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sábado, 18 de octubre de 2025

4ª Jornada/XIX año: Miércoles, 15 de octubre de 2025

 ¡Válgame el señor!


¡Válgame el señor! ¡Por los clavos de Cristo! Qué periplo hasta llegar a la tertulia, con temperaturas que invitaban a quitarse la ropa y quedarse en el “tanga” del que después nos hablaría Tina y del que Alberto resaltó con énfasis. ¡Ay, Virgen Santísima, se nos escapa el mundo de las manos! Y yo, con mi camisa de invierno, la de los domingos para ir a misa. Quise imitar a San Francisco de Asís,  que se despojó de sus ropas como quien deja atrás el mundo. Yo, más humilde, solo me quité la paciencia para abrazar la pobreza que da la poesía.

Aparqué el coche como pude en la calle Trujillos —al final de la tertulia descubriría que Carmen Padín vive también en la misma calle, aunque en Plasencia; la vida, que siempre te hace pensar en las casualidades—. Hasta tuve que llamar a la policía.

Al llegar al Fígaro junto a Aurora, ya se me había pasado el cabreo. Saludamos a todos. Esta que suscribe, olvidado el desencuentro del estacionamiento, estaba pletórica por dos razones: la primera, porque tenía ganas de veros; la segunda, porque hoy podía compartir mi noticia poética. Enseguida Chelo y Tina me abren sus pétalos me reciben con una gran sonrisa. Después llegó el abrazo del Boss, que me recordó a esos abrazos de los que no quieres soltarte y en los que una deja caer las ramas sobre el tronco ajeno, solo para quedarse ahí, disfrutando del calor compartido. Es lo que tiene la orfandad: siempre deja carencia de cariño y gestos. 

Fui repartiendo besos y abrazos al resto—que para eso no cuestan nada—. Alberto, vestido como siempre de tonos azules —él es un cielo, pero no lo sabe— y blanco, con el emblema del caballero ecuestre, cuya pluma me encantaría ver dibujar palabras mientras yo observo, porque siempre se aprende más viendo, escuchando a los que aman la palabra.

Saludé a Juan Calderón, a quien antes le había echado el guante cerca del Hospital Gregorio Marañón, mi segunda casa. También a Raña, con su aire de bohemio y su bastón de peregrino. A Paloma —que pronto será abuela—, la mujer perfumada de juventud, con su flequillo a lo Cleopatra y esa elegancia parisina del vaquero y camisa blanca. A José María, el escultor del grupo, capaz de dar forma a la materia, a la palabra y al silencio. Carmen Padín llega vestida de bosque; mirada de hoja y de Caperucita con su capa roja. Y en la nube, como dioses cómodos, estaban acomodados Celia y Juan Pulgar. Llega también Ana, que se sienta en el sofá barroco, poniendo en escena los versos que más tarde nos leerá y simulando ser la mujer en el sillón rojo de Picasso.

La tertulia comenzó, pero yo ya había empezado a vivir mucho antes: en cada saludo, en cada mirada, en cada risa compartida y en los abrazos. Rocío llega un poquito tarde, pero no recibe ninguna colleja, ni se le tiran de sus rizos caobas porque en su mirada lleva prendida la bondad y la dulzura.

Comienza la función:

Javier nos lee «Poema 20», haciendo un guiño a Neruda y al aniversario de la tertulia: «… era tan largo el olvido… la mirada / nuestra se torna sorpresa». José María dice que tiene asonancia interna. ¿Acaso el olvido no tiene también su propia asonancia? Nos lo lee de nuevo; nos gusta más aún. Deja un temblor en los labios.

Chelo, con abanico en mano —con más arte que Lola Flores—, dice que no quiere leer ni decir tacos. ¡Qué prudente nuestra folclórica!

Tina: «Ciudad púrpura». «…alcohol, vómito, tabaco, copa en mano en noches de mil estrellas, con tacones altos». Quizá nos esté proponiendo una cena desinhibida con blusa del revés. ¿Nos querrá regalar algo? Mira que los rascamanes no estamos para muchas juergas…

Calderón lee en dos lenguas: castellano y gallego. «Casa de las aguas». 

«…La vida pasa alegre… despeina las copas… las enaguas de las nubes…». Ana Gonz afila el oído. Javier, maestro de batuta de tinta, corrige. A mí me ha maravillado, tanto como ese Juan Gavilán que nos muestra en un despliegue de vinilos y CD, al que no conocíamos con pelo y barba. ¡Cuánto talento hay en esta tertulia!

Raña: «Cuento al 20». Sumas, restas, ceros; todos metidos en camisas de once varas, aunque no chocamos los cinco. Rocío dice que es mejor subir el sueldo a los poetas.

José María (lo lee Paloma): «Maruja Mallo», y en el relato descubrimos su alter ego, y lo bien codeada que estaba su abuela, incluso con el de las Nanas de las cebollas. Habla de su abuela y mientras lee Paloma, los ojos de José María recobran más vida que nunca, rebosan emoción. Paloma, cual Versace, coge la tijera y recorta.

Paloma no quiere leer, prefiere salirse a fumar y, mientras, cantar: «Fumando espero al hombre que yo quiero…». No sabemos si será al psicólogo al que, más tarde, nos confiesa ir a visitar.

Me toca el turno; leo: «La vida que alquilo». Me hacen algunas correcciones entre alabanzas, y me guardo las palabras de Carmen: «Me ha sobrecogido el poema».

Alberto no quiere leer, a pesar de que el Boss se lo pide de rodillas. Él hace caso omiso a sus ruegos. Pero tranquilo, Javier: quien se arrodilla sabrá estar de pie ante cualquier situación difícil.

Juan Pulgar, con mucha empatía, nos dice que no lee y que lo dejamos para otro día. Nos cuenta que tiene algo parecido a un hogar… En ese momento trago saliva. Que a Juan del Val le den un premio desmedido sin merecerlo y a otros se lo pongan tan difícil. «Adquirir el hábito de la lectura es construir para uno mismo un refugio de casi todas las miserias de la vida» —W. Somerset Maugham. Te dedico esta cita, Juan.

Sigamos leyendo.

Celia dice que no ha preparado nada. Me quedo con las ganas de escuchar su «Higuera».

Rocío: Alborota el gallinero con «La repoblación del lince ibérico». …muere Juan Pablo II, en los montes de Toledo, señalan a una muchacha que se ha quedado embarazada con 20 años (haciendo un guiño al duodécimo aniversario de Rascamán). La apuntan con el dedo, como dice Alaska en su canción, y me uno a su grito: ¿A quién le importa lo que yo haga?… Y nos dice a Juan Calderón y a mí que no nos hemos enterado con qué genero juega entre sábanas la protagonista...

Carmen Padín: No sé si nos lee o nos hace una propuesta con sus «Intertítulos». «…ponernos zapatos e irnos al cine, eso sí, mudo». No lo creo. ¿Los rascamanes mudos? Ah, pero con el pelo libre (Javier tendrá que dejar el sombrero). Y aun sabiendo que el cine da apetito —ay, con lo dulce que es ella y nos quiere ver rellenitos—.

Ana Gonz: Lee el poema «Coloquio amoroso» de santa Teresa de Jesús. …un amor que ocupe os pido… adonde más la convenga. Continúa diciendo: «la lengua es una mama» en gallego; así que mamamos el poema y nos vamos mamados…

Llega casi al final Cinta y nos habla de sirenas…

A ver, decidme y aclaradme: 

¿Nos vamos a calmar el temblor del labio de Javier? ¿A buscar el tanga de Tina? ¿Las enaguas de Calderón?¿El valor de 0 de lo que suma Ruña?¿Al cine con Carmen?¿A buscar al lince ibérico por los montes de Toledo?¿A buscar los versos olvidados de Chelo?¿O le damos una sorpresa en su nuevo hogar a Juan? ¿A comprar la vida que alquila Susana?¿A comprar clines para José María?¿A pedir cita para todos al psicólogo de Paloma?¿A plantarnos debajo de la higuera de Celia?¿O de trote con el caballero ecuestre de Alberto?¿O a descubrir orgasmos?¿O a rezar con santa Teresa?¿O a buscar a todos los que no asistieron?

Todo lo que queráis, pero de rodillas, no… eso se lo dejo a Javier, que tiene los huesos como su mente.

Nos despedimos y pienso:

«El lenguaje es la casa del ser en su morada habita el hombre»—Martin Heidegger.

Hoy he comprendido las palabras de John Keats: que el poeta no tiene identidad, que se disuelve en todo lo que toca.

Quizá eso sea la poesía: el lugar donde nadie es uno solo, donde todos habitamos la misma respiración.



Susana Fraile

17 de octubre de 2025



domingo, 12 de octubre de 2025

3ª Jornada/XIX año: Miércoles, 8 de octubre de 2025

 

AVISOS, RECOMENDACIONES Y REFLEXIONES



Avisos


Miércoles 8 de octubre y la tertulia Rascamán inicia con avisos inesperados:  Primer aviso: No paguen sus bebidas,  es cumpleaños de Omega quien muy amablemente invita a la primera ronda. ¡Gracias, corazón eres un ángel! Te deseamos, todos, lo mejor en esta tu nueva ronda al sol.


Aviso dos: El 5 de noviembre estamos convocados para una entrevista a poetas extremeños afincados en Madrid. Espero que una iberomexicana afincada en Extremadura también les pueda servir y aparezca yo en la televisión. No tengo muchas esperanzas, pero ahí estaré para apoyar a Juan Calderón. 


Tercer aviso: el boss nos riñe por no entregar los escritos para el libro de Rascamán 2025. —Tienen hasta el día 15— sentencia. 


Aviso cuatro: Ten cuidado con el espíritu de las hormigas.

Una vez avisados, con bebidas en una mano, escritos en la otra y lejos de las hormigas, comenzamos.


Recomendaciones


Juan Calderón después de 20 escalones y con una sangre, que dice no es de lujo, recomienda el amor sin importar el número de escalones que hayamos recorrido en nuestras vidas. Quizás tres más arriba lo encuentres y llene tu sangre de limones.


Omega, la cumpleañera, echa una mirada a oriente, nos insta a buscar nuestro ikegani, a rehacer los círculos de la vida con ese iris que te hace ver caleidoscopios. Llenar tus fisuras de oro o platino, como el kinsuji y encontrar tu razón de ser.


Carlos tiene de todo, menos ganas de leer. Avisos, recomendaciones y reflexiones. Lee cinta en su lugar. Comprueba que el bosque te habla antes de entrar en él, te ahorrarás muchos problemas No hagas mucho caso de los suspiros de la iglesia del claro, la que está rodeada de tumbas de soldados enterrados con lágrimas de sus madres… él sí nos hace caso y lee, por fin, con aplausos.


Javier nos comparte lo que recibió de su madre, el silencio, el amor y la paciencia. A reconocer de dónde viene y a dónde va.

Y se va al naranja y el negro. En apariencia, un cuadro abstracto de pinturas contrastantes. En realidad, la descripción de una región dominada por las noches largas, el blanco brillante de la nieve, lo naranja estridente de las luces y el verde lustroso de los techos; lugar  donde recomienda el parloteo alegre de las gaviotas para que aclare la interminable negrura del invierno.


Cinta se ha puesto el sombrerito. Soy una bola llena de granos, devoradora de libros, soy alguien que arrastra los pies, soy la ganadora de un libro de cuentos por escribir la mejor redacción en el cole. Soy la chica más feliz. Hacer lo que realmente te gusta, recomienda sin equivocarse.


Mientras tanto, Jose Antonio, el Carmona, nos aconseja:  a los veinte años, arrumacos sobre el césped y que te miren las nubes con envidia desde el cielo.

Al llegar al séptimo piso, lanzar los miércoles palabras, relatos, cerveza, nuevos sueños y utopías y los versos que  aquí cuenta.


Reflexiones.


Cuando escuchar tiene efectos inesperados.

Un microtequiero de Alberto. El que más le gusta, comenta. A la señorita Hortensia le ha vuelto la vida.. A las 7:39 se mete a la ducha y así lo hace su vecino. Espalda con espalda. Solo los separa una delgada pared cubierta de azulejos de ambos lados. A ella le parece que las gotas de agua del vecino llevan un ritmo, punto raya punto, punto raya…después de varias duchas y reflexiones ha llegado a la conclusión de que el mensaje encriptado en las gotas es: te quiero.


Dos mujeres, un hombre y un estómago cotilla. Él se las arreglaba muy bien para mantener intacto su corazón dividido entre dos amores. Pero su estómago lo traiciona emitiendo gruñidos cada vez que le pregunta una de sus mujeres si es su único amor. Ella alcanza a descifrar el mensaje de la víscera y decide dar por terminada…a la otra. Se necesita estómago para tomar ciertas decisiones, apunta Carmen.


Cuando el amor o el desamor tienen efectos inesperados.

Maria trae un folio enrollado y con una liga... Lo extiende con suavidad y lee con la piel de su penumbra, por ver si por mí venías. Mientras, la luna ilumina de azul sus ojeras y acaricia, enorme, las calles bulliciosas de Madrid. Reflexión: El amor no desaparece con la muerte, tan sólo se queda en la penumbra.


Cacholino y los siete pollitos. Parece el título de un tierno cuento infantil. No lo es. Es una historia tristísima de Juan Raña. Cacholino pierde a su madre atropellada por el tractor que conduce su padre. El niño se torna hosco, lleno de rencor y tristeza. Se envolvía en el delantal manchado de sangre que su madre llevaba puesto el día que murió. Por venganza, odio o desesperación mata hasta siete pollitos negros del corral de su vecina. Su padre lo castiga con severidad. El hombre, ahora, ha perdido el amor de esposa y de su hijo. Reflexión: No te dejes llevar por el título de un libro.


Manuel nos narra una breve parte de su novela "Ninguno de lo suyos", en la cual jóvenes migrantes expresan el miedo y la angustia de llegar a pueblos de la vieja Europa. Tema que no tiene caducidad y no siempre se vislumbra una buena prognosis, diagnostico yo.


Septiembre en octubre y en labios de David. Esperando a Samuel. Un día ni el sol saldrá. La boca es una mancha gris. Como en España sirven para cualquier cosa… Frases de un diálogo que nos hacen reflexionar sobre un sistema social que machaca a los individuos, a veces sin tregua.


Chelo se resiste a leer y al fin cede, nos lee "Desde lo más profundo". Calderón insiste en que los  extremeños de la entrevista necesitan muestras de la tertulia Rascamán y nos ha grabado con su móvil. ¡Pues vaya gustazo se van a dar! A ver dónde encuentran otra como la nuestra! Desde lo más profundo he escrito por placer, acrósticos sin lucecitas… aún no sé en qué verso te has perdido…

¡Toma! Grabado queda.


Rocío también ha cumplido años hace poco. El 29 del 9 decidió entrar al mundo para fortuna de esta tertulia  y, me imagino, la de sus padres. 

…asi sin querer, echo la vista atrás, y en las cuentas con respecto a los años que vivieron bien mis padres salgo ganando. Ellos se alegrarían y a mí me da que pensar. Sin embargo, doy esquinazo a las divagaciones, y elijo quedarme, solo, con esta íntima obligación moral de celebrar. Celebrar no solo el cumple, sino cada día, intentando que el tiempo no pase sin más, que no se me quede nueva la vida, que se vea gastada y con bolas, porque nos la regalaron para vivirla.

Lo puse todo pues la reflexión me parece genial ¡Vivamos!


Ana Gonz viene echando tiros. Me puse guapa pues fui a ver al médico que no está de mal ver, nos informa con un guiño. Y dedica este poema, aunque no suyo, a Juan Calderón. Juan Raña defiende que está escrito justo a su medida. Juan, eras joven… tu vida siempre joven, alto  y apuesto… Juan dulce…

Reflexión: Todo depende del cristal con que se mire, o del Juan que tengas enfrente.


Amelia también viene de guapa, con chaqueta de traductora de primerísimo orden. Esta vez al polaco, del reciente premio Loewe, el argentino Hugo Mújica. Confieso haberme perdido en el sonido de la lengua en verso, mi cerebro dibujó poliedros, pero al final, solo me quedé con una frase: En un río todas las lluvias. Y esta frase da para reflexionar.


Justo antes de terminar la sesión, cual palmera hawaiana, aparece Mariana en la pantalla del zoom. Os quiero y sois guapos, nos mima. También tú eres guapa y te queremos como el viento a las palmeras, Mariana.


Tarde de guapos, creativos y querendones y todos nos vamos felices a nuestras casas bendecidos por la luna. ¡Así somos los rascamanes, extremeños, lugareños o de otros lares!



Carmen Padín

11 de octubre de 2025



sábado, 11 de octubre de 2025

2ª Jornada/XIX año: Miércoles, 1 de octubre de 2025

 

Ulises enfrenta a las Sirenas - Ulysses and the Sirens (1891).
John William Waterhouse (1849-1917).
National Gallery of Victoria, Melbourne, Australia


La segunda jornada de la tertulia con la que comenzamos el mes de octubre fue una sesión de petit comité. Diez rascamanes nos reunimos este día: Joselyn, Javier, Chelo, Rocío, León, Cinta, Omega, Celia, Alberto y Anagonz.

Entramos en un mes lleno de actividades rascamaneras. Ayer colgamos la exposición en el Centro Cultural Buenavista de Madrid. La exposición permanecerá en el salón del centro del 1 al 15 de octubre de 2025. El acto de la lectura tendrá lugar el viernes 3 de octubre a las 18:30 horas.

Joselyn comienza su lectura. Un poema dedicado a las monjas austriacas de Schloss Goldenstein que se fugaron. En la residencia donde las llevan recuerdan el jardín del colegio... alas desplegadas por el hábito. 

Recordamos el suceso de las monjas de Belorado.

Javier, leo dos poemas escritos en Islandia. Dice León que estoy alcanzando la difícil sencillez... Los vikingos llegaron a Sevilla.

Chelo va a leer una cosa que no es suya, nos dice, para que sepamos porqué no escribe. Lee "Nada". Solo el vacío. Solo el recuerdo de mis muertos, un vacío horizontal.

Es de Andrés Aberasturi, de un libro titulado "Vi luz y entré". Dice Chelo que lleva dos años sin escribir. Recordamos a Cereijo que estuvo 8 años sin escribir un poema.

Rocío no ha traído nada para leer.

León lee tres poemas, quizá para compensar el mus de Rocío. 

"Sonámbula": Habitaba en la sombra de la luna... Para soñar abría las pestañas.

Un segundo, escrito esta mañana, nos cuenta, después de su viaje a Málaga: No me olvido de mi mar ni de mi Lupe.

"Ulises", Es la navegación lo que conviene. El misterioso mar te está esperando. No es Itaca el final, eres tú mismo.

Rocío cuenta que Nápoles se fundó donde Partenopea, enamorada de Ulises, murió. Una sirena que fue rechazada por Ulises, murió de desamor y el mar la arrastró hasta allí, hasta Nápoles.

Cinta lee dos poemas. De perdidos al verso, dice Alberto, pues hoy no se están escuchando relatos.

"Sanguinario": Si yo fuese el Dios desesperado... me mostraría tal y como soy... cruel y sanguinario...

"Yo estoy al tanto del olivo": La palmera me hace guiños lascivos, el manzano, el cerezo, la higuera...

Celia, a petición nuestra, lee el poema "Higuera" que le hemos escuchado ya este verano y que nos gusta tanto: 

Heredé de mi padre 

una pértiga de la felicidad 

con la que escoger

entre el oloroso fruto...


para que tú lo sepas

y yo no me derrumbe

Alberto no ha traído nada pero que sepáis que mañana es su cumpleaños... Insistimos y nos lee un micro titulado "Vampiro": Te quiero mía... Ella había descubierto que no quería volver a la luz...

Anagonz cierra leyendo un micro de la foto que mandé de una casa en la que se veían algunos personajes. Todo perfecto, todo va a quedar perfecto. Juegos de rol con las chicas que fueron a la casa...

Omega no llegó a intervenir, la teníamos por Zoom y se tenía que marchar.

Ya nos vamos todos también del Fígaro. Nos vemos el viernes en la presentación de la exposición. Esperemos que en la próxima Tertulia haya más relatos, ¿verdad, Alberto?


Javier Díaz Gil
11 de octubre de 2025













martes, 7 de octubre de 2025

1ª Jornada/XIX año: Miércoles, 24 de septiembre de 2025

EL GIMNASIO


Hoy, tras las vacaciones tórridas de unos y las más frescas de otros, nos reunimos los Rascamanes para poner en forma nuestros músculos, esos que ocultamos en el estuche de la imaginación, y que tantas veces abrimos, afortunadamente.

Bendito estuche que nos protege del estruendo de las hachas de guerra resonando en este mundo que los poderosos, o mejor, monstruos, quieren convertir, una vez más, en el campo de batalla en el que recoger los escandalosos dividendos de tantos y tantos crímenes. 

Javier, José Antonio, Rocío y Chelo ya están esperando a los que llegamos poco a poco, Joselyn, José León, Alberto, Juan Manuel, María, Amelia, los Juanes, David y finalmente, Ana. Equipo de atletas al completo o casi.

Salgo de la enfermedad del estío o infierno madrileño, esperando sanar esta tarde en la que la alegría de nuestro encuentro, estupendo talismán, puede tocarse.

Las galletitas de Javier que acompañan ese poema que nos muestra otra vivencia de Islandia, como una gota de agua convertida en una bola resplandeciente de hielo.

Antes de continuar pido perdón por no poder reflejar todas las emociones de esos versos que han volado hoy entre nosotros.

Rocío y Chelo se mecen en el silencio que permite disfrutar del poema de José Antonio, “Procrastinar  un domingo por la tarde, esperando el milagro  de un deseo. Una nube se perfila por la almohada, peregrina de la noche entre bostezos”.

Joselyn trae al presente la tremenda realidad de Gaza, un diario de lo inmediato y lo lejano.

José León, como siempre, nos encandila:  “Habitaba en la espalda de la luna, para soñar, abría las pestañas. Sus ojos eran grises, transparentes, desnudos como el agua de mayo…”

Y nuestro querido Juan Manuel, a quien tanto echamos de menos, borda la emoción que nos traspasa: “Tu sonrisa, como una ventana abierta… tus labios como gaviotas… repica tu silencio en el mismo campanario…”

Con el tejido delicado que es su seña de identidad, María:

“A la búsqueda de quién fue…me conduce a despertar en un volcán de delirio”.

Alberto menciona su colección de “Microtequieros” esos microcuentos  convertidos  en una colección sorprendente, Por lo visto, va a guardarla para él solo y para nosotros, a veces.

No en vano los aires del Atlántico nos llegan hoy impregnando sus escritos de agua, en los textos de los Juanes.

Calderón es un pez que nada en el acuario de la existencia. Líquido en el que se debate entre la libertad que concede a quien ama y el miedo a perderlo, a pesar de tocarlo con “dedos de azúcar”.

Raña, cómo no, muestra a la descendiente de “La Venus del Miño”, hija  del relato corto y grabado estupendo en la exposición  de “Lo que la hoja te cuenta”. Ha crecido tanto que ya cuenta con diecisiete capítulos. 

Amelia nos adelanta su programa de actividades, traducciones, docencia, viajes. El dinamismo que desprende envuelve esta tarde con el halo de su energía luminosa, la que suele envolverla como la más elegante vestimenta, en su maratón que no cesa.

Y yo clamo desde “Sanguinario”.  Seguramente influida por el fuego real y temido del mundo que nos toca vivir. Un dios que bajo la más bella máscara, esconde el peor de los infiernos.  En fin, doy un paseo, a continuación, por un huerto que me guiña el ojo, para despertar lo mejor de los sentidos. La naturaleza es siempre un consuelo.

Para abrochar esta tarde llena de emociones, Ana y yo nos vamos en busca del ocaso carmesí, que nos espera en el patio del Palacio Real. Todo un lujo.


Cinta, en Móstoles, octubre, 2025.


Cinta Guil Redondo.

7 de octubre de 2025



domingo, 3 de agosto de 2025

34ª Jornada/XVIII año: Miércoles, 30 de julio de 2025

 

Bita


Bita acaba de nacer y ya está protestando, me salió revolucionaria. ¿O será perezosa? Dice, que por qué hago la bitácora si no es obligatorio, y yo le digo que, si en la vida solo vamos haciendo lo obligatorio, vamos mal, porque entonces, entre otras cosas, no habría literatura, ni teatro, ni pintura, ¡ni arte ninguna! No habría altruismo, ni cooperación, ni un montón de actividades de ayuda a los demás. 


“¿Y a quién ayudas tú haciendo la bitácora?” Buf, suspiro, no solo me salió revoltosa, me ha salido impertinente. 


“¡A mi memoria! ¿Te parece bien? ¡Ayudo a mi memoria y a la de mis compañeros!” “¿Tú te crees que aún tienes diez años y estás jugando? Por mí y mis compañeros” me hace burla con voz de bitácora insufrible. Pero yo la ignoro y sigo escribiendo. Así que ella me mira con cara de folio arrugado y se ofrece muy digna al sacrificio de ir creciendo bajo mis teclas... 

En fin... Esta Bita es hija de mis palabras, tendré que quererla como es. 


Si yo lo único que quiero decir, le confieso con voz de madre paciente, es que estuvo muy bien verse otra vez en una sala de biblioteca como cuando éramos dos talleres de creación literaria. Estuvo curioso encontrarse de nuevo sentados en torno a una mesa alargada y blanca con nuestros papeles y bolígrafos frente a nosotros. Y resulta que estábamos a 30 de julio del 2025. ¿Tú sabes cuántos años han pasado desde que éramos taller? Y además en pleno julio… Tiene mérito ¿sabes? 


Este verano la biblioteca David Gistau nos presta (sin tener obligación) una salita, una clase, para que podamos reunirnos los Rascamanes, para hablar de literatura, de escritura, de relatos y versos. Y fuimos sin obligación. Porque eso se hace, aunque tú aún no lo entiendas pequeña Bita. 


En aquella salita fresca, bajo la sala de préstamo de la Biblioteca, nos vimos José Antonio Carmona y su amiga poeta, Clara, vino también Juan Antonio Arroyo, y después llegué yo y Javier, el coordinador. Más tarde llegaron José María Herranz y una nueva compañera que se llama Esther González. Y a continuación también vinieron Cinta R. Guil, y Paloma Sánchez. Y por último Carmen Padín. Y desde el zoom asistía Mariana Feride. Tantos en una tertulia de guardia no está nada mal. En verano nos cierran el Café Fígaro, así que desempolvamos nuestro carné de tertulia nómada. Pero, como te decía, me gusta este lugar nuevo tan de letras. 


La pequeña Bita sigue haciéndose la indiferente mientras toma buena nota de cuánto digo. Bueno, ya se le pasará… Y continúo. 


La tertulia del 30 de julio fue tarde variada de poemas y relatos. Y ya sé que, si pretendo que ésta sea una Bitácora que se precie, yo debería decir qué leyeron cada uno de mis compañeros porque lo cierto es que mereció mucho la pena, tanto escucharlos, como la pequeña discusión que luego organizamos con las correcciones que nos provoca cada texto en las que todos aprendemos mientras decidimos si ponemos o quitamos esta palabra, si lo titulamos así o asá. El autor es el dueño, siempre concluimos, que él decida. Pero esta Bita, no es una Bitácora aún en condiciones, y además está enfurruñada porque le hago trabajar en verano, así que no voy a entrar en tanto detalle. 


Lo único que quiero decir es que Javier se coló, que conste en acta. Me tocaba a mí que había llegado la cuarta, ya sabéis que aquí se lee según orden de llegada. Pero bueno le dejé colarse porque venía yo con el ánimo aplacado y tenía ganas de escuchar un poema sobre Islandia. “Y si no hubiera metido la luz…” Es broma. Ya sabe Javier que la luz y yo no hacemos muchas migas. Prefiero las sombras, fíjate tú, me parecen muchísimo más sugerentes. Se lo diré… 


También quiero decir que nos dio tiempo a todos a leer. Hubo también tiempo para comentar despacio los textos. Nos dio tiempo, incluso, para hablar un poco de la inteligencia artificial. Y discurrió la tarde en un suspiro. Pero no puedo contaros con el detalle que a mí me gustaría cómo se titulaba cada escrito que leyeron, fuera poema o relato, ni que palabra nos chirrió o nos encantó, ya querría… Eso me pasa por no tomar notas. Claro, como no iba a hacer la Bitácora… 


Bita deja de anotar lo que digo y me mira con cara de “¿En serio?” Como dicen ahora los jóvenes, sean humanos o de papel. “Tonta, que es broma… Parece mentira que no me conozcas.” Y vuelve con el gesto ceñudo a su labor de anotar.


Pero no es broma, es cierto que no tomé ni una sola nota. Preferí dejar llevarme por las sensaciones de aquel nuevo lugar de encuentro. Por disfrutar de la voz de cada uno leyendo lo que había escrito. Por el tacto de los nuevos libros que traía Clara, la amiga de José Antonio. Por la contemplación maravillada del cuaderno de poemas escritos a mano de José María Herranz, en los que él borraba y volvía a escribir. Qué bonito. Eso ya no puedo hacerlo con los relatos, me eternizaría. Dejarme llevar por el ritmo de los tres “despacios” que había incluido en su poema de amor Esther, el primero a más distancia de los otros dos, creando ese fluir cantarín. Disfrutando con la idea del nuevo libro que está preparando Cinta, qué gusto. Viendo cómo Paloma entraba y salía para fumar y luego relatándonos su historia del oso con el que se encontró en Canadá, historia que nos contó cuando ya estábamos para irnos. Disfrutando con el poema de Mariana del paisaje, Mariana que siempre nos quiere aunque sea desde su pueblo. Y cerrando con la voz y la forma de narrar tan dulce de Carmen Padín que casi no llega, pero afortunadamente lo hizo. 


Me detengo a recordar y Bita aprovecha para mirarme y decirme “¿Y esto es lo que tú querías contar en la bitácora que no era obligatoria?” 


Sigue impertinente, qué le vamos a hacer… Podría decirle tres cosas bien dichas y hasta podría romperla en mil pedazos. ¿Qué necesidad tengo yo…? Pero es verano.


Así que suspiro, sonrió y soplando lejos sus quejas y reproches solo respondo:

“Pues imagino que sí, simplemente es esto lo que yo quería contar.”. 





Rocío Díaz Gómez
3 de agosto de 2025