No. Puedes. Escribir. Si al escribir.
Uno desata la cuenta. Mantente, por favor.
Si duele, STOP
Un golpe directo de viento de junio. Dios de los campos. Cogí un constipado como las
abejas absorben el polen en sus peines. Tos. Vacaciones en Tertulandia, idilio de camisas.
Agosto se hace. Necesito despejarme un poco, hice el camino contrario y lo recuerdo. A las
siete tengo un luego te parece qué tal. La idea es que venga la gente que no puede
arrastrar sus bufandas en invierno. 6+9+9. ¿Cuántos hacen 27? Anda y apunta el teléfono.
Nunca me fijé en los cuadros como tertuliano común: violines, caballos, árboles bordados y
un extintor que alivia. Guadalajara se encuentra cada 9 años, como unas olimpiadas pulcras
y especiales. Debo despejar la mente. El camino inverso a la casa de Sorolla. Serenidad…
¿Cómo era lo del parque de ancianos junto a Santander? Si duele, STOP. Una botella de
agua a compartir. Las copas: amarillo meado, amarillo gaseosa, marrón oscuro y claro y
oscuro. El tema son las manos que ópticamente se ilusionan. Alguien quiere enviar a un
certamen infantil un verso de una mujer masturbándose previo despertar, claro. El haiku
es pastoso y el onanismo la solución a todos los problemas. Hay aprobación y
desentendimiento. Llega una mujer. Mirada levantada. Mantente. Hasta septiembre podía
evadir mis responsabilidades escocidas del uniforme. Santa María y Berlín. Chuli. Beso,
beso, beso. Muy chuli, sí. Felicidades. Oye. Hacer lo posible para recibirlos y que nos amen
solemnemente. De doce a dos. Siempre el dos. Como la den hoy la mala noticia, nos
hundiremos todos ayer. Espárragos, menestra, ensalada de la casa, gulas, setas,
Mantente patata tahonera, tarta de queso, vino. El café, en tu casa abandonada y
depresiva. Lo lamento. Mantente.
JUAN MANUEL: Infancia sólo es. El presente está en ella. Verdes violines no como los
cuadros. Gigantescas rocas. Diminuto tambor. Manos cualquiera. Canción en túneles.
Antitiempo del gozo. Campanas. Trizas los instantes.
Yo cuento tres. El poema está de puta madre. Aquí, aquí y aquí. Corta. Rocío intenta reír.
Seguimos. Mono de mar.
ROCÍO: Cerradura. Tarareando. Sístole y diástole. Juan Manuel vierte el hielo como
antípoda de una lengua glaciar. Imagen: manos masculinas. Juego de manos. Manos
hábiles. Cómo no querer soñar con un guante de jardinería. Gesto erógeno. Prestarle toda
su piel. Fotografía una negra mueve las llaves en el buzón. Cuánto puede quemar el frío.
Ya no había tal complicidad, amor. Bailar claqué en su vientre. ”Con sus zapatitos de
claqué, con sus zapatitos de claqué…” Odiaba a esa niña del vídeo desde mis tres años.
Una historia de amor valiente a la espera de dos timbrazos. Otra vez el dos. Mantente.
No me gustan los desconocidos, son muy predecibles. Una rosquilla enorme se sienta a mi
lado. Ésta se parte y se come. María Jesús, uno de los primeros aviones, abre sus cajas
negras y hay colesterol del condenado. ¿Debe esperarse un buen motivo para morir
envenenado? La lotería ya tocó hace mucho en un lugar. Basta entonces. ¿Haré bien de
Julio Aracil? ¡Ha ganado la muchacha al otro lado del lago! Al pobre le han dejado los
peores y los pasa. Espera impaciente y silenciosa a que vayamos cayendo uno por uno, en
orden de ofrecimiento. Mantente. León coge dos. Sucumbimos. Las fresas son de
temporada porque siempre son de azúcar. ¿Vejete verde? Empuja la mercancía. Chupo el
dedo. Quemadura de plancha. Bosque de venas, yo te castigo.
FENOY: Presencia del relámpago vital. Vivir el origen en danza divertida. El calor y el olor.
Juego erótico. Queda menos rosca. Confianza más profunda con la tierra. Silencio en la
morada.
Poemas ametralladora. Que, que, que. No sé cuándo, pero sólo quedan las migas. No dejo
de pensar. Juego a las cartas con Polifemo y se aburre, no las ve por encima. Sujeto verbo
predicado. El mismo camino, el mismo. Mi apellido genera siempre conflicto de intereses.
LEÓN: Vuelvo a ser el árbol. Digo su nombre para que brote. Bronce de campana. Bailo
como una noche abrazada. Laurel.
JAVIER: Amigos. Nos lo dedica. Me esfuerzo por no perderos. La vida se encarga de
separarnos. Algunos olores definitivos. De esta suerte se alimentó mi memoria. La huella de
lo eterno.
JUAN ANTONIO: La carta. Desayunó y dejó una carta bajo la puerta. María, fíjate, Paco.
Conversación pendular. Qué quiere decir a los tres. Dejé un sobre cerrado. Solo abrirse
cuando Diana despierte. Tanto emocionada. Sabéis que me siento orgulloso de todos
vosotros. Tú, mamá. Tus cuántos son múltiples. Crecimiento feliz. ¡Oh, mi Diana de peleas
cariñosas! Formación musical de aguda belleza como la hermana que primero amó y luego
mató a Samsa. Parálisis cerebral. Capacidad de comprensión. La chica que corre ese
peligro. He llorado mucho estos días. Dejarlo todo. ¡Me voy de casa, familia! Trabajaré en
un pub de la costa.
No. Puedes. Escribir. Si al escribir. Uno desata la cuenta. Mantente, por favor. El mismo
camino. La iglesia estaba abierta y había gente pidiendo bajo el emblema del último
ganador de la Liga de Campeones. La tienda de pinceles, las flores y el paso de cebra
donde hablé inglés por primera vez en muchos años. Fumaderos.
AMELIA: Viaje a Berlín. Escribir y pintar. Traducción, poco contenta, al alemán. Lo más
barato para ir a Alemania es ir andando por un túnel con dos meses de antelación. Los
chicos del sector de la epístola distal. El hilo de Ariadna. Tu niñez de escorpión. Naturaleza
improvisada. Melocotones de otro tiempo. Sin ti seré refugio de bosque impenetrable. Ni la
raíz ni la fruta. Si pudiera hacerte Dédalo. Si yo pudiera tejer el hilo y tejer su madeja.
Una cruz en la cara de Velázquez desvirtúa cualquier equilibrio. Bloquea. Vas bien.
Reanúdate y olvida los que dijeron las mismas palabras antes y después que tú que soy
yo.
FEDE: Modo umbral. No es de aquí. Desde Arcos de la Frontera. Antífona. Novicio de otra.
Pone su corazón en la madera. Sencillez que rebosa el albaricoquero. Pero yo digo que
salte el gozne. Puerta que se abre a éste que soy.
El mejor castellano es el gallego de la mano perdida. Madre del castellano.
ANDRÉS: No pienso mientras leo.
LEO: A ver si. La que se comía los ratones. Antes de los 90s en los viajes de fin de curso.
Diana, la comerratones. Tira de madre. Ay madre chica. Risas amplias. Dentadura
desencajada. Cayó la espada. Cayeron dientes como palabras.
Federico se va, pero él se queda. Es suyo, pero no te pases, no hace falta que fusilen al
nuestro. Qué nombre tienen los niños sin bautizar. “Limbobabies”.
ANA: Volver a París. Embarazo de soltera. Exilio a tu propio país. Ya asesinada le quedaba
comer para sobrevivir. Croquetas de todos los desperdicios. Aquellos mismos en los que
ahora solo pongo desgana. Los pies colgando de la butaca. Me ahogué en mi propio
fracaso. Enfrente, tablas. La felicidad de nuestra propia dicha.
Huele a pegamento. Si duele, STOP. Pero detenerse va contra naturaleza. Debería
ponerme un poco de terciopelo rojo en la herida. Es bastante, ha llevado los dulces. Cuando
comes tu cerebro te relaja, porque si comes todo debe ir bien. Je m’apelle Iñaki. A ver si os
entra. En los libros pone que es de Bilbao. Vámonos, por favor.
Mantente.
6 de junio de 2016
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