Visita de Javier Lostalé. Miércoles 18 de enero de 2012
El miércoles pasado, el día 18 de enero de 2012, nos visitó en el café Ruiz el poeta Javier Lostalé. Seguramente a muchos de vosotros no hace falta explicaros quién es, pero para los que estáis un poquito más alejados de este tema, os cuento un poco de su vida:
Javier Lostalé (1942) aunque estudió Derecho ha dedicado su vida a la poesía y a la radio. Toda su vida profesional se ha desarrollado en Radio Nacional de España, donde ha presentado el programa cultural EL OJO CRÍTICO, codirigido LA ESTACIÓN AZUL, programa de poesía de Radio Tres, en el que sigue colaborando y, en general, se he dedicado a la promoción de la lectura. Tarea que fue galardonada en 1995 con el Premio Nacional al Fomento de la Lectura a través de los Medios de Comunicación. Hasta el momento ha publicado varios libros de poemas, a
lgunas antologías y es colaborador y crítico de algunas revistas literarias como MERCURIO Y TURIA, y promueve la lectura en institutos y bibliotecas públicas.
Tranquilo y amable, iba haciendo un repaso a toda su trayectoria. Acaba de publicar una antología en la que ha incluido poemas de todos sus libros, más alguno que otro inédito.
Me gustaron mucho los títulos de sus libros: “Jimmy, Jimmy” (luego nos contaría que este título viene de la película “Mirando hacia atrás con ira”) “Figura en el Paseo Marítimo”, “Tormenta transparente”, “La rosa inclinada” (porque la rosa sostiene en su fragilidad lo eterno, pero quería que fuera inclinada para que la fragilidad fuera aún mayor), y también el título del que está preparando y que se llamará “El pulso de las nubes”.
A propósito de los títulos, más adelante nos contaría, que en una ocasión estaba firmando en la Feria del Libro y que dos señoras se acercaron a la caseta y comentaron cuánto les gusta la portada de su libro “La rosa inclinada”, aunque no tenían ni idea de qué iba… Después de estar ahí un rato mirando, concluyeron que comprarían el libro para luego recortar la portada y enmarcarla… Otra señora le dijo otro día en un autobús que había recortado esa misma portada de ese libro suyo para llevarla a la estación de Atocha cuando el atentado… Claro he tenido que buscaros esta portada de este libro para qué sepáis de qué hablábamos.
Nos leyó algunos de sus poemas, comenzó con el de “Confesión” que es una poética, una declaración de intenciones con respecto a la poesía: “…porque nunca fue más bello el engaño.”.
Era muy agradable hacer un repaso a toda nuestra vida pasada de la mano de sus palabras. Nos contaba por ejemplo como estuvo 15 años sin escribir poesía porque estaba muy entregado a la radio, eran los tiempos del Golpe de Estado, el referéndum de la OTAN, las campañas de Felipe González…
Luego llegaron sus poemas en prosa, cuando estaba en Marbella y se dedicaba a hacer el programa radiofónico, que aún perdura aunque conducido por Ignacio Elguero, “La estación azul”. Poemas en prosa que abarcan desde el año 98 al 2000.
Toda su poesía tiene como eje principal el amor. Por supuesto siente que a medida que ha ido madurando escribe mejor. Le cuesta identificarse, reconocerse en sus primeros poemas, aunque ya tenían como tema el amor.
Él escribe a través de las sensaciones. Sus poemas son muy sensoriales, aunque cree que cada vez es más hondo, más reflexivo.
Se reconoció deudor de varias editoriales. De Adonais, de Calambur, que siempre ha estado ahí esperando sus libros. Por supuesto también hablamos del futuro de algunas revistas literarias, ahora que el Gobierno ha dictado una Orden para que las bibliotecas no compren revistas. Se teme que desaparecerán a no ser que tengan muchos suscriptores…
Más tarde nos leyó el poema de las nubes, que también está incluido en este nuevo libro. Es una obra con un tono más confesional. Aunque subrayó que él considera que la poesía aunque confesional debe ser algo contenida. Nosotros asentimos porque es lo que hemos hablado tantas veces en la tertulia de “universalizar el sentimiento”. Uno parte de su propia experiencia o vivencias, pero luego tienes que extraer lo absoluto, lo esencial, como decía Lostalé. Para que llegue a los demás. Tiene que haber una carga confesional, sí, pero que no se note.
Por supuesto nos habló de aquellos años de la movida. Cuando estaba todo el día trabajando en la radio y luego por la noche se iba de marcha al Rockola. ¿Os acordáis vosotros de ese local? Yo sí, claro, de toda aquella época… ¡Cómo no!
Su vida está ligada desde joven a las de sus compañeros poetas de la misma generación Luis Antonio de Villena o Luis Alberto de Cuenca, con los que se reunía en casa del poeta Vicente Aleixandre. Supongo que habréis oído hablar de aquellas reuniones en esa casa. Nos confesó que aunque él se siente más cerca de Luis Antonio de Villena, siempre tiene muy presente que Luis Alberto de Cuenca se portó muy bien con él, en un momento dado, con respecto a sus poemas. Por supuesto piensa que una cosa es la amistad y otra la poesía, con lo cual supone que sería porque consideraría su poesía digna. Todos fueron compañeros en ese mundo de los años 80, aunque luego han seguido caminos muy diferentes, porque cada autor es único siempre y tiene las propias lecturas que le han influido. En su caso no puede separar su poesía de las influencias, por supuesto de Vicente Aleixandre, y de Rilke.
De Aleixandre nos hablaba la otra tarde constantemente. De todas aquellas veces que se reunía en su casa de Velintonia a hablar de poesía, y de la vida en general, sobre todo del amor. “¿Tú serías capaz de estar toda una noche contemplando un cuerpo desnudo sin tocarlo?” le preguntó una vez Aleixandre. Y luego le dijo “Pues prueba, porque si lo consigue podrás llegar a “beber luces”. Era una relación muy cercana, muy rica.
Como veis nos contaba muchas cosas Lostalé de su vida. Muchas anécdotas. Nos contó que en una ocasión tenía un amor con el que se comunicaba por carta porque la otra persona estaba en las Islas Canarias y él trabajando en Palencia. Y cómo, según él, “la carta es la forma más maravillosa del engaño en las relaciones amorosas” sentía que aquello era tan fuerte que dijo en la radio que se tenía que ir, le dieran permiso o no, y hasta Canarias que se fue en busca de su amor. Cuando llegó allí, le fue a buscar al aeropuerto, le acompañó hasta el hotel, y allí le dejó con la promesa de luego volvería a buscarlo. Pero nunca volvió. Era la primera vez que viajaba en avión y ni tan siquiera sabía que se podía cambiar el billete y allí que se tiró los tres días metido en el hotel, paseo marítimo arriba, paseo marítimo abajo, hasta que pudo volverse. Pobre… De ahí salió “Figura en el Paseo marítimo”.
En la tarde no faltaron los comentarios dirigidos a los grandes poetas. Hablamos de los poetas de la Generación del 27, de Aleixandre y de Cernuda, según él los dos grandes de esta generación. De Lorca claro, genial, aunque él prefiera a los dos primeros. De los poetas del 50 le interesan Francisco Brines, Valente y Claudio Rodríguez. Confiesa que Gil de Biedma, aunque le parece un ensayista estupendo, tal y como decía Gamoneda, le interesa a él, personalmente, algo menos. También habló de Caballero Bonald. De Ángel González destacaría su última poesía amorosa. Era una generación, ésta de los 50, muy vividora.
Y como todos los que estábamos allí escribimos, también abordamos el proceso de escritura. Dice que hay amigos que le comentan que parece que siempre escribe de lo mismo. Es cierto, supongo que muchos parece que siempre escribimos de lo mismo. Cada uno tiene sus temas preferidos, sus obsesiones. En su caso las obsesiones pasan por las habitaciones de los hoteles, los ascensores y las mesas con mantel. Habitaciones con dos camas siempre para que existiera la posibilidad de, aún en el caso de viajar solo, que se pudiera ocupar. ¿Manteles? Porque según Lostalé en todas las casas existe un mantel abandonado. En el mantel está el verano, la pubertad, los velatorios en la casa, las relaciones clandestinas en casa de los tíos y las carboneras…
Para terminar nos habló de dos libros, que son los que se recomendarían en el siguiente programa de “La estación azul” donde ahora él es colaborador:
- de Manuel Garcia, el libro titulado “De bares y de tumbas”
- de Carlos Pujol “El corazón de Dios”
Me he extendido un poco comentando la visita de Javier Lostalé. Este hombre es muy agradable, muy pausado, muy cercano a la hora de conversar. Resultó una tarde de tertulia muy enriquecedora. Muy entrañable, la verdad, hablando de poesía y de la radio, del amor y de la vida.
(Esta reseña-bitácora está publicada también en el Blog de Rocío Díaz Gómez)
24 de enero de 2012
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