Páginas

viernes, 21 de noviembre de 2025

6ª Jornada/XIX año: Miércoles, 29 de octubre de 2025

 

Besos pasteleros de coco



Una bitácora me manda hacer Violante.

No, no es así, me puse detrás de León y una cerveza, miré al suelo, pero Alberto compañero de la vida y de sillón me empujó dejándome al descubierto. Cinta me miró, y dijo (como lo lees):

-Yo ya la hice la semana pasada.

Javi, el Boss, me miró, con esos ojos dulces que pone cuando vuelve de viaje.

Y yo, soy mayor y ya apenas monto en bicleta y de lo otro, solo la memoria me salva.

De asertividad ando mal, por lo del ojo, así que dije sí.

Y aquí estoy.

El día era nublado y parecía una bola de algodón…

Así, no.

Más duro:

Desde que amanece apetece

No, pero sí.

Las tertulias de Rascamán son vitaminas literarias de amistad, en un microcosmos en el que la libertad roza la imprudencia y  los asistentes, como Aquiles, salen fortalecidos en alma y cuerpo (lo del tobillo es de otro libro).

Empezó cuando tenía que empezar, aún no había besos pasteleros de coco, que trajo después Ana, y los que no estuvisteis o recurristeis a la red… os fueron vetados.

Comentario sobre la exposición de Lo que la Hoja te cuenta y oda al público asistente, Fernando, un encanto, paciente y amoroso.

Se habló, o al menos a mi me lo pareció, (soy bastante sordo y muchas veces imagino lo que no oigo) sobre la conveniencia de asistir a los actos comunes del Microcosmos del que os hablaba,  que la distancia es el olvido, que la abuela fuma y el niño bebe y los etc.

Al grano:

Empezó Cinta con un soneto. Valiente y sensible, como siempre. Hablamos de rimas y de ritmo, de las técnicas y de la belleza de los clásicos que si vamos de consonante, pues como en los eventos que la rima asonante es como el traje Casual Friday de un viernes por la tarde. Pero es hermoso, como la tertulia crece, al tiempo que lo hacemos cada uno de nosotros.

Luego me tocó a mi… por madrugador, que por eso de la lluvia que no caía o por vaya usted a saber, llegué el segundo… “Na”, uno de libélulas, que hacían toneles entre las cañas de un pantano, lo normal y no quedó claro si la amazona era Euterpe o cualquier otra del gremio. Sí quedó claro, lo decían los versos, que nuestro compañero querido, Alberto, estaba allí.

Luego, Javi.

Poema de 2018. La encomienda. Sobre la pérdida y el encuentro, sobre las palabras. Encomienda, en el cesto al lado del conductor para atravesar campos, ciudades y llevar ilusión al otro lado. Siempre hay algo o alguien al otro lado y siempre hay espera sorpresa y regalo, así es la vida.

Javi es Javi, puede escribir a la pata coja, sobre una silla y de pie. Su poesía es hermosa, la capacidad de ver lo que está debajo, lo que siente el paisaje y los lo que lo ven, los que dan y los que reciben. Grande, no quieto insistir aquí, que lo va a leer y yo… soy tímido para algunas cosas (para otras no).

Llegó Anagonz con besos de coco. No, no temáis, no fue que un Coco trajera besos, no, eran pastelillos apetitosos que dejó sobre la mesa. Creo que comí dos, el segundo con dudas pero...

Me animó Alberto, que leyó un relato  sobre  un pobre marido con su señora a régimen y un puñetero endocrino que hablaba  de la solidaridad familiar con la hambrienta. Terrible.

El relato entre risas, me animó a por el segundo beso de coco, no quise que Mi Santa me viese con los ojos de mirar a flacos.

Alberto, ya sabéis, yo no debo hablar de los escritos de Alberto porque soy un entregado, un cautivo. Es lo de siempre, oficio y talento y una chispa de ángel y unas gotas dulces o ácidas según el día, y en la copa que no falte la sorpresa,

Alberto Manríquez: hablamos de las editoriales, de Amazon, la segunda edición de Kinz, la ha autopublicado ahí. Sobre las editoriales… Son negocios que debieran peinar los textos de los autores y conseguirles dineros para que sobrevivan al menos o les den premios ad honorem. Y no siempre es así. Algunas se limitan a mandar imprimir a un tercero un texto después de haber vendido al autor la ilusión del Parnaso y la celebridad. Las hay serias. Que dicen sí o no al texto, que lo leen y sugieren, que promocionan y administran. Y evidentemente sobreviven, que el beneficio es el seguro que hace posible el tiempo que nos dedican. Ojo: un libro es obra coral. Autor, editor, corrector, ilustradores, marketing y administración al servicio de la obra para la felicidad del lector (Custormer First… tenía que decirlo). 

Alberto nos introdujo en Kinz (tesoro) y nos dejó con las ganas de leerlo, está en Amazon (repito) y nos puede ayudar a tardes o noche de aventura y de búsqueda partiendo del cuadro de Velázquez sobre la expulsión de los moriscos y unos documentos…

Luego me fui... y ya no puedo contaros más. No escuché a Ana, ni a Rocío, ni a Celia, ni a Carmen… me que quedé con ganas.

Ojo, sí escuché a León. Maestro D. José León Ramirez, podría enrollarme contar que León hace un soneto como Lope, mientras se dora la tostada, o al usar el ascensor (si es un tercero). Pero... hay cosas de las qué para que hablar si pueden oírse


José Antonio Carmona

30 de octubre de 2025 









Al marcharse José Antonio, retomé yo lo que quedaba de bitácora. José Antonio, atento a que León estaba cansado y quería marcharse a casa, le acompañó en un taxi.

Leyó Anagonz y nos contó que manaban naranjas con piel gruesa. Escribió sobre la foto de los dos niños que envié. Tres padres cambiaron mi historia, continúa. Recuerdo las manos de Antón, estará modelando el cielo.

Rocío no ha traído nada, no le da la vida, dice.

Se estrena Carmen Cañadas desde la ventana de Zoom. No voy a llegar a vuestro nivel, nos confiesa. La voz de Carmen es como la de Celia, su hermana. "Juego libre" es el título. Juegos reunidos, Monopoly... Encasillarse en un tedio. El juego libre de los patios. Nos lleva Carmen a la infancia, a la infancia de todos.

Celia Cañadas, que la tenemos en el café sentada con nosotros, toma el relevo de Carmen y cierra la Tertulia de hoy. "Estío". La mujer pensó en todas las cosas que aún no había hecho... Un miércoles que resultó ser un jueves...


Pero este miércoles de tertulia no resultó ser un jueves, fue una fiesta más, un miércoles de Rascamán donde se obran milagros.

El próximo miércoles nos veremos en la Casa de Vacas en vez de en el Fígaro, para acompañar a Juan Calderón en la entrevista que la televisión de Extremadura le va a hacer.



Javier Díaz Gil
21 de noviembre de 2025












sábado, 18 de octubre de 2025

4ª Jornada/XIX año: Miércoles, 15 de octubre de 2025

 ¡Válgame el señor!


¡Válgame el señor! ¡Por los clavos de Cristo! Qué periplo hasta llegar a la tertulia, con temperaturas que invitaban a quitarse la ropa y quedarse en el “tanga” del que después nos hablaría Tina y del que Alberto resaltó con énfasis. ¡Ay, Virgen Santísima, se nos escapa el mundo de las manos! Y yo, con mi camisa de invierno, la de los domingos para ir a misa. Quise imitar a San Francisco de Asís,  que se despojó de sus ropas como quien deja atrás el mundo. Yo, más humilde, solo me quité la paciencia para abrazar la pobreza que da la poesía.

Aparqué el coche como pude en la calle Trujillos —al final de la tertulia descubriría que Carmen Padín vive también en la misma calle, aunque en Plasencia; la vida, que siempre te hace pensar en las casualidades—. Hasta tuve que llamar a la policía.

Al llegar al Fígaro junto a Aurora, ya se me había pasado el cabreo. Saludamos a todos. Esta que suscribe, olvidado el desencuentro del estacionamiento, estaba pletórica por dos razones: la primera, porque tenía ganas de veros; la segunda, porque hoy podía compartir mi noticia poética. Enseguida Chelo y Tina me abren sus pétalos me reciben con una gran sonrisa. Después llegó el abrazo del Boss, que me recordó a esos abrazos de los que no quieres soltarte y en los que una deja caer las ramas sobre el tronco ajeno, solo para quedarse ahí, disfrutando del calor compartido. Es lo que tiene la orfandad: siempre deja carencia de cariño y gestos. 

Fui repartiendo besos y abrazos al resto—que para eso no cuestan nada—. Alberto, vestido como siempre de tonos azules —él es un cielo, pero no lo sabe— y blanco, con el emblema del caballero ecuestre, cuya pluma me encantaría ver dibujar palabras mientras yo observo, porque siempre se aprende más viendo, escuchando a los que aman la palabra.

Saludé a Juan Calderón, a quien antes le había echado el guante cerca del Hospital Gregorio Marañón, mi segunda casa. También a Raña, con su aire de bohemio y su bastón de peregrino. A Paloma —que pronto será abuela—, la mujer perfumada de juventud, con su flequillo a lo Cleopatra y esa elegancia parisina del vaquero y camisa blanca. A José María, el escultor del grupo, capaz de dar forma a la materia, a la palabra y al silencio. Carmen Padín llega vestida de bosque; mirada de hoja y de Caperucita con su capa roja. Y en la nube, como dioses cómodos, estaban acomodados Celia y Juan Pulgar. Llega también Ana, que se sienta en el sofá barroco, poniendo en escena los versos que más tarde nos leerá y simulando ser la mujer en el sillón rojo de Picasso.

La tertulia comenzó, pero yo ya había empezado a vivir mucho antes: en cada saludo, en cada mirada, en cada risa compartida y en los abrazos. Rocío llega un poquito tarde, pero no recibe ninguna colleja, ni se le tiran de sus rizos caobas porque en su mirada lleva prendida la bondad y la dulzura.

Comienza la función:

Javier nos lee «Poema 20», haciendo un guiño a Neruda y al aniversario de la tertulia: «… era tan largo el olvido… la mirada / nuestra se torna sorpresa». José María dice que tiene asonancia interna. ¿Acaso el olvido no tiene también su propia asonancia? Nos lo lee de nuevo; nos gusta más aún. Deja un temblor en los labios.

Chelo, con abanico en mano —con más arte que Lola Flores—, dice que no quiere leer ni decir tacos. ¡Qué prudente nuestra folclórica!

Tina: «Ciudad púrpura». «…alcohol, vómito, tabaco, copa en mano en noches de mil estrellas, con tacones altos». Quizá nos esté proponiendo una cena desinhibida con blusa del revés. ¿Nos querrá regalar algo? Mira que los rascamanes no estamos para muchas juergas…

Calderón lee en dos lenguas: castellano y gallego. «Casa de las aguas». 

«…La vida pasa alegre… despeina las copas… las enaguas de las nubes…». Ana Gonz afila el oído. Javier, maestro de batuta de tinta, corrige. A mí me ha maravillado, tanto como ese Juan Gavilán que nos muestra en un despliegue de vinilos y CD, al que no conocíamos con pelo y barba. ¡Cuánto talento hay en esta tertulia!

Raña: «Cuento al 20». Sumas, restas, ceros; todos metidos en camisas de once varas, aunque no chocamos los cinco. Rocío dice que es mejor subir el sueldo a los poetas.

José María (lo lee Paloma): «Maruja Mallo», y en el relato descubrimos su alter ego, y lo bien codeada que estaba su abuela, incluso con el de las Nanas de las cebollas. Habla de su abuela y mientras lee Paloma, los ojos de José María recobran más vida que nunca, rebosan emoción. Paloma, cual Versace, coge la tijera y recorta.

Paloma no quiere leer, prefiere salirse a fumar y, mientras, cantar: «Fumando espero al hombre que yo quiero…». No sabemos si será al psicólogo al que, más tarde, nos confiesa ir a visitar.

Me toca el turno; leo: «La vida que alquilo». Me hacen algunas correcciones entre alabanzas, y me guardo las palabras de Carmen: «Me ha sobrecogido el poema».

Alberto no quiere leer, a pesar de que el Boss se lo pide de rodillas. Él hace caso omiso a sus ruegos. Pero tranquilo, Javier: quien se arrodilla sabrá estar de pie ante cualquier situación difícil.

Juan Pulgar, con mucha empatía, nos dice que no lee y que lo dejamos para otro día. Nos cuenta que tiene algo parecido a un hogar… En ese momento trago saliva. Que a Juan del Val le den un premio desmedido sin merecerlo y a otros se lo pongan tan difícil. «Adquirir el hábito de la lectura es construir para uno mismo un refugio de casi todas las miserias de la vida» —W. Somerset Maugham. Te dedico esta cita, Juan.

Sigamos leyendo.

Celia dice que no ha preparado nada. Me quedo con las ganas de escuchar su «Higuera».

Rocío: Alborota el gallinero con «La repoblación del lince ibérico». …muere Juan Pablo II, en los montes de Toledo, señalan a una muchacha que se ha quedado embarazada con 20 años (haciendo un guiño al duodécimo aniversario de Rascamán). La apuntan con el dedo, como dice Alaska en su canción, y me uno a su grito: ¿A quién le importa lo que yo haga?… Y nos dice a Juan Calderón y a mí que no nos hemos enterado con qué genero juega entre sábanas la protagonista...

Carmen Padín: No sé si nos lee o nos hace una propuesta con sus «Intertítulos». «…ponernos zapatos e irnos al cine, eso sí, mudo». No lo creo. ¿Los rascamanes mudos? Ah, pero con el pelo libre (Javier tendrá que dejar el sombrero). Y aun sabiendo que el cine da apetito —ay, con lo dulce que es ella y nos quiere ver rellenitos—.

Ana Gonz: Lee el poema «Coloquio amoroso» de santa Teresa de Jesús. …un amor que ocupe os pido… adonde más la convenga. Continúa diciendo: «la lengua es una mama» en gallego; así que mamamos el poema y nos vamos mamados…

Llega casi al final Cinta y nos habla de sirenas…

A ver, decidme y aclaradme: 

¿Nos vamos a calmar el temblor del labio de Javier? ¿A buscar el tanga de Tina? ¿Las enaguas de Calderón?¿El valor de 0 de lo que suma Ruña?¿Al cine con Carmen?¿A buscar al lince ibérico por los montes de Toledo?¿A buscar los versos olvidados de Chelo?¿O le damos una sorpresa en su nuevo hogar a Juan? ¿A comprar la vida que alquila Susana?¿A comprar clines para José María?¿A pedir cita para todos al psicólogo de Paloma?¿A plantarnos debajo de la higuera de Celia?¿O de trote con el caballero ecuestre de Alberto?¿O a descubrir orgasmos?¿O a rezar con santa Teresa?¿O a buscar a todos los que no asistieron?

Todo lo que queráis, pero de rodillas, no… eso se lo dejo a Javier, que tiene los huesos como su mente.

Nos despedimos y pienso:

«El lenguaje es la casa del ser en su morada habita el hombre»—Martin Heidegger.

Hoy he comprendido las palabras de John Keats: que el poeta no tiene identidad, que se disuelve en todo lo que toca.

Quizá eso sea la poesía: el lugar donde nadie es uno solo, donde todos habitamos la misma respiración.



Susana Fraile

17 de octubre de 2025



domingo, 12 de octubre de 2025

3ª Jornada/XIX año: Miércoles, 8 de octubre de 2025

 

AVISOS, RECOMENDACIONES Y REFLEXIONES



Avisos


Miércoles 8 de octubre y la tertulia Rascamán inicia con avisos inesperados:  Primer aviso: No paguen sus bebidas,  es cumpleaños de Omega quien muy amablemente invita a la primera ronda. ¡Gracias, corazón eres un ángel! Te deseamos, todos, lo mejor en esta tu nueva ronda al sol.


Aviso dos: El 5 de noviembre estamos convocados para una entrevista a poetas extremeños afincados en Madrid. Espero que una iberomexicana afincada en Extremadura también les pueda servir y aparezca yo en la televisión. No tengo muchas esperanzas, pero ahí estaré para apoyar a Juan Calderón. 


Tercer aviso: el boss nos riñe por no entregar los escritos para el libro de Rascamán 2025. —Tienen hasta el día 15— sentencia. 


Aviso cuatro: Ten cuidado con el espíritu de las hormigas.

Una vez avisados, con bebidas en una mano, escritos en la otra y lejos de las hormigas, comenzamos.


Recomendaciones


Juan Calderón después de 20 escalones y con una sangre, que dice no es de lujo, recomienda el amor sin importar el número de escalones que hayamos recorrido en nuestras vidas. Quizás tres más arriba lo encuentres y llene tu sangre de limones.


Omega, la cumpleañera, echa una mirada a oriente, nos insta a buscar nuestro ikegani, a rehacer los círculos de la vida con ese iris que te hace ver caleidoscopios. Llenar tus fisuras de oro o platino, como el kinsuji y encontrar tu razón de ser.


Carlos tiene de todo, menos ganas de leer. Avisos, recomendaciones y reflexiones. Lee cinta en su lugar. Comprueba que el bosque te habla antes de entrar en él, te ahorrarás muchos problemas No hagas mucho caso de los suspiros de la iglesia del claro, la que está rodeada de tumbas de soldados enterrados con lágrimas de sus madres… él sí nos hace caso y lee, por fin, con aplausos.


Javier nos comparte lo que recibió de su madre, el silencio, el amor y la paciencia. A reconocer de dónde viene y a dónde va.

Y se va al naranja y el negro. En apariencia, un cuadro abstracto de pinturas contrastantes. En realidad, la descripción de una región dominada por las noches largas, el blanco brillante de la nieve, lo naranja estridente de las luces y el verde lustroso de los techos; lugar  donde recomienda el parloteo alegre de las gaviotas para que aclare la interminable negrura del invierno.


Cinta se ha puesto el sombrerito. Soy una bola llena de granos, devoradora de libros, soy alguien que arrastra los pies, soy la ganadora de un libro de cuentos por escribir la mejor redacción en el cole. Soy la chica más feliz. Hacer lo que realmente te gusta, recomienda sin equivocarse.


Mientras tanto, Jose Antonio, el Carmona, nos aconseja:  a los veinte años, arrumacos sobre el césped y que te miren las nubes con envidia desde el cielo.

Al llegar al séptimo piso, lanzar los miércoles palabras, relatos, cerveza, nuevos sueños y utopías y los versos que  aquí cuenta.


Reflexiones.


Cuando escuchar tiene efectos inesperados.

Un microtequiero de Alberto. El que más le gusta, comenta. A la señorita Hortensia le ha vuelto la vida.. A las 7:39 se mete a la ducha y así lo hace su vecino. Espalda con espalda. Solo los separa una delgada pared cubierta de azulejos de ambos lados. A ella le parece que las gotas de agua del vecino llevan un ritmo, punto raya punto, punto raya…después de varias duchas y reflexiones ha llegado a la conclusión de que el mensaje encriptado en las gotas es: te quiero.


Dos mujeres, un hombre y un estómago cotilla. Él se las arreglaba muy bien para mantener intacto su corazón dividido entre dos amores. Pero su estómago lo traiciona emitiendo gruñidos cada vez que le pregunta una de sus mujeres si es su único amor. Ella alcanza a descifrar el mensaje de la víscera y decide dar por terminada…a la otra. Se necesita estómago para tomar ciertas decisiones, apunta Carmen.


Cuando el amor o el desamor tienen efectos inesperados.

Maria trae un folio enrollado y con una liga... Lo extiende con suavidad y lee con la piel de su penumbra, por ver si por mí venías. Mientras, la luna ilumina de azul sus ojeras y acaricia, enorme, las calles bulliciosas de Madrid. Reflexión: El amor no desaparece con la muerte, tan sólo se queda en la penumbra.


Cacholino y los siete pollitos. Parece el título de un tierno cuento infantil. No lo es. Es una historia tristísima de Juan Raña. Cacholino pierde a su madre atropellada por el tractor que conduce su padre. El niño se torna hosco, lleno de rencor y tristeza. Se envolvía en el delantal manchado de sangre que su madre llevaba puesto el día que murió. Por venganza, odio o desesperación mata hasta siete pollitos negros del corral de su vecina. Su padre lo castiga con severidad. El hombre, ahora, ha perdido el amor de esposa y de su hijo. Reflexión: No te dejes llevar por el título de un libro.


Manuel nos narra una breve parte de su novela "Ninguno de lo suyos", en la cual jóvenes migrantes expresan el miedo y la angustia de llegar a pueblos de la vieja Europa. Tema que no tiene caducidad y no siempre se vislumbra una buena prognosis, diagnostico yo.


Septiembre en octubre y en labios de David. Esperando a Samuel. Un día ni el sol saldrá. La boca es una mancha gris. Como en España sirven para cualquier cosa… Frases de un diálogo que nos hacen reflexionar sobre un sistema social que machaca a los individuos, a veces sin tregua.


Chelo se resiste a leer y al fin cede, nos lee "Desde lo más profundo". Calderón insiste en que los  extremeños de la entrevista necesitan muestras de la tertulia Rascamán y nos ha grabado con su móvil. ¡Pues vaya gustazo se van a dar! A ver dónde encuentran otra como la nuestra! Desde lo más profundo he escrito por placer, acrósticos sin lucecitas… aún no sé en qué verso te has perdido…

¡Toma! Grabado queda.


Rocío también ha cumplido años hace poco. El 29 del 9 decidió entrar al mundo para fortuna de esta tertulia  y, me imagino, la de sus padres. 

…asi sin querer, echo la vista atrás, y en las cuentas con respecto a los años que vivieron bien mis padres salgo ganando. Ellos se alegrarían y a mí me da que pensar. Sin embargo, doy esquinazo a las divagaciones, y elijo quedarme, solo, con esta íntima obligación moral de celebrar. Celebrar no solo el cumple, sino cada día, intentando que el tiempo no pase sin más, que no se me quede nueva la vida, que se vea gastada y con bolas, porque nos la regalaron para vivirla.

Lo puse todo pues la reflexión me parece genial ¡Vivamos!


Ana Gonz viene echando tiros. Me puse guapa pues fui a ver al médico que no está de mal ver, nos informa con un guiño. Y dedica este poema, aunque no suyo, a Juan Calderón. Juan Raña defiende que está escrito justo a su medida. Juan, eras joven… tu vida siempre joven, alto  y apuesto… Juan dulce…

Reflexión: Todo depende del cristal con que se mire, o del Juan que tengas enfrente.


Amelia también viene de guapa, con chaqueta de traductora de primerísimo orden. Esta vez al polaco, del reciente premio Loewe, el argentino Hugo Mújica. Confieso haberme perdido en el sonido de la lengua en verso, mi cerebro dibujó poliedros, pero al final, solo me quedé con una frase: En un río todas las lluvias. Y esta frase da para reflexionar.


Justo antes de terminar la sesión, cual palmera hawaiana, aparece Mariana en la pantalla del zoom. Os quiero y sois guapos, nos mima. También tú eres guapa y te queremos como el viento a las palmeras, Mariana.


Tarde de guapos, creativos y querendones y todos nos vamos felices a nuestras casas bendecidos por la luna. ¡Así somos los rascamanes, extremeños, lugareños o de otros lares!



Carmen Padín

11 de octubre de 2025