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sábado, 14 de abril de 2012

24ª Jornada/V Año: Miércoles, 11 de abril de 2012

DE JARDINES

Semanas atrás encontré un invernadero en el que medran palabras que se enredan en los sentidos, el lugar perfecto para el cultivo del alma. Adicta como soy -lo reconozco sin rubor por otra parte- a los jardines de bolsillo, a los libros, es fácil comprender que haya regresado. Y que otros también lo hayan hecho.
María Antonia fue la primera, y pronto se incorporaron expertos en floricultura de muy diversa índole: Javier, León, María, Juan Antonio, Rocío, Federico, Juan Manuel, Alberto, José María, Carmen, Amelia, Laura, Ana, Carlos y Vicente.

El Ensayo sobre la Ceguera de Saramago y su tristeza tuvieron acomodo en las macetas por sembrar,  hasta que un León, ese que encuentra que éstos son malos tiempos para la lírica, consiguió con sus ironías levantar las nubes que amenazaban al sol. Después la exquisita Trenza de Cascante que trajo Javier nos condujo a otros mundos, el de los regalos compartidos, el de los sabores de la buena poesía…

Federico estrenó su voz gaditana en la tertulia, habló de su Arcos de la Frontera, un pueblo precioso al decir de los allí reunidos que además de belleza atesora poesía y leyendas. León nos ilustró con la de la mujer que voló.

De mi cosecha llegaron Sastres y Modistas de Taberna, abrí la siembra. María Antonia trajo dos rosas, rojas, preciosas, en sus poemas de amor Mujer Mía y París. León, con el aroma de Málaga a flor de piel, recitó un soneto, un fantástico equilibrio de emociones y deseos que a algunos nos erizó la piel.

María trajo un relato largo, Carne de Otro, finalista en el Certamen de Cuentos de la Granja en 2003; una prolija descripción, un bosque de árboles caducifolios en los que las hojas vuelven a ser las mismas que fueron: el eterno retorno, la reencarnación en uno mismo, un bucle vital que nos condujo a parterres en los que la multiplicidad del universo, el chamanismo y la física cuántica brotaron libres.

Juan y su Futuro en Escalas nos demostraron que la inspiración florece en sus palabras y en sus silencios y que cualquier época del año es primavera. Y llegó Rocío con Aquella Pequeña Piedra Pintada, con Marieta, con su banco, con esa enfermedad y todos nos empapamos con la magia que nace de sus letras, con el verde de la esperanza que crece en sus cuentos. Las sonrisas que cosechó eran tan frescas como su prosa. Un deleite.

Fede, para los amigos, y sus poemas He llegado a Arcos y Si te recuerdo, nos abrieron la puerta de su sentir. Brotes llenos de fuerza empapados de sur. Alberto con su Suerte de un Verso Suelto(*) recordó su primera tertulia, madreselvas que tienen que seguir creciendo.

Nos visitaron insectos ávidos del polen nutritivo;  estoy convencida de que las abejas atómicas y las hormigas Maya volverán sin duda a la arrizafa. Y por un momento, convertidos en viejas espiamos tras los visillos cuando Amelia y sus poemas sin título llenaron el aire con la pasión de un encuentro que pudo ser y no fue. El amor transgresor de barreras impuestas por códigos de conducta, elevó la temperatura, las risas y los comentarios, y por un momento, el perfume de jazmín y azahar de las Mil y Una Noches pudo respirarse sin mesura.

Laura y su juventud reinaron después con los limones partidos, con su mundo al revés en el que los ratones persiguen a los gatos; espigas cimbreantes que fueron en el taller ahora convertidas en grano. Ana puso los colores al rojo vivo, al rojo de la desigualdad y de la vergüenza. En África o en Europa, igual da Sus Colores delatan el conformismo de género y su denuncia aporta mantillo al terreno fértil ya.

En tiempos de crisis y el Mar de Isabel fueron las obras de Carlos. Con la primera consiguió coronarse como rey de las ironías, merecida corona de mirto y laurel. Con la segunda nos trajo Guinea a la pupila y al pulso.

Vicente volvió a quedarse sin leer porque la hora le ganó la mano.

Pero hubo palabras para el recuerdo, Usera, calamares, cortinas, San Blas, playa…sin olvidar tiquismiquis, o taikismaikis, a gusto del consumidor; a las que yo añado otras: placer, honor, lujo, agrado, bienestar, contento, delectación, gozo, regalo, disfrute, que son las que mejor retratan mi sentir.


(*) SUERTE DE UN VERSO SUELTO

Me presenté sin avisar,
debe ser que me gusta
porque lo hago a menudo.
Escribí en un buscador de Internet:
“Tertulias literarias de Madrid”.  
Pulsé una tecla
y allí estaban:
Javier,  Rocío y Paloma.
Después vinieron todos los demás.   
Había caminado bajo la lluvia
por las calles de Malasaña,
 en busca de no sé qué 
para ese mal de artitis  
que me lleva de cabeza.   
No fue tan difícil:
una tecla, un paraguas, unas botas.
Señoras y señores,
poetas y poetos,
musas y musos. 
Pasen y vean.   
En la Tertulia Rascamán del Café Ruiz,
los miércoles a las dieciocho horas,
aceptan,
al menos en los día de lluvia,
corazones furtivos
y versos sueltos.  

(Alberto Torres)



Paloma Hidalgo
13 de abril de 2012

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