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jueves, 20 de septiembre de 2012

2ª Jornada/VI Año: Miércoles, 19 de septiembre de 2012

Guillotinas eléctricas en la Puerta del Sol


La segunda Tertulia oficial de este nuevo curso no fue muy concurrida. Al observador que transcribe hoy esta Tertulia se le hace extraño por dos motivos. El primero, porque hubo Tertulias de verano, las llamadas por los rascamaneros, como “Tertulias de Guardia”, que duplicaron con creces la asistencia de hoy. Y la segunda, es que el número de varones, en contra de lo habitual, fue abrumadoramente superior.

Este observador tomó nota de los asistentes y salvo María Antonia, que estaba allí en la mesa del Ruiz la primera, el resto de contertulios –hasta completar los siete- fueron todo hombres. A saber: Javier, Alberto, Juan Antonio, León, José Mª y Aure.

Y no sabe por qué pero este observador –quizá por el número reducido de contertulios- desea añadir a cada uno su apellido: Mª Antonia Copado, Javier Díaz, Alberto Torres, Juan Antonio Arroyo, José María Herranz y Aureliano Cañadas.

Colocados así, alrededor de la mesa, con su café, su cerveza, su refresco, con su nombre y apellidos empezó una Tertulia que más parecía una mesa de redacción porque con cada tema que sacaban alguien pronunciaba un titular.

Este observador, atento y rápido en la caza de titulares, recogió los que siguen:

- “Me voy a aplicar un correctivo”. “Tienes que revocar la fachada” (Mª Antonia)
- “Respetaos los unos a los otros” (León, -frase tomada del libro de José Saramago “El evangelio según Jesucristo”-)
- “La educación es un acto provocativo de amor” (Juan Antonio, citando a José Luis Sampedro)
- “El monoteísmo es excluyente” (frase que habría que adjudicar al conjunto de contertulios)

Y no sabe el observador si es que primero se definieron los temas con los titulares y luego se extendieron en ellos, pero el caso es que se reiteró que hay intereses por los que las religiones son excluyentes. León apunta que estando en Estambul vio durante el Ramadán una película de la vida de Mahoma protagonizada por Anthony Quinn e Irene Papas. Al igual que en España, en Semana Santa nos ponían películas de la vida de Jesús. Mundos paralelos.

El camarero del Ruiz llama la atención de Javier. Hay una llamada de teléfono de una chica interesada en la tertulia. Descubre Javier que tanto a ella como a su madre les gustaría incorporarse próximamente. Se identifican como Mega y Eunice.

Regresa Javier junto a los rascamanes y en ese instante el observador anota lo que están hablando: “En España se cumple que el que destaca un poco es una amenaza para el poderoso. Y aún más si no eres un pelota. Son rémoras del pasado. Hay que rendir vasallaje.”

Vuelven a ponerse en la mesa nuevos titulares:

- “Los problemas de España no se arreglarán hasta que se instalen guillotinas eléctricas en la Puerta del Sol” (León, citando a Valle Inclán).
- “Los españoles sólo nos unimos cuando estamos en contra de algo” (Javier)
- “Internet es libre” (de nuevo, frase asumida por toda la Tertulia)

Se incorpora José María Herranz a la Tertulia en ese momento y comparte una noticia que este observador deduce que se anunció en pasadas Tertulias pero que no se llegó a desvelar: Ha publicado un disco con sus poemas, musicados por un autor catalán, Andreu Jacob. Se titula “Amargo despertar” y en él, además de José María Herranz han intervenido leyendo poemas de José María, los poetas Mª Esperanza Párraga y Luis Antonio de Villena.

Habrá presentaciones en la FNAC, donde se podrá comprar el disco, entre otros sitios. Cuenta José María que ha trabajado en el proyecto desde mayo a agosto de este 2012. Los poemas del disco pertenecen a tres libros suyos: “Hijos de la miseria”, “Las razones del lobo” y “Los mitos incendiados”, este último inédito.

A este observador no se le escapa que la noticia es de interés del grupo puesto que se le piden más detalles a José María. Por eso añade que las prostitutas de Madrid que había en Carretas, Espoz y Mina, Montera… pululan por este disco.

“Es difícil encajar la palabra recitada y la música”. “Hay teorías que defienden que los instrumentos musicales intentan emular la voz humana”.

Hoy la Tertulia, al parecer, se ha extendido en la conversación pero ya llegan las lecturas de los textos de cada uno.

Anota el observador que de fondo está sonando Frank Sinatra y “Strangers in the night”. No es mal fondo para la palabra que se va a escuchar ahora.

Surgen un par de frases que Javier regala a dos de los poetas para que escriban un poema. A León: “Los perros de Estambul”. A Mª Antonia: “esta semana me he dejado las uñas largas”.

Lee Mª Antonia su poema “Fuego”, pertenece a un nuevo libro que está escribiendo cuyo título gira en torno a la roca y a la losa.

Alberto Torres lee un nuevo poema de un libro que quizá se llame “El hombre perplejo”. Antes, Javier le pide que vuelva a leer su poema de la semana pasada: “Programa de lavado corto”. Hoy lee uno nuevo titulado “Improbable y provocativo”.

Juan Antonio recupera un poema que leyó antes de cerrar el curso pasado, en una Tertulia de finales de junio. Ha corregido el final del poema. “A John Huston, por su último film, Dublineses”.

A este observador que transcribe lo que ocurrió no se le olvida anotar los detalles de lo que se está leyendo.

León, antes de leer, dice que ha tenido un verano andalusí. Ha recorrido Marruecos, Cádiz, Málaga. Recomienda no perderse un pueblo morisco, Comares.

Dos poemas, dos largos e intensos poemas que son alabados por todos. El observador estima que todo lo que se está leyendo hoy es de muy alta calidad.
Dos poemas, el primero del Cercano Oriente, un romance. El segundo, del Lejano Oriente, la historia de Hassan Sabbath. El monje de la montaña, en perfectos endecasílabos.

Para continuar con la lectura, es José María Herranz quien lee uno de los poemas incluidos en el disco: “La pajera”, dedicado a las prostitutas de la calle Montera de Madrid.

Cierra Aureliano Cañadas. Está escribiendo un nuevo libro. Este observador tiene claro que está ante un grupo de emprendedores y de buenos creadores. Un nuevo libro de tinte autobiográfico. Un poema dedicado a dos ríos, uno almeriense y otro alemán. Un poema titulado “Robbing”.

Son las ocho ya y hay cuatro contertulios que se despiden, tienen compromisos. Se marchan Javier, Mª Antonia, Aureliano y León. Apuran la reunión del Ruiz y la prolongan José María, Alberto y Juan Antonio.

Este observador recoge su bolígrafo y las notas que ha tomado y siente que quizá de nuevo, sin ser visto, se sentará el próximo miércoles también en una esquina del Ruiz a participar de la Tertulia Rascamán.


Javier Díaz Gil
20 de diciembre de 2012

jueves, 13 de septiembre de 2012

1ª Jornada/VI Año: Miércoles, 12 de septiembre de 2012


BITÁCORA DE LA TERTULIA “INAUGURAL” DEL 12 de SEPTIEMBRE DE 2012
(6º año de la Tertulia Literaria "Rascamán")



Nada más entrar la autora de estas líneas al antro donde se celebra esta Tertulia que inaugura algo misterioso, halla sentados en torno a la mesa oblonga a Javier, Aureliano, Mª Antonia, Rocío, Paloma Hidalgo, y María Juristo, a quienes pronto se suman Federico y Celia.

Se nota cierta electricidad estática en el ambiente. Escombros de luz, labios de sirenas, cosas raras, en una palabra. Es evidente que no pensamos quedarnos aquí sentados toda la tarde, entre cuatro paredes, haciendo sugerencias, resumiendo argumentos o guardando un minuto de réquiem por certámenes que han dejado de existir por asfixia de presupuestos. Piratas septuagenarios dejan caer lágrimas cristalizadas y no importa que sufran achaques de memoria, cuenta Paloma Hidalgo. No vamos a quedarnos sentados mientras por ahí ronda un electricista en paro convertido en asesino en potencia, que puede atracarnos armado con cuchillo o destornillador... Por más claro que veamos la dificultad de plantear un acertijo al principio, para resolverlo al final en nueve líneas, pocos abren la boca. Confiesa María Antonia haberse traído una hoja de prueba de impresora en lugar del poema, pero nos compensa invitándonos a unas brasas que crepitan bajo un pretil, en un lugar llamado La Tentación, a medio camino de la taberna “La Roca y la Losa”, regentada por ella misma.

Inexplicablemente, Javier exclama: “!Me llamo Alberto y me gustan tus poemas, sobre todo los que no has escrito aún!”, ante los quince o catorce pares de ojos que se han vuelto a encararlo. Aclara que se le siguen ocurriendo frases infalibles que va robando a cualquier desprevenido. Amnesias también sacuden a María Juristo, que consigue saber el nombre de otro, lastimada en la luz de la palabra, y olvida el suyo. La luz vuelve a cernerse desde un árbol que era un sigilo, intensificando la metáfora. Y se hace fogonazo de flash en la fotografía que a traición le hacen unos padres a un niño que, desde el más allá del color sepia donde yace inmovilizado, nos cuenta sus miedos de infancia. “Porque no hay palabras para decir lo que siento” – corrobora Fede, que se sumerge en nubes y granito para escribirle una carta a Ulises.

Es muy posible, sin embargo, que el orden de lo ocurrido no fuera el de arriba y que antes o después se planteara el éxodo, salir del antro de una vez y aprovechar que éramos pocos y selectos. En fin, que varios, llevados por el entusiasmo, decidieron seguir a Paloma Hidalgo, Rocío, el Aure y Celia a unas cuevas de arte rupestre de Lascaux, en la Dordoña francesa y otros se quedaron a escuchar a Armando (López Salinas, autor de “La Mina”, en los tiempos alegres de la dictadura. Armando resultó ser un anarquista que se convertió al comunismo, y enfurecido por la cárcel se había traído dinamita y mecha para armar una buena. Insistió tanto, que acabamos todos cubiertos por el polvo de la explosión, espantosa, que aturdió al local, de donde un camarero se decidió a echarnos. Ya en la calle, la humilde autora de estas líneas les ofreció unos “Viajes” para consolarlos, y muchos enseguida se pusieron a hablar de viajes reales e imaginarios y de programas de TV donde un cocinero obeso prepara delicias con órganos de animales. Llegan Carmen y Alberto, la primera de la Costa de la Muerte y el segundo de Valencia y Ávila,

--Y no me sirvió de nada-- se quejaba él.

--Cuánto mal han hecho las palabras, señaló a su vez Rocío, que ha elegido “Número Cuatro” como nombre del cuarto hijo y hermano menor de Esdrújula, Llana y Aguda. Se le desea una feliz ceremonia de bautizo en Tailandia.

Paloma Sánchez había llegado poco antes de que Aureliano castigase a un amante que se dejó pescar con el anzuelo de unos besos y leyera una versión corregida de Aladino. Las palomas quieren volar y se las suelta; nos vamos juntos a degustar reses colgadas, abiertas, de donde mana la sangre que atrae a las moscas. A algunos les da náuseas el surrealismo, dicen adiós, "adiós sirenas", se leen los labios que cantan a Ulises, que acaba de recibir una carta, y es que las palomas mensajeras son de lo más veloces en los tiempos que vivimos. Realmente nos sentimos mejor, ahora a todos nos han crecido alas, aunque no seamos ángeles, y entramos y salimos raudos de todos los sitios. Qué caray. ¿Dónde están los ausentes en este mapa? A estas alturas del bailongo, van quedando menos contertulios, que abandonan extenuados. Los más resistentes se quedan a escuchar los gritos de las ratas y la voz de la dinamita al hacer estallar la cueva del arte rupestre. Otros se largan a Nueva York, donde Alberto los invita a un “Programa de lavado corto” en una lavandería o un túnel de lavado de coches. Y otros aún, capitaneados por alguna intrépida mujer, se van de cacería de tigres con un rey antiguo. Así es imposible realizar una tertulia digna de ese nombre o políticamente correcta, pero a cambio no hay imposición de rumbos: tú puedes elegir si por aquí o por allá, salir corriendo por piernas, tras provocar a ratas, serpientes y reses cuarteadas o recalar en algún hospital tranquilo donde algunos sobrevivimos a varias coagulaciones y estados alucinados gracias a Celia, que se abanica sin cesar.

El caso es que la autora de estas líneas ya pensaba en hacer mutis, cuando apareció una figura de mujer, vestida de negro y elegancia, que nos pregunta si queremos participar en un sorteo, y enseguida se saca de la manga el libreto de una obra de teatro de María Jesús Briones. En “Nada Max, Nada”, Ben y Max, tal vez amo y criado, dialogan en el más allá, en un paraje desértico que trae ecos de Ionesco, Valle Inclán, y Samuel Becket.

La autora de estas líneas y los demás participantes aplaudimos a rabiar, para acto seguido volver cada uno a nuestras obsesiones de la vida corriente...
 O no...Vaya usted a saber.



Amparo Perez Arrospide
Madrid, 12/09/2012