 de mayo de 2017


Venecia destilada en ondas poéticas.

Nadábamos en nuestra Venecia particular y transformándose en sus canales, -un susurro indeleble de la verdad-, ya llegando a las orillas de la Literatura, cada uno cogió su lugar: Amelia, cual Marco Polo, marchaba con su compañero Omar a viajes orientales, Omega leyó sobre guantes, los cuales tenían diferentes dueños, imaginarias historias poéticas con títulos como “El cetrero”, “Perdida” y “Parte de ti” y situándonos en el Puente de los Suspiros con reminiscencias  de las prisiones de Piombi, esa Venecia  de Giacomo Casanova , esas mascaras de Carnaval.

Ya arribando a la Basílica  de San Marcos, con corazón contrito y benévolo, Paco nos deleitó con su poema “Oda al marginado”, frases como éstas: Este hombre espera al borde del camino, Con paciencia de piedra dolorida.

Juan Antonio rema en su góndola, cual gondolero nos canta “Guantes en crecendo”,”Los guantes  guardan presos esas manos", “Tan libres tocan el piano”. Esos ecos de Chopin , esa libertad de alma.

Javier deja su huella a un camino hacia el Palazzo Ducale con las aguas profundas de Federico García Lorca, título: "Paisaje de la multitud que orina”, No hay remedio para el velero japonés, Quedamos solos y solas aguardando el quitasol.

Si, todos al unísono exclamábamos es “un monstruo“ de imágenes, pergaminos, sueños, onírico de hiedra de luna, de sonámbulo en crepúsculo marino.

Seguimos con la fascinación  del que corre tras su senda interior, con otro titulo: “Paisaje de la multitud  que vomita” La mujer gorda vuelve al revés  al pulpo de pergamino.

Javier leía con dulce congoja, un hombre que supera todo, y el espíritu que inunda el universo. 

Poetas, soñad con vuestros tronos propios, en sus costuras rápidas de ellas sale la poesía más excelsa, el último poema del maestro Lorca era del año 1929.

Aure trae poemas para su nuevo poemario: “Orilla”, ¿Hay algo más  desolador que despertar en la orilla y no encontrar a nadie?, Trajo el mar otros cadáveres  y el tuyo, no con un final “Vencido “

Las calles venecianas que nos regalaba Aure erar un marco inolvidable de otras épocas y otras nebulosas.

Rocío, camina que camina, nos hallamos frente a la Biblioteca de San Marcos con un relato de viajes destinado a “Nunca coincidir “,el aura que le daba era único  y todos conocíamos  esa historia.

Miguel cantaba canciones de tiempos pasados  de Charlie García e Iribarren .
“Retrato de un adolescente”, “Tormenta de verano”, trovador que memoriza bastante sus cantos de expresión oral en medio de esa plaza veneciana.

Nuestro San Jorge se marcha para luchar con su Dragón, pero ¿Quién no es caballero o guerrero que lucha contra su dragón azulado?

Vicente nos traía su obra de teatro como si nos trasladara a esos teatrillos de Venecia  dieciochesca con su chascarrillo burlón  en el Teatro San Moisės.


“Azufre azul”, se convirtieron los poetas en diestros actores, Inspector y Matías, ejemplo de ligereza. 

Después de aquel fluido que nos acompañaba en nuestros recitales poéticos, dejándonos llevar por sus aguas venecianas, de esa gota que cae en sus aguas, en sus canales con las ondas que expande su sonidos reverberantes entre nuestros versos, relatos y obras dramáticos, nos envuelve el agua de nuestras ánimas.


Omega Escribano
31 de mayo de 2017

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