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martes, 25 de junio de 2024

29ª Jornada/XVII año: Miércoles, 12 de junio de 2024

 

El topo

Hola alhaja, aquí me tienes nuevamente, con la tristeza a cuesta, al pensar que a la vuelta, no te encontraré en nuestro salón. 

Otra vez estoy en este barco, surcando las aguas turbulentas de la vida, rodeado de viajeros, que en su mirada, el brazo de la amistad dibujan. 

Hay mucho amor en los caminos, mi querida viejecita, que te fuiste de mi lado, al tiempo que en mi alma, quedó la marca de tus labios, y en tu cuerpo de amante sorprendida, la marca de los míos.

Aquí estoy pues, con una tripulación disminuída, en la que algunos tripulantes quedaron haciendo guardia, allá por Gran Canaria, y otros, sabe Dios dónde puedan encontrarse, al estar tanto vagabundo tejiendo inolvidables canciones en la soledad de los fríos túneles del metro, con tanto hombre-pantalla, despreciando el reclamo de la música. Espero que  Rocío y Alberto, echen un vistazo a los montes y valles de Tejeda, y saboreen su atmósfera continental, dejándose envolver por aquellas pequeñas aldeas.

Rocío, Alberto, cuánto me gustaría que pisaseis los senderos por donde un día Maruja, nuestros hijos y yo, impregnaron nuestras almas con el sereno silencio de la llanura o de las cumbres. Pero me temo que la masificación turística, haya hecho estragos en los caminos donde la belleza emergía, como tierna sirena de los mares. 

Joselyn Michelle, con la calidez que la caracteriza, elogió a nuestro querido capitán de aventuras literarias, por su larga trayectoria poética y por la profundidad de su mirada al Sur Global, por la presencia de la fragilidad humana en su Obra, muy crítica con el triunfalismo desplegado por el desarrollismo en su Obra, tras hacer Javier, un encendido elogio del último libro de Joselyn “Los Ejes del Astro”, esperando a que vuelva a ser reescrito al ser leído por nos.

A continuación, se entrecruzan diversas opiniones entre los asistentes, tras envainar las cimitarras y esconder sus dagas en lugares seguros, porque ya sabemos que, entre los corsarios hay algún que otro aficionado a afanar las dagas ajenas. 

A continuación Paloma, escondida tras la pantalla, en un intento inútil de zafarse del barullo marinero, nos amenaza con no leer ni jota y despedirse sin más; pero la oportuna intervención del capi, amenazándola con tirarla por la borda, la obliga a leernos un pasaje de la novela que está escribiendo sobre Miguel Hernández. Y nos cuenta, que él en los últimos momentos dice:

“Ni el militar, ni el cura dejan que me muera”, o :”no hay nada puro, salvo tu orgullo de hembra, Josefina”. Pero hete aquí, que la incisiva Paloma, se la ocurrió adelantarnos que el padre de Miguel lo zurraba; no veas la que se armó entre la marinería:

-que de eso nada, que el padre era muy duro; pero que no le levantó la mano- decía Isabel.

Y otros:

-Lo normal en aquella época. Rara era la casa en la que no se practicaba la violencia física-

En fin, un duelo de pareceres. Gracias que el capi había guardado las armas en el baúl de “las verás; pero no las cogerás”, que si no, no sé lo que hubiese pasado.

A continuación Omega, entre que sí leo o que no, escondida en la pantalla nos leyó el poema “Pasos de cocina”, del que entresaco los versos:

“Juegan en un festín

los alimentos en un baile exquisito

presentados en sociedad

empiezan a danzar

………………………….

cayendo en un taconear de perejil,

…………………………………………………….

mas el tomate líquido se anima

-----------------------------------------

…………………………………………………..

Tradición de minuet y modernidad de hip-hop y dance.”

Muy bien Omega, para abrir el apetito.


Al poco, Javier, saliendo silente de su humilde despacho de capitán pirata, tras agarrar con las dos manos su pata de palo, que se le había atascado entre dos tablones medio rotos en la última batalla con un bergantín, ocupado por los forajidos que se dedicaban a evadir impuestos, tras conseguir con un denodado esfuerzo, liberar su amada pata de madera, nos leyó el estupendo poema “Una botella donde tiembla….”

del que entresaco los versos:


“Escribo con letra diminuta

latidos de tormenta y de deseo

……………………………..

Arrójalas de nuevo al agua

que se diluyan,

que sean sólo sal.

………………………………….

Sólo el naufragio me salva”


Qué sencillez, Maruja, para expresar la profundidad del alma. 


Luego hubo una pequeña discusión sobre la palabra naufragio o la sustitución por el más contundente término sal. Esto último defendido con mucho ardor por Joselyn, ante el asombro de Javier, que nunca pensó que podría dar tanto de sí el naufragio en el Océano de la Vida.

Cinta por su parte, apuntó, que el verdadero objeto poético era la botella, que lanza el náufrago.

Todas, discusiones muy bellas, querida mía.

Terminando todo ello con la alusión por parte de Joselyn del poemario del capi titulado “La Catarata”, por su interculturalidad hispánica.


A continuación, Chelo, escondiendo su timidez en la concavidad de sus gafas, nos leyó el poema titulado “La Poesía”, del que entresaco:


“Su presencia impone.

Nunca sentí la llamada

ni quise someterme a sus reglas.

…………………………………………………..

Hacer malabares

para ocultar mi locura

…………………………………….

Conducir mi vida a la utopía.


Soy culpable

de negar su figura 

en pos de la verdad

………………………………

Siempre has estado para mí

 ………………………………………”


Qué cosa más bonita, cómo vibra su alma detrás de las palabras, cómo emerge la viola que su corazón alberga. ¿Verdad, Maruja?

La poesía está, nos posee, y a ella acude nuestro corazón, utilizando las reglas o el murmullo libre de sus alas.


A continuación Joselyn, nos lee el poema inédito titulado “El pez conjura a la grulla”, del que conseguí entresacar:


“……………………………….

Lejos de las hipotecas con piscina

……………………………………………….

los turistas tirando las maletas

para hacerse selfis de felicidad

………………………………….

Quién sabe si volverá el año que viene

………………………………………………..

Quién sabe si estaré

o si antes me convertiré en su cena.


La real grulla, tan bella.”


Poema en el que se destaca su mordaz e irónica crítica social. Muy bien, amiga mía. Puedes dejar tu daga en esa invisible funda que albergan tus palabras.


De repente, una serie de liberadas onomatopeyas, nos anunciaron la irrupción de nuestro asustado timonel Juan Antonio, pues se había hecho el timón con él, y el barco zozobraba desconcertado en medio de la temible carcajada de Neptuno. Gracias a que nos hicimos con la dirección del barco, a la voz de “todos a por él”, emitida por nuestro siempre atento capitán.

-La próxima vez, Juan Antonio- te paso por la quilla. Y ahora, te puedes sentar en ese barril, y leernos ese pergamino sobre “Alhajas Sinfónicas”, que no sabemos de qué barco le has sustraído -le ordenó Javier.


 “Joyas por La Elíptica”

Entresaco los siguientes versos:


“Villa de Colmenar en la intemperie

escuchas a Vivaldi.

…………………………………

En las cuatro estaciones encordadas

el habla se hizo luz

en poemas bailados por violines

……………………………………….

Luz y color, la vida es primavera

……………………….

las tormentas resuenan de repente

mas vuelven las aves……….

……………………………………….

Ha llegado el calor con su cansancio

y el cuco se aparece

también trina el jilguero entre los vientos

……………………………………………………

y la tormenta estalla.


Llegaron las cosechas del otoño

………………………………………

ya van a por la caza cazadores

………………………………………

las escopetas suenan con los perros

en su última huida.


Cae la nieve, qué frío en el invierno,

terrible es la tormenta

………………………………….

los vientos congelantes

se sienten con chasquidos entre dientes

mientras llueve de nuevo

………………………………”


Muy bien Juan Antonio, y con qué emoción leíste tu poema dedicado a la Orquesta Sinfónica de Colmenar.

Tras terminar nuestro poeta, poseído por los dioses de la prisa, salió precipitadamente del barco, arrojándose a las profundas aguas del Océano.


A continuación, David, arropándose con su timidez, no pudo leernos nada, perdiendo la voz y la palabra.


Isabel, por su parte nos volvió a leer el poema Palestina, escrito en el 2009:

“Tus calles hermosas en otros tiempos

…………………………………………………….

¡Parad! ¡Parad!

Pueblo judío, ¿Qué estáis haciendo?

…………………………………………

Ha llegado la hora de fundir la noche con el alba.”


A continuación, nos lee un cuento, en el que el laurel protege al arrogante limonero.

Tiene mucha gracia el diálogo entre ambos.

Después, tras enumerar las numerosas virtudes de Caballero Bonald, nos lee una ficción en forma de diálogo con él. Y entre otras cosas, nos dice:

“Te regalaré el agua del olvido.”

 Muy bien Isabel.

A continuación Cinta, nos leyó un poema sobre la poesía, titulado “Anzuelo”:


“……………………………….

Estaba al alcance de la mano,

Ahí siempre, a borbotones

desplegando su copa de sonidos.

…………………………………….

Se encuentra 

en subterráneas grutas.

…………………………

En el parto de la frase

inconclusa, brilla su acero”


Pero qué bien Cinta: sembrando siempre la dulzura por doquier.

Después nos leyó un poema muy gracioso, muy suelto, muy propio de la parte infantil que anida en sus adentros:


“Medalla, camafeo

sortija o una pareja de pendientes.

………………………

Pensar en el buril

que en su vena 

se meta.

………………………..

Que llegue el vino

y entre dientes

sepa a tocino. “


A continuación Amelia, rescatada hace unos días de Luxor, en concreto del Templo de Karnak, que tras hacer una parada en el Nilo, se sumergió en el Lago Sagrado, con lo que nos las vimos y deseamos para despistar a los sacerdotes, que en ese momento estaban realizando ritos de purificación, y querían escarmentar a la intrusa, desplegó unos papiros en los que había escrito sus poemas, para así deleitarnos. Ahí nos hubiera gustado ver al famoso Don Quijote y su Escudero Sancho, librando una desigual batalla con las 100 colosales esfinges que nos cerraban el paso; pero afortunadamente, gracias a nuestro arrojo y valentía, pudimos desplegar las velas de nuestro singular navío, y tras soltar amarras en nuestro puerto, deleitarnos con lo escrito en los papiros de Luxor.

Amelia, peinada al más puro estilo de los tiempos del Antiguo Egipto, con prontitud y su voz sonora y llena de matices, nos obsequió con el magnífico poema Miramar, en el que nos envuelve con acariciadoras palabras en un paisaje de recogimiento y paz. Por ello nos dirá:


“ ¿Por qué será

que donde hubo

algún conflicto

la poesía estalla?

……………………….

Abuelo y nieto

a solas, la marea

de secretos y conchas

remonta el alba.

…………………..

graznan gaviotas

contra la espuma

sedosa del silencio”


Magnífico, el silencio nos lleva a la paz de la palabra, a pesar de los tambores de la guerra

Y por último, un poema que me hizo recordar a Mari Trini, titulado Negativo:


“No soy agente en bolsa

ni esa niña callada

de esquinas quietas.

…………………………

Tampoco soy tu muñeca

……………………………

Ya no soy donde era.”


Muy bien Amelia, muy bien.


Por último, alhaja, les leí el cuento titulado El topo, en el que describo un paisaje sombrío con infinidad de galerías por donde el protagonista intenta apartarse de la luminosidad de la vida. Basta con escoger algunos párrafos, para darse cuenta de ello:


“Cierto día me caí de la montaña. Mejor dicho, me arrojó la montaña, y cuando estuve en las cercanías del barro, me así a una rama, y cavé cavé cavé sin cesar con el azadón de diez dedos el cuerpo de la tierra……………

……………………….antes era un topo iluso; un topo que creyó tener ojos. Pero quizás pueda ver donde no hay luz……………………………………………………………

…………………………Acaso antes ¿ no era un vulgar topo solitario?..........................Abro  nuevas galerías, y me complazco en mi soledad………………………………¡No podía caminar oyendo mi propio pulso y sólo mi pulso! Y así fue como salí de aquel laberinto…………………y entonces corrí por el llano, por sus caminos sin caminos…………….Todo igual: siluetas polvo y tumbas………………………………..y no sé por qué, arreboldujado en mi amplia soledad de mesetas sin árboles, espero, sin embargo, que sea invadida por el mar.”


Un poco angustioso querida; pero espero que algún día, mis arroyos desemboquen en tu mar pletórico de armónicos, porque te has convertido en música consciente.

Un abrazo muy fuerte, mi amor, de mí y de amigos marineros, y de las dulces sirenas marineras, que con tanto amor ennoblecen este barco, que navega en pos de nuevos horizontes, marcados por el corcel de La Palabra. 





Juan Manuel Criado Manzano
20 de junio de 2024








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